Actualmente estamos viendo un resurgimiento de libros para niños que buscan poner la cruz en el centro. Todos quieren recordar el Evangelio con una idea o tema central. En primera instancia, La gran idea de Dios, no es la excepción. Trillia Newbell presenta la historia de la salvación de una forma clara y sencilla que tanto niños como adultos van a disfrutar. Sin embargo, La gran idea de Dios va un poco más allá y muestra una implicancia del Evangelio que otros no han hecho: Cómo el mensaje de Cristo nos anima a amarnos unos a otros a pesar de nuestras diferencias.
Me encanta ver y recordar que el Evangelio hace más que solo convertirnos. La cruz afecta toda nuestra vida, incluso cómo nos relacionamos con los demás. En los últimos años, mi país, Chile, ha cambiado mucho, es normal ahora ver y conocer personas con diferentes acentos y color de piel. Trillia es afroamericana y sin duda ha sido personalmente bendecida por la aceptación de Dios en Cristo, y a juzgar por sus otras publicaciones, tanto su identidad y sus temores han sido transformados por el Evangelio. Este libro es sin duda una puerta abierta a conversaciones más profundas con nuestros hijos acerca de cómo los que «nos gusta andar en bicicleta, cómo los de piel más oscura y los de piel más clara, personas con el pelo crespo y personas con el pelo liso, necesitamos de Jesús para que nos enseñe a amarnos unos a otros».
Por último, un aspecto precioso de La gran idea de Dios es la visión gloriosa del fin. «Jesús va a volver y hará que su mundo sea perfecto otra vez». No importa el idioma o color de piel, todos los que disfrutamos del perdón de Dios viviremos juntos para disfrutar amarnos unos a otros. Esa realidad futura se impregna en nuestro día a día, tanto en la iglesia como en el mundo.
Además, cabe destacar que las ilustraciones representan muy bien esta gran idea de Dios. Catalina Echeverri ya se ha establecido como una excelente ilustradora en muchos de los libros para niños que mencioné al principio. Por supuesto, este libro no contesta todas las preguntas ni resuelve todas las implicancias, pero tu familia disfrutará de La gran idea de Dios una y otra vez al leerlo y disfrutarlo con tus propios y variados hijos.