002. El manual de oración del Antiguo Testamento
Transcripción
Me encanta el hecho de que las oraciones de los Salmos no son esas oraciones prístinas, bien organizadas y teológicas. Dios nos invita a ser completamente honestos en los Salmos.
Bien, los Salmos que estamos mirando este año, como contenido de El Evangelio: un capítulo a la vez, también son el manual de oración del Antiguo Testamento. Los Salmos son este registro extenso de las oraciones del pueblo de Dios. Y de esa forma, son un maravilloso ejemplo de cómo se ve orar. Están ahí en medio del Antiguo Testamento como una bienvenida a orar a Aquel que tiene el poder y la disposición de responder.
Nunca debemos dar la oración por sentada. Cada vez que oras, tú estás experimentando un milagro personal de gracia divina: Aquel que lo creó todo, que gobierna todo, que está sentado con autoridad en el trono del universo está dispuesto a oírnos, está dispuesto a escucharnos, es tan amable y tierno que nos invita a llevar nuestras luchas a Él.
Me encanta el hecho de que las oraciones de los Salmos no son esas oraciones prístinas, bien organizadas y teológicas, como si dijeran «si no tienes una buena teología en tus oraciones, Dios no te va a escuchar». Las oraciones de los Salmos son algo caóticas y personales. Tenemos los salmos de alabanza, de angustia, de pregunta y de duda. Una cosa que es muy clara en los Salmos es que Dios nos invita a ser completamente honestos. No tenemos que esconderle nuestras vivencias a Él. No tenemos que esconderle nuestras dudas a Él. No tenemos que esconderle nuestras preguntas y cuestionamientos ni nuestros enojos y angustias a Él. En otras palabras, no tienes que limpiarte para ir en oración a Dios. Los Salmos nos enseñan que podemos ir a Dios en oración exactamente como eres. Y no sé si habías pensado en esto: cuando oras los Salmos, en realidad, estás orando los Salmos, las canciones y las oraciones de Jesús.
Un buen ejemplo de esto es un himno, un salmo, una oración muy conocida en los Salmos. El Salmo 22:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, de día clamo y no respondes;
Y de noche, pero no hay para mí reposo.
Esas palabras: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», fueron oradas por Jesús en la cruz. En ese momento, donde Dios le dio la espalda a su Hijo, Dios tomó cada gramo de nuestro rechazo, para que nosotros nunca más viéramos la nuca de Dios. Estas son las palabras de Jesús en la cruz, registradas para nosotros siglos antes de su nacimiento.
Me encanta la imagen completa de las oraciones en los Salmos. Aquí estamos rotos, confundidos, angustiados, sufrientes, dubitativos, pero no tenemos que vivir en la culpa, no tenemos que escondernos en vergüenza, no tenemos que actuar frente a nuestro Padre celestial como si fuéramos algo que no somos. Los Salmos son una invitación a ser completa y personalmente honestos ante Dios.
Dios es lo suficientemente poderoso y amoroso para manejar tus dudas, para manejar tu temor, para manejar tu culpa, para manejar tu sufrimiento, para manejar tus preguntas sobre dónde está y lo que está haciendo. Y Él dice: «ven a mí, te escucharé y te responderé». Bien, yo te diría: ¡ora los Salmos!
Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo
- ¿De qué maneras podrías estar dando el milagro de la oración por sentado? ¿No oras tan a menudo como debieras, dando por sentada la oportunidad de hablar con tu Padre celestial, Creador y Gobernador del universo? O si oras frecuentemente, ¿estás en riesgo de tratarla descuidada y mecánicamente como una rutina religiosa, dando por sentado que cada oportunidad es un momento fresco y personal de relación espiritual?
- Cuando oras en voz alta con o frente a otros, ¿te ves tentado a «presumir»? ¿Tienes miedo de ser honesto, ocultando lo que realmente crees y lo que verdaderamente quieres comunicar a Dios?
Preguntas para conversar con niños
Para niños más pequeños: ¿te gusta hablar con mamá y papá? ¿Lloras con mamá y papá cuando estás triste? ¿Le dices a mamá y a papá cuando tienes miedo? ¿Les haces muchas preguntas a mami y a papi? ¿Sabías que puedes hablar con Dios también al orar? Dios quiere que le cuentes todo lo que sientes. ¿Cómo te sientes hoy y cómo puedes orar a Dios por estos sentimientos?
Para niños mayores: ¿cuándo fue la última vez que te sentiste no escuchado; es decir, que alguien no te escuchó o no se tomó el tiempo de entender lo que estabas sintiendo o intentando comunicar? ¿De qué manera te sientes rechazado o abandonado por tus pares? ¿Estás luchando con creer que Dios te escucha y entiende lo que estás pasando? ¿De qué manera podrías estar intentando fingir tu positividad y pretender que todo va a estar bien cuando, en realidad, estás angustiado, desanimado, confundido, sufriendo y enojado? ¿Por qué es beneficioso ser honesto, tanto con Dios como con otros?
Publicado originalmente en Paul Tripp Ministries.