Antes de leer este libro no habría pensado en el amor de Dios como una doctrina particularmente difícil. Difícil de entender es la doctrina de la Trinidad (si acaso no imposible) y otra doctrina difícil o imposible es la naturaleza eterna de Dios. Pero, ¿el amor de Dios? No lo habría visto así. Sin embargo, este libro me convenció de lo contrario.
La difícil doctrina del amor de Dios, de D.A. Carson, es tan solo un breve libro (102 páginas) basado en 4 charlas dadas en 1998. Se llevó a cabo una pequeña labor de edición, pero el texto se caracteriza por un tono familiar. Aunque contiene algo de teología profunda, constituye una fácil lectura.
Carson empieza bosquejando cinco razones por las cuales es una doctrina difícil. Primero, sugiere que, aunque la mayoría cree que Dios es un Ser amoroso, esta creencia se asienta en un fundamento ajeno a la Escritura. Segundo, muchas verdades complementarias acerca de Dios son rechazadas por muchos dentro de nuestra cultura (y nuestras iglesias). Tercero, el postmodernismo refuerza una visión sentimental, sincretista y pluralista de Dios. Cuarto, la iglesia ha caído en la creencia de una versión sentimentalizada del amor divino que no calza con la forma en que la Escritura presenta a Dios. Y quinto, la iglesia la presenta como una doctrina simple pasando por alto importantes distinciones que demuestran su dificultad.
A partir de esta base, Carson construye el libro en torno a cuatro temas: la distorsión del amor de Dios; el hecho de que Dios es amor; el amor y la soberanía de Dios; y el amor y la ira de Dios. Como esperaríamos de Carson, va directo a la fuente —la autorrevelación de Dios en la Escritura— para corregir las suposiciones falsas y discutir en profundidad lo que el amor de Dios entraña. Defiende la compatibilidad de las características divinas aparentemente contradictorias (que Dios puede ser perfectamente amoroso y, sin embargo, perfectamente justo en su ira) y examina cómo su amor interactúa con su soberanía en los asuntos humanos.
Dado que inicialmente estuvo dirigido a estudiantes de seminario, lo único que advertiría sobre el libro es que presupone algún conocimiento de teología cristiana. Por ejemplo, Carson comenta las distinciones entre el calvinismo y el arminianismo sin antes definir los términos. Un conocimiento básico del griego tampoco vendría mal, aunque ciertamente no es necesario.
Es inusual encontrar tanta profundidad en un libro tan breve, y al mismo tiempo, es agradable poder aprender tanto sin tener que atravesar cientos de páginas de texto. Este libro podría perfectamente haber tenido cientos o miles de páginas. Carson hace un maravilloso trabajo poniendo en valor los asuntos más importantes pero restringiéndose a una cantidad limitada de palabras. Lo recomiendo mucho.
La difícil doctrina del amor de Dios. Donald A. Carson. Publicaciones Andamio, 102 páginas.
Esta reseña fue publicada en Tim Challies.

