Este artículo es parte de la serie Preguntas y Respuestas publicada originalmente en Crossway.
P: ¿Cómo debería decidir qué contenido puede ver mi hijo?
R: Cuando nuestra hija más grande tuvo la edad suficiente para sentarse a mirar una película, hablamos con entusiasmo sobre todas las películas favoritas de nuestra infancia que no podíamos esperar a ver con ella. Recuerdo muy vívidamente sentarme con ella para mirar una de nuestras favoritas de todos los tiempos y sentirme impactada por todas las veces que se usaron palabras y frases que rogaba que ella no entendiera. Este «clásico» estaba plagado de lenguaje inapropiado y glorificaba la crueldad incluso entre amigos. Desde ese momento, supimos que estaríamos peleando una batalla cuesta arriba.
Cuando Pablo y Timoteo estaban terminando su carta a los filipenses, animaron a la iglesia:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten. (Filipenses 4:8).
El deseo sincero de los padres creyentes en todas partes es criar hijos que algún día tomarán la antorcha del cristianismo y caminarán fielmente ante el mundo que los observa. Como tal, somos responsables de garantizar que el contenido que consumen sea verdadero, digno, justo, puro, amable, honorable, virtuoso y digno de elogio. Ya sea el lenguaje que se usa en la superficie o el mensaje subyacente que se comunica, como cristianos debemos ser conscientes de que nuestros pequeños lo están absorbiendo todo. Si bien no se puede esperar que el mundo se doblegue a los estándares de la Biblia, ciertamente nosotros tenemos la capacidad de ser exigentes con el contenido al que les permitimos estar expuestos.
Mientras decides cuál es el mejor contenido para tu familia, no dudes en revisarlo a la luz de la Escritura. ¿Es esta película pura o promueve la promiscuidad? ¿Se está ejemplificando la justicia o se está barriendo el pecado debajo de la alfombra? ¿Las lecciones que se enseñan son las que espero que mi hijo aprenda?
Por último, el tiempo frente a la pantalla y, en particular, el consumo de medios, ofrecen una gran oportunidad para ayudar a moldear la forma en que se recibe y procesa el contenido. Por ejemplo, nuestra hija Lucy (de 4 años) ha comenzado a detectar y a hacer preguntas sobre las actitudes y acciones pecaminosas de los demás. Recientemente, mientras estaba ocupada en una trama de princesas, ella notó que el antagonista estaba siendo malo con el personaje principal. El personaje «malo» estaba siendo poco amable. Esto nos condujo a una buena conversación sobre cómo al ser cruel a menudo se puede lastimar a otros y, en última instancia, es pecaminoso. Ver programas o películas juntos ofrece una gran oportunidad para ayudar a nuestros jóvenes a identificar y a reflexionar sobre la piedad y la maldad. Llama al pecado por lo que es y alaba la piedad en los demás cuando la veas.
P: ¿Cuánto tiempo en la pantalla es demasiado tiempo?
R: La respuesta directa es que no hay una cantidad de tiempo definitiva. Hay estudios psicológicos a considerar, la reacción única de tu hijo al tiempo frente a la pantalla, las demandas de tu familia en particular y un millón de otros factores que me impedirían darte un número blanco o negro de cuánto es demasiado. Algunos días mamá está enferma y un poco más de tiempo frente a la pantalla hace que el día sea más manejable.
En algunas ocasiones, vuelas por todo el país y la única manera de mantener a tu niño pequeño en su asiento es viendo películas repetidamente. Y en otros, el mundo enfrenta por años una pandemia mundial que requiere que los niños de todo un país pasen horas y horas de sus días frente a una pantalla solo para terminar su año escolar.
Si bien la lista de variables en constante cambio podría seguir y seguir, lo único que es constante es la Palabra de Dios. En su carta a los Corintios, Pablo escribe:
Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna (1 Corintios 6:12).
Al considerar dónde se encuentra la línea de «demasiado» para nuestra propia familia, debemos alinear nuestra toma de decisiones con las verdades de la Escritura. Podemos hacer preguntas como:
- ¿Estoy permitiendo que mi familia sea dominada por el tiempo frente a la pantalla?
- ¿Le estoy dando a mi hijo una pantalla para que yo pueda escapar de la responsabilidad?
- ¿Cómo responde personalmente mi hijo a la cantidad de tiempo que pasa frente a una pantalla?
- ¿Estoy modelando cómo usar, pero sin abusar, el tiempo frente a la pantalla o estoy demostrando cómo se ve estar dominado por una pantalla?
P: ¿Qué rol puede jugar el tiempo frente a la pantalla en el crecimiento de mi hijo?
R: Por lo general, parece ser que la conversación sobre el tiempo frente a la pantalla se inclina en gran medida hacia lo molesto, lo malvado y lo poco saludable que puede ser. Nos podría servir de aliento recordar algo de lo bueno que puede resultar del tiempo frente a la pantalla y algunas formas en que podemos usarla como una herramienta en la vida de nuestros hijos. 1 Corintios 10:31 nos instruye: «Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». ¿Cómo podemos usar el tiempo frente a la pantalla para la gloria de Dios?
Como hemos visto de manera más dramática en los últimos meses, el tiempo frente a la pantalla ha permitido que nuestro país mantenga cierta apariencia de normalidad en medio del caos. El tiempo frente a la pantalla ha permitido que los niños continúen su educación cuando fue necesario cerrar las escuelas, que los empleados mantengan sus trabajos cuando no podían ir a sus oficinas y que las relaciones se conservaran cuando el distanciamiento social nos mantuvo separados. Incluso más allá de una pandemia mundial, existen innumerables formas en que el tiempo frente a la pantalla puede beneficiar la educación de nuestros hijos pequeños. Desde documentales de animales hasta explicaciones en YouTube de problemas matemáticos que están más allá del alcance de mamá y de papá, la tecnología es realmente un regalo para la educación de nuestros hijos cuando se usa con una apropiada moderación.
Existe la posibilidad de que el contenido negativo durante el tiempo frente a la pantalla influencie erróneamente a nuestros hijos, pero también hay muchas maneras en las que podemos filtrar el contenido que nuestros hijos consumen para educarlos y hacer crecer su visión del mundo. Podemos enseñarles sobre las miríadas de culturas y pueblos que Dios ha creado, aprender sobre las vidas de hombres y mujeres fieles, ver los principales acontecimientos de la historia y explorar el mundo que Dios creó. Así como una pantalla puede devastar a un niño, también puede ayudar a fortalecerlo.
P: ¿Cómo puedo comenzar a administrar el tiempo en pantalla de mi hijo de manera más eficiente?
R: La tecnología y las pantallas en particular tienen una manera perversa de pasar rápidamente de ser una herramienta útil a una adicción exigente. Llega un correo electrónico: ¡mírame! Recibes un mensaje de texto: ¡mírame! Alguien te etiqueta en una publicación: ¡mírame! Hay una ventana de tiempo de quince segundos: ¡mírame! En lugar de ser la clave para una vida eficiente y efectiva, las pantallas pueden convertirse en un freno para muchos aspectos importantes de la vida.
Como padres, se nos ha confiado el privilegio de tener el mayor grado de influencia sobre nuestros hijos, para bien o para mal. Como muchas cosas en la vida cristiana, cuando estás señalando con un dedo a tu hijo, tres más te señalan a ti. Antes de hacer la pregunta de cómo puedes administrar el tiempo de tu hijo frente a la pantalla, primero debes preguntarte qué tipo de ejemplo le estás dando.
Si tus hijos te ven constantemente mirando un teléfono o desconectado del mundo para ver tus programas favoritos, están aprendiendo lo que tú consideras un comportamiento apropiado frente a la pantalla. Simplemente, no podemos esperar que ellos eviten ser adictos a las pantallas si nosotros mismos estamos dando un ejemplo de adicción. En un mundo de notificaciones constantes y de profundos factores psicológicos detrás de las redes sociales, a veces puede parecer imposible separarnos de nuestras pantallas, especialmente en los días más agotadores cuando un pequeño escape de la realidad se siente como todo lo que necesitamos. Sin embargo, si pretendemos enseñar a nuestros hijos a disfrutar adecuadamente, pero sin abusar, del tiempo frente a una pantalla, primero debemos revisar nuestros propios corazones y hábitos.