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La plantación de iglesias y las mujeres solteras
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La plantación de iglesias y las mujeres solteras

Este mes se cumplen dos años desde que me uní a un grupo de personas que estaban comenzando una nueva iglesia en Arlington, VA. Hombres, mujeres, familias y adultos solteros componían nuestro equipo principalmente de adultos jóvenes que se estaban yendo a los suburbios urbanos que alguna vez fueron parte de la capital de nuestra nación. Como con cualquier nueva aventura, para iniciar nuestra iglesia, estábamos todos en la cubierta y eso significó que las mujeres solteras eran una parte integral desde el comienzo. Uno de los pilares del equipo era una mujer llamada Johannah, que en ese entonces estaba soltera: la asistente administrativa que mantenía todo en agenda, permitiendo que nuestro pastor a cargo se concentrara en la visión y en el fundamento teológico para la nueva iglesia (Johannah se casó este mes y se mudó a un lugar que está a un par de horas de distancia, ¡un momento agridulce para nuestros pastores!). Otra mujer soltera, Lauren, ayuda con la administración de nuestro ministerio de niños y colidera semanalmente nuestro grupo de oración. Jen asiste a un hombre soltero que lidera uno de los grupos pequeños. Muchas mujeres solteras se unieron al equipo de alabanza, contribuyendo con sus habilidades como músicas o vocalistas para servir a la congregación con la música. Otras se inscribieron para la ceremonia de la Comunión, para estudios bíblicos de mujeres, para coordinar comidas, para la bienvenida, para ministerios de misericordia y mucho más. Desde el comienzo, los adultos solteros —hombres y mujeres— fueron tratados como componentes importantes de esta nueva aventura. Quizás ayudó que nuestro pastor a cargo había sido un pastor de solteros por muchos años y estaba acostumbrado a las importantes contribuciones que los adultos solteros pueden hacer dentro de la iglesia. O tal vez porque los residentes de nuestra nueva ciudad eran en gran parte solteros también (casi la mitad de los hogares de Arlington están compuestos por residentes solteros). No obstante, dejando de lado la contextualización y la experiencia pastoral previa, la Escritura revela cuán importantes son los adultos solteros, especialmente las mujeres, para la iglesia. Después de todo, la primera iglesia que se plantó en Europa comenzó con una mujer soltera. Lidia, una empresaria exitosa en el comercio de telas púrpuras de lujo, fue la primera persona que registra la Escritura que responde a la predicación del apóstol Pablo cuando llegó a Filipos (Hch 16:11-15). Su respuesta inmediata y alegre fue ofrecer hospitalidad a Pablo y a sus discípulos. Desde ahí, la iglesia de Filipos comenzó a reunirse en su casa. Debido a su negocio, Lidia sin duda era influyente en su ciudad, pero fue más que influyente en la extensión del Evangelio, ya que se asoció con Pablo y Silas para establecer la iglesia allí (Hch 16:40). Hoy las mujeres solteras son igualmente necesarias para las nuevas iglesias. Aunque nuestra cultura estadounidense centrada en el liderazgo puede poner demasiado énfasis en el individuo que lidera cualquier organización, un líder sin seguidores comprometidos y fructíferos está liderando un vacío. Un plantador de iglesias es un individuo entre muchos (uno muy dotado y llamado, sin duda), pero no puede hacerlo solo. Y una de las maneras en que él puede asegurar que una nueva iglesia eche raíces es animando a las mujeres de su iglesia, casadas y solteras por igual, a seguir el ejemplo de Lidia al usar sus casas como centros de alcance. La Escritura no deja espacio para el concepto estadounidense de hogar como un refugio personal de las intromisiones de otros. Al contrario, debemos seguir los muchos mandamientos del Nuevo Testamento de ofrecer hospitalidad y, de ese modo, conectar con aquellos que nos rodean (¡la hospitalidad no depende del estado civil!). El ejemplo de Lidia también es relevante en el lugar de trabajo. Ella comerciaba un artículo de lujo y obviamente tenía mucha influencia en el mercado para poder hacerlo. Asimismo una mujer soltera hoy puede ejercer mucha influencia en el mercado y necesita el apoyo de una iglesia diversa para ayudarla a alcanzar sabiamente a sus colegas. Es importante considerar el ejemplo de Febe también (Ro 16:1-2). Pablo la llama patrocinadora y benefactora de sí mismo y de muchos otros. Como Lidia, probablemente Febe también era adinerada y tenía buenos contactos, llevando las cartas de Pablo a los romanos para presentarse a los creyentes de allí que no habían experimentado su ministerio en persona. Su riqueza y conexiones sociales ayudaron a Pablo a difundir el Evangelio. No obstante, fue su servicio a su congregación local en Cencrea que hizo que Pablo se refiriera a ella como diakonos, palabra que se traduce más a menudo como «diácono» en otras partes de la Escritura. No importa tu eclesiología o forma de gobierno hoy, los plantadores de iglesia necesitan mujeres solteras que estén tan comprometidas en servir a la iglesia que sean conocidas como hermanas y ayudantes que invierten los dones y talentos que han recibido para el beneficio del Evangelio. ¡A su vez, nosotras, mujeres solteras, podemos estar tan entusiasmadas con llevar las ricas verdades de los romanos a otros como Febe lo hizo! La belleza de la plantación de iglesias es que es simbiótica. Los pastores plantadores necesitan miembros fructíferos y comprometidos para encarnar su visión de una nueva iglesia y un rebaño diverso necesita un grupo de ancianos dotados y llamados para liderarlos en una nueva aventura. Cada uno es un don para el otro, evidencias de la gracia de un Padre celestial generoso que está entusiasmado con construir su iglesia para que, por medio de ella, la múltiple sabiduría de Dios sea dada a conocer (Ef 3:10). Desde el comienzo de la iglesia, las mujeres solteras han estado haciendo contribuciones importantes a la extensión del Evangelio y ese llamado permanece para nosotras hoy.

Este artículo es una adaptación del libro Did I Kiss Marriage Goodbye? [¿Le dije adiós al matrimonio?], escrito por Carolyn McCulley.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.