Hace un par de años leí un excelente libro llamado “La Vida Cruzcéntrica” del autor C.J. Mahaney, y si bien, a pesar de su corta extensión, tiene una gran cantidad de importantes verdades bíblicas sobre el evangelio, una de las frases no ha dejado de dar vueltas en mi cabeza hasta el día de hoy: “Estoy mejor de lo que merezco”.
Gran parte de las frustraciones e insatisfacciones que experimentamos en nuestra vida se basan en que no somos capaces de ver con claridad esta gran verdad. El enojo que experimentamos cuando nuestra esposa llega tarde, la frustración cuando el auto sufre algún desperfecto o aparece algún gasto extra que desarma nuestro presupuesto, el sentimiento de venganza cuando alguien se atravesó en su auto con imprudencia o el sentimiento de injusticia cuando nuestro jefe nos llama la atención, etc., provocan que día a día tengamos una sensación de que nuestra vida anda mal. Nos ponen en una posición de amargura de la cual cuesta varias horas salir y donde los que nos rodean terminan también siendo afectados. En momentos como esos nuestra conclusión es clara “no merezco esto”. Entonces es una consecuencia lógica que nos sentimos frustrados y enojados, por que creemos que nuestra posición debe ser mucho mejor que esa.
Pero, ¿que es lo que realmente merecemos realmente?
Efesios 2:3 dice “Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.” El Apóstol Pablo lo expresa con toda claridad, todos nosotros, como consecuencia de nuestro rechazo a Dios, no merecemos otra cosa que la justa ira de Dios, y para ser claros, con ello merecemos ir por la eternidad al infierno. Sin embargo solo por su gracia Jesucristo ha muerto por nosotros y ha cambiado drásticamente esa realidad, pero no lo olvide, de forma totalmente inmerecida. Por ello Pablo dice también en Romanos 5:9 “Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!”
Recuerde esto siempre, pues esta percepción de la realidad puede cambiar drásticamente la visión de su vida. Puede terminar con todas esas situaciones que día a día parecen decirle que su vida anda mal y darle una percepción concretamente optimista, agradecida y alegre, que su propia vida y los que le rodean agradecerán.
No lo olvide, independiente de cualquier circunstancia usted esta mucho mejor de lo que merece.