volver
Photo of Exhortaciones modernas para la amistad pastoral
Exhortaciones modernas para la amistad pastoral
Photo of Exhortaciones modernas para la amistad pastoral

Exhortaciones modernas para la amistad pastoral


Nota del editor: este artículo es un extracto del libro Pastoral Friendship: The Forgotten Piece in a Persevering Ministry [Amistad pastoral: la pieza perdida en un ministerio perseverante], escrito por Michael A. G. Haykin, Brian Croft y James B. Carroll.
Sin duda, J. C. Ryle estaba en lo cierto cuando notó: «la amistad reduce a la mitad nuestros dolores y duplica nuestras alegrías»[1]. A pesar de la conectividad cada vez mayor, muchos en nuestra cultura se enfrentan a un creciente aislamiento del alma y los pastores son los candidatos principales para este estilo de vida paradójico. Sin embargo, no podemos cuidar bien de las almas de nuestra congregación si nosotros mismos estamos fatigados y errantes. Aun cuando interactuamos con docenas de personas en nuestras iglesias y los círculos de las redes sociales, a menudo fomentamos pocas, si es que alguna, amistades espirituales. Esperamos que a estas alturas estés convencido de que este instrumento de gracia es vital para el crecimiento espiritual, para la longevidad pastoral, y que estés listo para comprometerte a desarrollar amistades que glorifiquen a Dios, exalten a Cristo y que estén empoderadas por el Espíritu por el bien de tu alma y aquellos bajo tu cuidado. El propósito de este capítulo final es animar a cada pastor a considerar cómo él podría buscar sus propias amistades pastorales en los días que vienen. Buscaremos lograr esto de dos maneras. Primero, sugerimos diez exhortaciones sobre cómo los pastores pueden comenzar a desarrollar amistades significativas, confiadas y leales en sus propias vidas. Segundo, compartiremos ejemplos reales y personales para nuestras propias vidas sobre cómo las amistades en el ministerio han sido una tremenda bendición, un medio para el crecimiento espiritual y han demostrado ser esa pieza olvidada para ayudar a cualquier pastor a perseverar en su ministerio.

1. Muere a ti mismo

Los tres evangelios sinópticos registran las siguientes famosas palabras de Jesús: «Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga» (Mt 16:24; Mr 8:34; Lc 9:23). El egoísmo impide progresar en una amistad como en todas las otras áreas de crecimiento espiritual. Aunque no morimos por otros de la manera en que Jesús lo hizo, cada uno de nosotros debe estar preparado para dar «[...] su vida por sus amigos» (Jn 15:13). Brian: mi buen amigo, Jim, comparte su cumpleaños con mi hija menor. En el quinto cumpleaños de mi hija, este ocupado pastor que vive al otro lado de la ciudad apareció en mi casa en su cumpleaños para traerle a mi hija seis cupcakes de Gigi’s cupcakes. Mi hija pudo determinar qué cupcake quería y quién de nuestra familia de seis iba a tener los otros cupcakes. Como puedes imaginar, ese día mi amigo se hizo amigo de mi hija para toda la vida, conocido por muchos años como: «¡su amigo de cumpleaños!». Mi amigo repitió este acto desinteresado por muchos años. Este ocupado pastor, con su propio cumpleaños que celebrar y su propio rebaño al cual cuidar, apareció en la puerta de mi casa desde el amor por mí y mi hija durante los siguientes cinco años y más. Muchas veces, morir a uno mismo en la amistad pastoral no se trata de un sacrificio llamativo y dramático, sino que es mejor ilustrado por un acto pequeño, considerado, inesperado e intencional de bondad. Todo pastor sabe que una de las mejores formas de amar a un pastor es amar a su familia. Al amar a mi hija de esta manera única, sentí su amor por mí. En el cumpleaños número trece de mi hija la corriente cambió. Ella apareció en la iglesia de Jim un miércoles por la noche con una caja llena de Gigi’s cupcakes, un dulce gesto de lo que las visitas cumpleañeras de Jim significaron para ella y para mí.

2. Invierte sabiamente en relaciones

La pasividad rara vez produce algo valioso, pero, asimismo, las inversiones iguales rara vez generan rendimientos idénticos. Prepárate para el trabajo de entablar una amistad y ora por discernimiento en relación a dónde aplicarlo. No todos los posibles amigos responderán y a menudo los más verdaderos vendrán de lugares sorprendentes. Michael: las amistades toman tiempo y energía. A lo largo de los años, he dedicado tiempo para invertir en amistades, la mayoría de las cuales se han desarrollado de una relación de profesor-estudiante. Esto ha significado contactar deliberadamente a estos amigos y pasar tiempo en persona con ellos o hablar con ellos por teléfono o ahora por Zoom. Estoy completamente involucrado en la academia y habría sido fácil para mí pasar este tiempo en actividades académicas. No obstante, sabía que necesitaba amistades por el bien de mi alma. He visto los peligros de ignorar tal necesidad en la vida de mi propio padre, quien también fue un académico toda la vida. En su caso, su área de estudio era la ingeniería eléctrica. Él estaba tan enfocado en su vocación que no tenía tiempo real para los amigos. Yo determiné no ser así.

3. Valora el poder de la presencia

La mayoría de las personas asume que la amistad se trata de una relación con alguien basada en las interacciones, las conversaciones, los consejos; en enfrentar luchas y conversar soluciones. Esto sin duda se asume en las amistades pastorales a medida que buscamos relaciones con otros pastores para ayudarnos a abrirnos paso por las difíciles aguas del ministerio pastoral. No obstante, a veces lo que necesitamos es un amigo que esté dispuesto a simplemente sentarse con nosotros en silencio, estar presentes y escuchar. Hay valor en el poder de la presencia cuando un ser humano se sienta con otro ser humano para ser una presencia cálida, acogedora y amorosa que escucha. Brian: una de las amistades más importantes en mi vida es la de un colega pastor: nos juntamos a tomar un café cada miércoles por la mañana. El único objetivo de este tiempo juntos es cuidar el alma del otro. Rara vez hablamos de problemas ministeriales. No buscamos detalladamente soluciones para los desafíos de la iglesia. No discutimos nuestra serie de sermones que estamos predicando. Conversamos sobre el otro. Chequeamos cómo está nuestro estado emocional, capacidad mental y compromiso espiritual. Nada está fuera de límites. Podemos llevar lo que sea que necesitamos llevar al otro y no hay juicio. Nos juntamos para evaluar la actividad de nuestras propias almas ante Dios. Logramos mejor esto a través de un solo compromiso hacia el otro: presencia. Nos comprometemos a juntarnos y simplemente a sentarnos con el otro. A veces uno de nosotros comparte más que el otro. Pero nuestro compromiso es sentarnos, escuchar y estar presente para el otro. A veces nuestras amistades más significativas no son aquellas relaciones donde nos juntamos a conversar, sino aquellas que nos invitan a sentarnos juntos en silencio y simplemente disfrutar de la presencia del otro. Eso es lo que este amigo es para mí. Y es especial. Con la cantidad de voces en la vida de un pastor, asumo que todos los pastores estarían mejor equipados para perseverar en el ministerio si tuvieran una amistad que tuviera menos palabras y más presencia cálida en su base.

4. Busca amistades dentro y fuera de la iglesia y guía a tu esposa a hacer lo mismo

Aunque el valor de los amigos en la misma trinchera ministerial no puede subestimarse, también es importante agregar amigos fuera de nuestro campo ministerial particular. El tiempo y la distancia hacen que estas relaciones sean más difíciles de desarrollar y mantener, pero sustentan a un pastor y a su esposa en maneras únicas y críticas. Brian: algunas de mis amistades pastorales más significativas hasta hoy las encontré fuera del contexto de mi iglesia, pero una de las más cruciales vino de afuera de mi iglesia de alguien que ni siquiera es pastor. A medida que continúo pastoreando una iglesia local y liderando un ministerio en crecimiento para otros pastores[2], siempre me encuentro rodeado de aquellos que quieren que yo sea su pastor. Tuve miembros de la iglesia que me veían como su pastor y tuve a otros pastores que me veían como un tipo de pastor para ellos. Llegué a un punto de agotamiento cuando me di cuenta de que necesitaba una relación significativa con alguien que no quisiera que lo pastoreara. Mi esposa había sentido la misma necesidad y había desarrollado una amistad significativa con otra mujer en nuestra ciudad, no una esposa de pastor, que iba a una iglesia al otro lado de la ciudad. Su esposo era dueño y agente de Chick-fil-A[3] y era un miembro fiel de la iglesia. Tras haber estado en algunas reuniones de grupo con él como resultado de la amistad de nuestras esposas, me acerqué para ver si a él le gustaría pasar tiempo juntos. Con el tiempo, desarrollamos una amistad significativa. Él no quería hablar de ministerio. No quería hablar mucho sobre cosas de la iglesia y teología. Él quería comer alitas de pollo picantes, ver fútbol americano, hablar un poco de política y compartir sobre nuestras familias. Conversamos sobre pasatiempos, otros intereses y sobre nuestro propio caminar con el Señor como hombres. Dios usó esta amistad para mostrarme dos cosas sobre mí mismo. Primero, cuán refrescante era esta amistad para todas mis otras relaciones. Segundo, cuánto necesitaba que un amigo como este proveyera un ambiente de descanso de todo otro ministerio y relación vinculada a ellos que habían consumido mi vida. Su amistad aún es una de las más importantes en mi vida.

5. Ajusta tus expectativas

Las expectativas no expresadas y poco realistas pueden destruir una relación, pero no es necesario eliminarlas por completo. Al contrario, determina la esfera relacional en la cual un amigo funciona y ajústalas de acuerdo a ello. James: como todos los demás, tengo muchos tipos de amigos. Algunos funcionan en su mayoría en una esfera de la vida mientras que otros comparten la experiencia más amplia de coincidir con la familia, la iglesia y la recreación. Con algunos, la intimidad y la vulnerabilidad son profundas, pero con otros, las cosas permanecen más cerca de la superficie. Estas distinciones no determinan la calidad de un amigo, sino que deben afectar la manera en que evaluamos esa calidad. Casi todos conocerán la lucha emocional que acompaña el aguijón de la desilusión cuando un amigo está ausente o no responde en un tiempo de necesidad. No debemos buscar escapar del dolor de las expectativas no cumplidas al evitarlas en aislamiento; al contrario, debemos aprender a establecerlas apropiadamente. Algunas personas las ajustan intuitivamente a medida que entran y salen de relaciones, pero para aquellos que luchan con sentir decepción con más regularidad, probablemente esta área es clave para relaciones más saludables. En estas circunstancias, pensamos demasiado poco sobre términos relacionales, pero los aplicamos unilateralmente a cada amigo. Sin embargo, aprender a establecerlos para cada persona teniendo muy en cuenta el nivel de superposición y los limites de la persona según la etapa de la vida y otros compromisos, y la cantidad de inversión que estamos haciendo en las relaciones proveerá un camino hacia amistades a más largo plazo.

6. Busca una conexión profunda para promover la confianza mutua

Desencuentros relacionales no intencionales sabotean las amistades. La mayoría de las veces, la insensibilidad contribuye a esos problemas porque una o ambas personas fallan en apreciar el punto de vista de la otra. Mucho antes de que surja la posibilidad de conflicto, conversen entre ustedes para crecer en comprensión y compasión mutua para contrarrestar problemas antes y después de que ocurran. Esa conexión profunda cultiva una confianza que nos capacita para decir cosas difíciles a alguien más. Michael: cuando era un veinteañero, mi amigo más cercano, aparte de mi esposa, era un joven hombre llamado Peter. Él tenía un estudio bíblico a mitad de semana que se reunía los martes en la tarde y por muchos años fue muy fructífero. En ese tiempo, ambos teníamos fuertes conexiones con el mundo carismático. Una semana, Peter me dijo que el siguiente martes estaría enseñando sobre el don de hablar en lenguas y que era la entrada para la recepción de todos los otros dones. Aunque yo no creía esto, estuve de acuerdo con que Peter enseñara esto porque temía que alterara nuestra amistad. No obstante, después de que enseñó esto, me sentí guiado a decirle que no estaba de acuerdo con él. Su respuesta fue rápida y ácida. Sin lugar a dudas, él no estuvo de acuerdo conmigo. Sin sabiduría, le dije que pensaba que estaba actuando como el líder de un culto. En ese instante, me dijo que ya no haría más el estudio bíblico y que desde ese momento yo podía liderarlo solo. Él no sólo dejó de involucrarse en el estudio bíblico, sino que también dejó de asistir a la iglesia y terminó nuestra amistad de manera categórica. Nunca he podido comprender completamente su reacción, pero yo estaba decidido a no permitir que el fracaso de una amistad me amargara para otras. Sabía que la amistad era esencial para el bien de mi alma.

7. Muestra gracia en la ofensa

«La discreción del hombre le hace lento para la ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa» (Pr 19:11). Los buenos amigos son rápidos para dar el beneficio de la duda, pasar por alto ofensas menores y accidentales, confrontar humilde y amorosamente, y perdonar rápida y completamente. No cada chispa debe transformarse en un incendio forestal y la gracia de la prevención a menudo el supresor clave. James: lamentablemente, las relaciones a largo plazo casi siempre involucran ofensas personales. Mis amistades actuales están marcadas por un incidente causado hace muchos años con un amigo que incluyó una serie de respuestas poco acertadas. Molesto por el retraso constante de mi amigo, cometí el error de usar un movimiento pasivo-agresivo para rectificar la situación. Para empeorar las cosas, no busqué la paz por medio de la reconciliación cuando mi amigo se dio cuenta de mi estrategia y abordó la situación. En lugar de ello, intenté minimizar el momento y rápidamente terminé la incómoda conversación para poder continuar. Por la gracia de Dios, dejamos el pequeño conflicto de lado para seguir siendo buenos amigos. Sin embargo, al mirar hacia atrás, puedo ver una oportunidad para más gracia en el comienzo al dejar pasar lo que me molestaba, en el medio, al abordarlo de una manera amable y útil y, al final, al buscar la paz por medio de la confesión. En un mundo pecaminoso, no podemos evitar la ofensa personal. Por lo tanto, debemos aprender a dar y recibir perdón fácilmente para continuar en paz.

8. Oren el uno por el otro

La falta de oración es cada vez mayor en muchas, si es que no en la mayoría de las iglesias hoy. Aun cuando esta declaración merece una defensa y respuesta de la extensión de un libro, los resultados de esta deficiencia se ven en relaciones fracasadas y fracturadas a nuestro alrededor. Una de las contribuciones más simples y más fructíferas que podemos hacer a la amistad es orar regularmente por nuestros amigos, ya que Dios las usará para avivar el amor y la lealtad en nuestros corazones hacia ellos. Brian: cuando considero las amistades pastorales más importantes para mí, no las evalúo por cuánto tiempo pasé con ellos o por cuánto han sacrificado por mí. Se basa más en sus esfuerzos intencionales para orar por mí cuando menos lo espero. Recuerdo una temporada de estar abrumado con el ministerio que me llevó a una profunda sensación de soledad. Me encontré a mí mismo preguntándome: «¿realmente le importé a alguien o sólo querían algo de mí?». En un momento muy bajo, mientras conducía, recibí un llamado telefónico inesperado de un amigo. Respondí y me dijo: «hola, no necesito nada de ti, sólo estaba pensando en ti y quería saber cómo estás, quería que supieras que te quiero, y quería saber ¿cómo puedo orar por ti?». Comencé a llorar mientras conducía y no tenía idea de por qué. Más tarde me di cuenta después de que anhelaba profundamente que alguien no necesitara nada de mí, sino que simplemente quisiera preocuparse por mí. Aprendí algo importante sobre mí mismo ese día, pero también descubrí lo que necesitaba en la amistad pastoral: ser amado por quien soy, no por lo que puedo hacer por ti. He descubierto que este es un profundo anhelo de muchos pastores cuyo llamado es dedicarse tanto a los demás. Este anhelo en parte puede llenarse con amistades pastorales significativas y recíprocas. Esta experiencia también creó un anhelo en mi corazón de ser el mismo amigo para otros que este amigo fue para mí ese día. Como resultado, gran parte de mi ritmo ministerial consistía en enviar mensajes de texto aleatorios a amigos pastores y llamar a otros por teléfono cuando menos lo esperaban y decir: «te quiero. Estaba pensando en ti y quería saber cómo puedo orar por ti».

9. Conoce tu capacidad e invierte sabiamente

Las temporadas y las esferas respaldan nuestra capacidad de hacer amigos, pero ninguna la elimina. Cada etapa de la vida presenta sus desafíos para navegar y crea círculos relacionales. Reconoce y aprecia la naturaleza de tu situación presente y entrégate a la amistad con habilidad y destreza. James: tres de los hombres que consideraría como mis «mejores» amigos están desconectados de mi vida diaria debido a la distancia. En varias ocasiones en el pasado, compartimos muchísimo tiempo trabajando o sirviendo juntos en una iglesia local e invirtiendo tiempo relacional significativo juntos. Sin embargo, mientras la vida nos llevaba en direcciones diferentes, la oportunidad para tener conversaciones íntimas decreció. Adicionalmente, el crecimiento de nuestras familias y el aumento de las responsabilidades y exigencias de trabajo redujeron nuestro margen e impidió que siguiéramos cultivando esas relaciones a pesar de la distancia. Finalmente, desarrollamos relaciones más cercanas con hombres que estaban más interrelacionados con nuestras vidas presentes. Con recursos limitados para invertir, necesitamos sabiduría para ajustar nuestra inversión y centrarnos en amistades que bendigan de manera más fiel a aquellos más cercanos a nosotros y que den fruto en nuestras vidas. Aunque mantener la conexión con los viejos amigos es importante, debemos evaluar y ajustar el tiempo y la energía que dedicamos a las diferentes amistades para proteger las prioridades en cada etapa de la vida.

10. No te rindas

Por el bien de tu alma, de tu familia y de tu congregación, persevera en la amistad. Si miras hacia atrás, el pasado podría bien ser un camino desanimante de desilusión con amistades que tú fracturaste, algunas que nunca se formaron y otras que terminaron en traición. Dios está obrando para formarte y santificarte, y Él puede proveer amistades a pesar de tu edad o experiencia pasada. James: tengo un par de amigos que se remontan a más de dos décadas y espero haber sido siempre un «buen amigo». Sin embargo, Dios trabajó en mí durante mis treinta para ayudarme significativamente en esta área al hacerme más consciente y darme más comprensión de la naturaleza y la bendición de la amistad. De hecho, a medida que envejezco, puedo ver evidencias de su gracia al darme relaciones más profundas y más ricas al ayudarme a invertir más sabiamente en ellas. A medida que reflexiono en las bendiciones de Dios por medio de las amistades en los últimos diez años, puedo hacer una lista de más de una docena de hombres de variadas edades a quienes no dudaría en llamar amigos en cualquier momento. Para ser claros, esta bendición se debe a la gracia de Dios y a su fidelidad hacia mí. Que tu confianza en el poder de Dios y el testimonio de nuestra experiencia colectiva te impulse. No te desesperes, hermano, sin importar lo que haya detrás, sigue adelante. Aún si tuviéramos los ingredientes más finos en nuestras respectivas cocinas, nadie nos premiará con una estrella Michelin pronto. La razón es simple: una cosa es tener los componentes necesarios, pero otra es utilizarlos adecuadamente. Nuestra oración es que Dios use este libro para animarte y equiparte para la inversión de la amistad y a través de esa obra traer la bendición de la misma a tu vida.

Este es un extracto de Pastoral Friendship: The Forgotten Piece in a Persevering Ministry [Amistad pastoral: la pieza olvidada en un ministerio que persevera], escrito por Michael A. G. Haykin, Brian Croft y  James B. Carroll (2023). Publicado por Christian Focus. Usado con permiso.

Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
[1] Ryle, J. C. (2012) Cristianismo práctico. [N. del T.: el libro está en español, pero no tuvimos acceso a él, por lo que la traducción de la cita es propia]. [2] Practical Shepherding [Pastoreo práctico] es mi ministerio para otros pastores, que continúo liderando como mi enfoque ministerial principal. Para más información, visita www.practicalshepherding.com. [3] N. del T.: cadena de restaurantes que se especializa en pollo.