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Photo of Diez cosas que debes saber sobre los demonios y Satanás
Diez cosas que debes saber sobre los demonios y Satanás
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Diez cosas que debes saber sobre los demonios y Satanás


Este artículo forma parte de la serie Diez cosas que debes saber publicada originalmente en Crossway.

1. Los demonios son ángeles caídos

A veces nuestros libros de estudio de teología establecen que el primer pecado entró al mundo con el pecado en el jardín; sin embargo, ya había ocurrido una caída antes de la caída humana. La serpiente entró al jardín desde afuera y con intenciones malvadas (Gn 3:1-2). La serpiente cuestionó la bondad de Dios al insinuar que Dios les estaba negando algo bueno a sus imágenes humanas. Más adelante en la Escritura, el diablo es descrito como «la serpiente antigua» (Ap 20:2). Cuánto más nos gustaría saber sobre todo esto. No obstante, la Escritura está dirigida a nosotros y no a los ángeles. Lo que sí sabemos es que Satanás lidera un ejército de ángeles rebeldes (Ap 12:7-8), que fueron expulsados del cielo. Los demonios son estos ángeles caídos. Ellos no son espíritus serviciales, sino que aguafiestas.

2. Los demonios tienen un líder

Satanás es su líder. ¿Él fue un querubín o un arcángel que falló? No lo sabemos con certeza. Miguel y sus ángeles lo derrotaron a él y a sus ángeles en batalla; por lo que, concluímos que fue derrotado por un arcángel (Ap 12:7). La Escritura tiene varios títulos además de «Satanás» y «diablo» que lo describen. Millard J. Erickson[1] entrega un resumen útil de ellos: «varios otros términos se usan con menor frecuencia para referirse a él: tentador (Mt 4:3; 1Ts 3:5); Beelzebú (Mt 12:24, 27; Mr 3:22; Lc 11:15, 19), enemigo (Mt 13:39), maligno (Mt 13:19, 38; 1Jn 2:13; 3:12; 5:18), Belial (2Co 6:15), adversario (1P 5:8), el que engaña (Ap 12:9), gran dragón (Ap 12:3), padre de la mentira (Jn 8:44), asesino (Jn 8:44), el que practica el pecado (1Jn 3:8)».

3. Satanás y su séquito demoníaco tienen limitaciones

Satanás y los demonios son espíritus poderosos, pero no son omnipresentes ni omniscientes ni omnipotentes. En relación a la omnipresencia: los demonios pueden salir a un hombre y entrar en cerdos (Mr 5:13). En cuanto a la omnisciencia: los ángeles, y podemos suponer que los ángeles caídos también, no saben el día ni la hora del regreso del Hijo del Hombre (Mt 24:36). Cuando se trata de la omnipotencia: ningún ángel, gobernante o poder puede separar al creyente del amor de Cristo (Ro 8:38). En algunos círculos cristianos, se exagera el poder, el conocimiento y la presencia demoníaca.

4. El objetivo diabólico es la adoración

Se ha dicho que el mundo nos dice: «¡amóldate a mí!»; la carne nos dice: «¡satisfáceme!», y el diablo nos dice: «¡adórame!». Existe evidencia bíblica para respaldar todas estas afirmaciones. Respecto a la última idea de las tres, la tentación del diablo a Jesús en el desierto tiene su clímax con esta invitación: «Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: “todo esto te daré, si te postras y me adoras”» (Mt 4:8-9). Esta parece ser la motivación suprema del diablo: el deseo de ser adorado. Sin embargo, hacerlo es idolatría. Es adorar a la criatura en lugar del Creador (Ro 1:24-25).

5. Existen dos disfraces diabólicos importantes

El diablo es un engañador (Ap 12:9). El apóstol Pablo advierte a los corintios que el diablo puede disfrazarse de «ángel de luz» (2Co 11:14). Pablo escribe sobre el peligro de los falsos maestros que se disfrazan de «apóstoles de Cristo» (2Co 11:13). Estos «obreros fraudulentos» son agentes del gran engañador. La falsa enseñanza, el falso evangelio y los falsos maestros aún persisten y perturban a las iglesias. Esto podría ser particularmente cierto en Occidente. Escuché una vez a un pastor que fue encarcelado por el régimen comunista durante el gobierno soviético que dijo que el grado DD podría significar Doctor en Divinidad o Doctor en Oscuridad [Doctor of Darkness]. No obstante, existe otro disfraz que no es nada sutil. Se muestra a sí mismo como persecución. Pedro usa una metáfora alarmante respecto al diablo (1P 5): «Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar». Pedro tiene en mente la persecución por la fe, como lo muestra el siguiente versículo (1P 5:9): «Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo». Hay hermanos y hermanas cristianos en partes del mundo que no son occidentales que están experimentando al león rugiente mientras escribo. 

6. Cristo es vencedor sobre Satanás

Jesús vino al mundo como el Hijo encarnado de Dios para lograr más de una cosa. Este es un ejemplo: Jesús vino a revelar al Padre (Jn 1:18); a ser un modelo para el comportamiento de los discípulos (Jn 13:12-15; 1Jn 2:6); a ser nuestro Sumo Sacerdote (Heb 4:14-16); a morir por nuestros pecados en nuestro lugar (Heb 10:1-10; 1Jn 4:8-10), y a vencer al diablo (1Jn 3:8). Él vence al diablo al experimentar la muerte por nosotros (Heb 2:14-15). El poder del diablo consiste en traer muerte. Después de la muerte viene el juicio (Heb 2:14-15) y el temor a él. No obstante, Jesús abordó el asunto del juicio en la cruz y por lo tanto ha librado del temor al creyente (Col 2:13-15).

7. Ser habitado por un demonio es algo real

La posesión demoníaca es material de películas. Se me viene a la mente El exorcista como una clásica película de terror. Sin embargo, algunos eruditos refutan el uso de «posesión» para caracterizar el control de un demonio sobre un humano. Estos académicos prefieren describir al hombre que se presenta en Marcos 5 como endemoniado. La descripción tradicional es «poseído por un demonio». Yo prefiero la descripción «habitado por un demonio». Marcos 5:1-20 entrega un ejemplo iluminador. Jesús le permite a los demonios salir del hombre y entrar en los cerdos (cf. Mr 5:10-13). Otro ejemplo es la parábola que Jesús contó de un espíritu inmundo que salía de una persona. El espíritu inmundo vuelve a la persona que es comparada con una casa, la cual es habitada ahora por los espíritus malvados que han regresado (Lc 11:24-25). Se usan imágenes de espacio en ambas circunstancias. La idea de la posesión podría dar la impresión de pertenencia, cuando en realidad los demonios son ocupantes ilegales. El lenguaje «endemoniado» podría ser demasiado amplio para resultar útil.

8. Los creyentes no pueden ser habitados por demonios

¿Pueden los creyentes ser habitados por un demonio? Esta es una pregunta que muchos se hacen. Teológicamente, es difícil creer que sea posible que un creyente pueda ser la morada de un demonio y un templo habitado por el Espíritu Santo (1Co 6:19 y 2Co 6:16). Sin embargo, hay razones para creer que un creyente podría estar endemoniado en el sentido de ser oprimido por una malevolencia demoníaca (1P 5:8-9). De igual manera, el diablo podría buscar activamente acosar a un siervo piadoso como Pablo le dice a los corintios (1Co 12:7). En resumen: habitado, no; oprimido, sí.

9. El diablo y los demonios no tienen futuro con Dios

Es sorprendente descubrir que algunos pensadores muy importantes de la iglesia primitiva tenían una opinión muy diferente. Orígenes (fallecido cerca del año 254 d. C.) era uno de los más grandes teólogos especulativos en la historia de la iglesia. Él argumentaba que todos serían salvos, incluso el diablo. Gregorio Niceno (335-394 d. C.) fue más cauto respecto a hacer la misma afirmación. Él esperaba, sin embargo, que el diablo fuera salvado. Por su osadía, Orígenes fue condenado por el Concilio de Constantinopla II en 553 d. C., pero Gregorio Niceno no lo fue. El testimonio escritural es claro: el diablo y sus siervos, los falsos profetas y las bestias del mar, estarán en el lago del fuego eterno (Ap 20:9:10). Uno puede suponer que los otros siervos del diablo, los demonios, enfrentarán el mismo destino.

10. Podríamos tener un punto ciego

Paul G. Hiebert fue criado en India, pero formado en Occidente como antropólogo y misiólogo. Se dio cuenta de que su formación occidental lo hizo ignorante respecto al mundo de los espíritus tanto buenos como malvados, algo que la mayoría del mundo nunca había perdido de vista. Él llamó a este punto ciego «la falla del medio excluido». Él pensaba que muchos cristianos occidentales podrían tener una teología adoptada que afirma la existencia de ángeles y demonios, pero en la práctica tienen una teología operacional que lo lleva a vivir como si Dios y nosotros fuéramos las únicas inteligencias. El punto ciego se mostrará por sí solo en nuestras oraciones si es que nunca oramos que el Cristo resucitado continúe atando al hombre fuerte, por así decirlo, y arruinando sus bienes por medio de la victoria en la cruz.

Graham Cole es el autor de Against the Darkness: The Doctrine of Angels, Satan, and Demons [Contra la oscuridad: la doctrina de los ángeles, Satanás y los demonios].


Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.
[1] Christian Theology [Teología cristiana], 3ra ed., 417. [Traducción propia].