Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del pódcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.
Un oyente de Leland escribió la siguiente pregunta: «pastor John, hoy escuché un panel de discusión del pódcast de TGC que moderaste. David Platt, Matt Chandler y tú discutían sobre el consuelo de saber que nuestro buen y soberano Dios ha ordenado el sufrimiento que las personas experimentan. Matt Chandler habló conmovedoramente sobre cómo su visión de la soberanía de Dios al ordenar su cáncer lo ayudó a pasar los horribles efectos secundarios de la quimioterapia. Esta es mi pregunta: si nuestro Dios soberano ordena el cáncer para su gloria y el bien de un cristiano (Ro 8:28), ¿por qué no es la respuesta cristiana apropiada esperar en Dios para que Él se glorifique a sí mismo al sanar a la persona milagrosamente o al regocijarse en la gloria de Dios en una vida terminada por el cáncer? ¿Por qué NO es un pecado usar quimioterapia y otras medicinas modernas para interferir con el progreso natural de una enfermedad que Dios ordena para su gloria y el bien de una persona?».
La respuesta es que podría ser pecado someterse a quimioterapia y podría no ser pecado someterse a quimioterapia. No es el uso de la ciencia humana ni la ingenuidad en relación con la creación lo que hace que una acción sea pecado o no. Es la manera en que pensamos sobre ella; la manera en que se relaciona con Dios; la manera en que se relaciona con nuestra fe y la manera en que se relaciona con el amor.
Quizás sea un poquito más claro si señalo que el problema que Leland ve en relación con la quimioterapia también se aplica a la oración y a la sanidad sobrenatural. En otras palabras, si Dios ordenó que yo tuviera cáncer de próstata, que creo que así fue, entonces podría preguntar lo mismo en relación a la oración y a la sanidad espiritual que Leland hace con respecto a la quimioterapia. ¿Por qué interferir usando la oración? ¿Por qué interferir con la progresión natural de una enfermedad que Dios ordenó para su gloria usando la oración?
No es sólo la quimioterapia lo que crea el problema, sino cualquier tipo de intervención de nuestra parte, incluyendo la oración. La oración por sanidad sería una intromisión humana y el uso de la medicina también. Por lo tanto, pienso que lo que sería más útil hacer es sugerirte cinco pasajes de la Escritura que nos dan una guía en estos tipos de intromisiones (oración y quimioterapia), que a veces podrían ser correctas y a veces podrían ser un error. Incluso la oración podría convertirse, finalmente, en algo malo. Entonces, a continuación comparto cinco textos cortos.
1) En 2 Corintios 12:7-9 dice:
Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca. Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha dicho: «te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Este texto señala lo obvio: Dios nos ha ordenado que oremos por nuestras necesidades, porque al principio no sabemos si nuestras circunstancias están destinadas para ser duraderas o para ser temporales. Dios nos manda a orar y dice, en Santiago 4:2, que a menudo no tenemos porque no pedimos. Él no considera la oración como una intromisión sobre su soberanía. Él la invita como parte de su soberanía. Es parte de su plan soberano para gobernar al mundo. En algunos casos, dejará claro que Él no tiene intención de quitar la espina de la carne y debemos decir, aún cuando es un mensajero de Satanás, que Dios es Aquel que lo deniega porque está hablando de la santificación de Pablo por medio de ella.
Al contrario, su propósito es glorificar su gracia sustentadora por medio del sufrimiento en lugar de su gracia sanadora en ese caso. Y no sabemos de antemano si ese será el caso en el tiempo. Por lo tanto, somos invitados a orar y a ser parte de la causalidad de la voluntad soberana de Dios.
2) En 2 Crónicas 16:12 dice: «en el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era grave, pero aun en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos». Ahora, en ese caso, Dios tiene el propósito de que la enfermedad de los pies de Asa lo lleve de regreso a Dios a fin de que él lo busque; busque ayuda de Dios. No obstante, Asa demostró ser tan indiferente a su relación con Dios, estar tan saturado con una mentalidad mundana y todos los recursos del mundo que ni siquiera le pareció importante buscar su ayuda, y fue directamente a los doctores sin consultar a Dios en lo absoluto. Y claramente él estaba equivocado al hacerlo.
Por lo tanto, creo que a veces nos equivocamos al no orar por sanidad antes de tomar una aspirina o ir al doctor. Es por eso que dije al principio que a veces la búsqueda de la quimioterapia podría ser incorrecta —aunque podría no serlo, pues podría ser correcta—. De ello no se deduce que sea correcto o incorrecto, simplemente que se está haciendo o que se puede hacer. Podría estar mal, especialmente si revela que no tienes ningún interés en buscar la ayuda de Dios en lo absoluto. Bien, entonces, lo que sea que hagas será incorrecto, pero podría no serlo. Si corres a la quimioterapia sin referencia a Dios, sin amor por Dios, sin dependencia a Dios, sin oración a Dios, estás en la misma situación en la que estaba Asa.
3) En Colosenses 4:14 dice: «Lucas, el médico amado, les envía saludos, y también Demas». Ahora, evidentemente Pablo estaba bastante contento de tener un médico acompañante viajando con él. Él no tuvo que llamar la atención al hecho de que Lucas era un médico cuando escribió Colosenses. Podría haber omitido ese detalle con una especie de vergüenza. «Ay, no quiero dar la impresión de que no estoy confiando en el Señor al referirme a mi buen amigo Lucas como médico, como si las personas pensaran que necesito un médico». Él no mencionó el nombre. Él lo llamó «el médico amado». Pero no estaba avergonzado. No parecía pensar que el trabajo de un médico estaba entrometiendose en el plan soberano de Dios para su salud. Al contrario, pareciera como si considerara la habilidad medicinal de Lucas como un regalo de Dios.
4) En 1 Timoteo 5:23, Pablo le dice a Timoteo: «ya no bebas agua sola, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades». Por lo tanto, parece que Pablo no sólo valoraba el trabajo de su médico, Lucas, sino que también valoraba algunas de las terapias que había aprendido de algunas personas en el camino; a saber, que para el caso de los problemas crónicos del estómago de Timoteo encontró alivio no sólo por medio de la oración, sino que a través de un sabio uso del vino.
Y si alguien objeta que existe una gran diferencia entre el vino y la quimioterapia, mi respuesta es: bien, en realidad no la hay. La línea entre los remedios naturales y los remedios menos naturales no es del todo claro. Y cuando piensas en ello, esas líneas llegan a ser muy borrosas. Pero quizás incluso el argumento más importante se encuentra en el siguiente pasaje, el último al que me voy a referir, porque este texto dice que no hay ninguna importancia entre las líneas de lo natural y lo inventado por el humano.
5) Entonces, aquí estoy en Génesis 1:28: «Dios los bendijo y les dijo: [a Adán y a Eva] “sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”». Ahora, ¿qué quiere decir Moisés cuando escribe «sometan la tierra»? Es una declaración extraordinaria, porque se da antes de la caída donde todo en la tierra y el mundo era perfecto. Bien, ¿qué rayos quiere decir con someter lo que es perfecto? ¿No deberías dejarlo simplemente?
No, no deberías simplemente dejarlos. Significa: «muchas cosas, Adán y Eva, tal como las encuentran en la naturaleza, aún no están perfectamente adecuadas para su uso máximo. Están perfectamente adecuadas para que las cambien. Están perfectamente adecuadas como materias primas. Por lo tanto, necesitan tomarlas tal como las encuentran, dar gracias y, luego, por medio de su oficio, su arte y su trabajo, cambiarlas. Cambiarlas a una forma en la que sean beneficiosas en su máximo para ustedes».
Entonces, podrías cortar un árbol. Cortarlo en tablas y construir una casa para mantener el sol a raya y la lluvia afuera. O podrías tomar uvas, aplastarlas bajo tus pies, guardarlas en un lugar fresco y hacer vino de ellas, lo que, en algunos casos, se llamaría medicina. O podrías tomar el vuelo de los electrones alrededor del núcleo y alterarlos de tal manera que crees un haz que mata la células cancerosas al otro lado de la caída.
El resultado de estos cinco pasajes de la Escritura, me parece, es que Dios ha provisto un rango interminable de estrategias para someter este mundo y hacerlo servir para nuestra utilidad máxima y fructificación para su gloria. Y la clave es: ¿estamos buscando al Señor? ¿Estamos dependiendo del Señor, confiando en el Señor, orando al Señor, amando al Señor en todo esto? ¿Estamos orando, confiando, amando, buscando y sometiéndonos profundamente a su soberana voluntad? Puesto que no hay duda de que su soberana voluntad, de hecho su voluntad, será hecha. Será hecha por medio de la oración, por medio de milagros y por medio de intervenciones médicas. Y lo que Dios está buscando no es la estrategia menos intrusiva para lidiar con la enfermedad. Él busca la sumisión más profunda y gozosa a su voluntad soberana, sin importar cómo lidiamos con nuestro sufrimiento.
John Piper © 2016 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso.

