023. Salmo 42: la importancia de confrontarte a ti mismo
TRANSCRIPCIÓN
No seas tu mayor fan. No siempre seas tu propio abogado interno.
Bien, quiero mirar contigo el Salmo 42, y el Salmo 42 trata de la importancia de confrontarte a ti mismo. ¿Te confrontas a ti mismo? ¿O confías en ti sin importar qué? ¿Eres tu mayor fan? ¿Aplaudes todo lo que piensas? ¿Todo lo que haces? ¿Eres defensivo cuando alguien cuestiona lo que dices o lo que haces?
Uno de los compromisos importantes de la fe es estar comprometido a la autoconfrontación. Permíteme leerte un poco del Salmo 42:
Como el ciervo anhela las corrientes de agua,
Así suspira por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche,
Mientras me dicen todo el día: «¿Dónde está tu Dios?».
Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios,
Con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta.
[Ahora escucha esto]
¿Por qué te desesperas, alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez
Por la salvación de su presencia.
En el Salmo 42, somos invitados a escuchar a escondidas una conversación privada que el salmista está teniendo consigo mismo, y está diciéndose a sí mismo palabras de autoconfrontación: ¿qué te pasa? ¿Por qué estás desanimado? ¿Por qué tienes tanta confusión dentro de ti? ¿Por qué no estás esperando en Dios?».
Ahora, esto es lo que necesitas entender: nadie te habla más que tú mismo. Estás en una conversación constante contigo mismo y las cosas que te dices sobre ti, sobre Dios, sobre la vida dan forma a la manera en que vives.
Tenemos la tendencia de eximirnos de nuestra responsabilidad, de defender nuestro derecho a pensar libremente, incluso si lo que estamos pensando es incorrecto. Y a veces es muy importante estar muy consciente de lo que estás pensando y dar un paso atrás y confrontar esos pensamientos que van a desanimarte, que van a debilitar tu fe y van a traer dudas sobre Dios, y obviamente, entonces, moldear incorrectamente la manera en que vives.
Hay un patrón de autoconfrontación en este salmo, pareciera. Esto es lo primero: sé lo suficientemente humilde para estar dispuesto a confrontarte a ti mismo. No seas tu mayor fan. No siempre seas tu propio abogado interno. Puedo decir esto porque tengo una firma de abogados interior.
Lo segundo después de la confrontación es comprometerte a poner tu confianza en Dios. Verás, cuando fallas en confrontarte a ti mismo, ese es un sistema de confianza en ti mismo. No quiero hacer nada que quiebre mi confianza en mí mismo; la manera en que rompes eso es al poner tu confianza en Dios.
Lo tercero: recuerda la bondad constante de Dios. Sin importar cuán grande sea tu pecado, Dios nunca te dará la espalda. Él nunca se alejará con indignación. Él nunca deseará que no seas su hijo. Él nunca pensará que fuiste una de sus malas decisiones, porque Dios no toma malas decisiones. Recuerda su bondad.
Y luego, lo cuarto: resiste la duda. Escucha, este es el punto: tú y yo somos bendecidos con la justicia de Jesús. Jesús vivió una vida perfecta y justa en nuestro lugar. Él dio la talla perfectamente —escúchame— precisamente porque Dios sabía que nosotros no estaríamos a la altura.
Por lo tanto, la confrontación se ve así: estar dispuesto a admitir y a confesar tu pecado, debilidad y fracaso. Deja de construir tu confianza en ti y comienza a tener confianza en Dios. Recuerda su bondad inquebrantable hacia ti y resiste la duda que te llevaría a hacia adentro en lugar de hacia arriba, a Dios, para poner tu descanso en Él.
Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo
- Toma un momento para reflexionar en las conversaciones típicas que tienes contigo mismo diariamente. ¿De qué maneras sueles excusarte y defender tu punto de vista, incluso cuando es equivocado? Intenta pensar en ejemplos específicos. ¿Cómo las conversaciones contigo mismo están literalmente formando la manera en que piensas, hablas, actúas y vives diariamente? Nuevamente, sé específico con tus ejemplos personales. ¿De qué manera has sido tu fan más grande? ¿Tu abogado? ¿Tu firma de abogados?
- ¿De qué maneras específicas dentro de tu vida estás confiando en ti mismo en lugar de confiar en Dios? Medita en aspectos diferentes de tu vida como tu matrimonio, trabajo, hijos, relaciones con la familia extendida, conexiones con los vecinos, etc. En una manera saludable, ¿cómo puedes confrontar ese sistema de confianza en ti mismo y reemplázarlo con confianza en Dios?
- ¿De qué maneras te estás diciendo a ti mismo (o estás tentado a decirte a ti mismo) que tu pecado hace que Dios quiera darte la espalda, alejarse de ti con disgusto, desear que no seas su hijo y/o pensar que fuiste una mala decisión? ¿Cómo recordar la bondad de Dios puede reemplazar la narrativa negativa que te estás diciendo a ti mismo con su verdad?
- ¿De qué maneras tu duda te lleva hacia adentro en lugar de hacia arriba a Dios? Intenta recordar ejemplos específicos de tu vida cuando la duda hizo eso contigo. Ahora, ¿cómo recordar que la vida perfecta y justa de Jesús fue atribuida a nosotros como sus hijos puede ser la clave para resistir la duda?
Preguntas para conversar con niños
Para niños más pequeños:
- ¿En qué estás pensando ahora mismo? Compártelas conmigo. Si tuvieras que adivinar, ¿cuántas veces por minuto crees que piensas cosas para ti mismo sin decir nada en voz alta? ¿Quién crees que te habla más que cualquier otra persona? ¿Por qué la respuesta podría ser «tú» cuando pregunto quién te habla más que cualquier otra persona? ¿Qué tipo de cosas te dices a ti mismo que son divertidas, graciosas o correctas? ¿Qué tipo de cosas te dices a ti mismo que podrían ser crueles, nada divertido o incorrecto? ¿Por qué crees que es importante prestar atención a las cosas que nos decimos a nosotros mismos?
- ¿Por qué confiar en ti mismo podría ser algo malo cuando alguien más parece siempre estar diciendo que confiar en ti mismo es algo bueno?
- ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a recordar que Dios siempre es bueno y digno de nuestra confianza? Hagamos una lista juntos y escribamos algunas maneras en que podamos recordarnos mutuamente la bondad y la fiabilidad de Dios?
Para niños grandes:
- Si tuvieras que adivinar, ¿cuántas veces dirías que hablas silenciosamente contigo mismo a cada hora? Ahora, sólo por los números, ¿alguien te habla más de lo que tú te hablas a ti mismo? ¿Cuáles son algunas de las cosas que te dices a ti mismo en un día cualquiera? En la privacidad de tu mente, ¿crees que tiendes a defenderte a ti mismo más a menudo que lo que no? Sé que defendente silenciosamente a ti mismo puede sentirse bien, pero ¿por qué eso en realidad podría ser algo malo?
- Sé que nuestra cultura comunica que confiar en uno mismo siempre es bueno, pero ¿qué piensas? ¿Confiar en ti mismo podría ser algo negativo o algo potencialmente horrible? ¿Por qué? ¿Por qué sería algo bueno practicar cambiar nuestra confianza en nosotros mismos a confiar en Dios? ¿Por qué es mejor confiar en Él en lugar de en nosotros mismos?
- ¿Cómo confesar que eres débil, pecador y un fracaso puede ser algo bueno? Aun cuando eres débil, pecador y tiendes a fallar, Dios igual te escogió. Él nunca te da la espalda, nunca se aleja de ti con disgusto, nunca piensa que fuiste una mala decisión… ¿cómo eso te hace sentir? ¿Por qué siempre es una buena idea volverse hacia arriba a Dios en lugar de hacia adentro a nosotros?