La tentación sexual abunda
El mal ha abundado en toda época; sin embargo, los niños de hoy enfrentan un peligro único. El sexo se da por sentado en la mayoría de las relaciones de noviazgo. La pornografía es tan accesible como revisar el pronóstico del tiempo. Las apps en los celulares proveen la oportunidad de conectarse anónimamente con cualquier persona.
Como padre de seis hijos, tengo la responsabilidad de protegerlos y guiarlos en este traicionero entorno de tentación sexual. También sé que, en última instancia, solo el Señor les puede proveer la ayuda que necesitan (Sal 127:1). Es por eso que los padres como yo debemos orar por la pureza sexual de nuestros hijos adolescentes.
A continuación, encontrarás seis oraciones extraídas de la mina de sabiduría de la Escritura que los padres pueden orar por sus hijos adolescentes.
1. Ora para que ellos deseen a Dios
Ora para que Dios los ayude a atesorarlo a Él por sobre todas las cosas.
Desear a Dios es un don que solo Él puede dar; suplícale para que se los dé a tus hijos. Hacemos esto sabiendo que una de las armas más importantes de Satanás es la distracción que abunda en nuestra era. Si no somos cuidadosos, las pantallas, los textos, los juegos, los amigos y las redes sociales llenarán cada momento de vigilia de la vida de nuestros hijos. El desear a Dios puede apagarse y reemplazarse rápidamente por intereses menores.
Hay una guerra por los afectos de nuestros hijos, y debemos suplicarle a Dios que intervenga. Primero, debemos orar para que nuestros hijos conozcan a Jesús. Orar para que aprecien su misericordia salvadora. Segundo, orar, junto con el apóstol Pablo, para que nuestros hijos continúen valorándolo a Él y «estim[ando] como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús […] y lo consider[en] como basura a fin de ganar a Cristo» (Fil 3:8).
Jesús nos asegura que: «Bienaventurados [son] los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios» (Mt 5:8). Ora para que tus hijos busquen la pureza, no como un fin en sí, sino como un medio para ver a Dios. Ora también para que tú tengas sabiduría a fin de ayudar a tus hijos a disciplinarse a sí mismos y a que prioricen la búsqueda de Dios por sobre todas las cosas (1Ti 4:7-8).
2. Ora para que ellos entiendan la sexualidad
Ora para que Dios ayude a tus hijos a tener una perspectiva del sexo formada por la Escritura, no por el mundo.
Hace varios años atrás, mi familia y yo entramos a la casa de los espejos en un carnaval. Las paredes estaban cubiertas de espejos diseñados para deformar nuestro reflejo y presentarnos una imagen distorsionada. Algunos nos estiraron para hacernos parecer altos y delgados; otros nos hacían ver bajos y gordos. Dondequiera que íbamos, las cosas se veían bien en algunos aspectos y extrañas en otros.
Nuestro mundo caído es una casa de espejos que distorsionan todo, incluso la sexualidad. Según el mundo, el sexo es lo que tú quieres que sea porque, bueno, después de todo se trata de ti, ¿no? Pero esta perversión del propósito de Dios tiene efectos devastadores. Junto con eso, el mundo te asegura que tu identidad está sujeta a tus sentimientos y satisfacción sexual. Esto produce confusión con resultados desastrosos. Ora para que ellos vean su identidad en Cristo como su mayor tesoro.
Dios creó el sexo, el género y la sexualidad de manera sabia y maravillosa. Nos diseñó con las capacidades de atracción, estimulación y satisfacción. Nuestros hijos necesitan entender que el sexo no es insignificante ni malo, sino que en el matrimonio es un don que Él nos da para nuestro placer y para su gloria (Heb 13:4; cf. Gn 1:28; 2:24). Navegar por el confuso mundo de la sexualidad puede resultar desorientador para nuestros hijos, por eso ora para que la Palabra de Dios moldee sus mentes (Ro 12:1-2).
3. Ora para que ellos honren a los demás
Ora para que Dios les enseñe a nuestros hijos a honrar a los demás en lugar de usarlos.
Nuestra cultura sexualizada degrada a nuestros semejantes hechos a imagen de Dios. Las personas quedan reducidas a objetos para ser usados y codiciados, en lugar de ser portadores de la imagen de Dios para ser servidos y honrados. Recientemente, salí a caminar con un joven que ha estado batallando con la pornografía. Cuando pasamos junto a una joven atractiva, él reaccionó girando su cabeza hacia el otro lado y comenzó a caminar de lado con su espalda hacia ella. Aunque valoro su deseo de no mirarla con lujuria, ese no es el tipo de respuesta que deberíamos tener con nuestros semejantes.
Cuando sacamos el sexo del lugar sagrado del matrimonio, este tiene un efecto degradante en las personas hechas a imagen de Dios. Satanás incita a nuestros hijos a fantasear con usar a otros para su placer sexual, pero Jesús nos llama a amar a nuestro prójimo, no a mirarlo con lujuria. Los jóvenes son llamados a tratar «a las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza» (1Ti 5:2). Las jóvenes, desde luego, son llamadas a tratar a los jóvenes como hermanos, con toda pureza también.
Ora para que tus hijos miren a los demás como personas dignas de honor, respeto y protección. Ora para que presten atención a las advertencias de Dios para aquellos que pecan sexualmente en contra de otros (Heb 13:5). Ora también para que dediquen sus vidas a ayudar a otros a crecer en santidad en lugar de defraudarlos por medio del egoísmo sexual (1Ts 4:1-8).
4. Ora para que cultiven sobriedad
Ora para que Dios ayude a nuestros hijos a que tengan sobriedad espiritual en cuanto al pecado, la gracia y la eternidad.
La juventud suele ir acompañada de un caso desastroso de miopía espiritual. Las cosas sobre la eternidad se sienten típicamente irrelevantes. La gracia puede parecer nebulosa. Los adultos pueden comprender más fácilmente cómo el pecado puede devastar un matrimonio o una carrera. Nuestros hijos e hijas necesitan que Dios cultive en ellos sobriedad espiritual.
Salomón advirtió a sus hijos del desastre que acompaña a la seducción diciéndoles que «su casa se inclina hacia la muerte […]. Todos los que van a ella, no vuelven, ni alcanzan las sendas de la vida» (Pr 2:18-19). Ora para que Dios ayude a tus adolescentes a comprender cómo el pecado sexual deshonra sus nombres, ocasiona dolor personal y roba años de sus vidas (Pr 5:9, 6:27-28).
A medida que el pecado se vuelve más evidente para nosotros, la gracia de Jesús se torna más preciosa para nosotros. Ora para que Dios guarde a nuestros hijos de la desesperación y les dé esperanza en Jesús. Ora para que ellos vean que donde el pecado abunda, la gracia de Dios sobreabunda (Ro 5:20). Ora para que no se avergüencen delante de Dios, sino que sean audaces para correr a su trono de gracia (Heb 4:14-16). Ora para que Dios les abra los ojos y se den cuenta de que todo lo que piensan, dicen o hacen tiene consecuencias eternas (Sal 119:18; Lc 8:10).
5. Ora para que se confiesen con rapidez
Ora para que Dios les ayude a confesar sus pecados con rapidez y se aferren a Jesús con desesperación.
Los pecados no confesados producen vergüenza. Y la vergüenza es un arma poderosa en el arsenal de Satanás, especialmente en contra de los adolescentes. Al aprovecharse de sus inseguridades, los tienta a desatender sus compromisos. Él sabe que el pecado no confesado es como un cáncer en el alma. Paraliza la conciencia y los hace caer en espiral hacia oscuridades más profundas.
Como padres, queremos ayudarlos a no pecar, pero también debemos estar listos para ayudarlos cuando lo hacen (1Jn 2:1-2). Debemos enseñarles a nuestros hijos a confesar sus pecados a Dios (1Jn 1:8-9) y a otros creyentes (Stg 5:16). Debemos familiarizarlos con la Escritura, que los ayudará a correr hacia Dios en busca de misericordia (cf. Sal 32, 38, 51, 103, 130; Is 1:18; Mt 11:28; 1Co 6:9-11; Stg 4:6-10; 1P 2:24-25).
Ora para que no silencien la convicción del Espíritu, sino que respondan con fe y arrepentimiento (Ro 2:4; Heb 3:15; 2P 3:9). Ora para que tus hijos sientan el peso de su pecado, pero que también sepan el camino al trono de la gracia (Heb 4:14-16). Ora para que crean que «el que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia» (Pr 28:13). Ora para que crean que Dios desea perdonarlos.
6. Ora para que sean valientes
Es difícil seguir a Jesús cuando todos los demás no lo hacen. El peso de la presión social puede ser desalentador para los jóvenes. Es por eso que debemos orar para que tengan la valentía de seguir a Jesús (Jos 1:9; Is 41:10; Sal 31:24; 2Ti 1:7).
El apóstol Pedro les recordó a los cristianos sufrientes que debían abandonar el pecado al cual todos los demás se entregaban. También los ayudó a luchar contra la burla que sin dudas vendría de sus amigos: «Y en todo esto, se sorprenden de que ustedes no corren con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y los insultan. Pero ellos darán cuenta a Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos» (1P 4:4-5).
Ora para que nuestros hijos sean fortalecidos para confiar en Dios, aun cuando los demás se rían. Ora para que el día venidero del juicio final los haga resistir el pecado y puedan exhortar a sus amigos a encontrar la salvación en Jesús. Ora para que se «vistan del Señor Jesucristo, y no piensen en proveer para las lujurias de la carne» (Ro 13:14).
7. Oren por ustedes mismos
Finalmente, padres, oren por ustedes mismos. Oren para que todas estas realidades estén presentes en sus propias vidas abundantemente. En efecto, una de las maneras en que Dios quiere proteger a tus hijos es por medio del modelo y ejemplo que ellos ven en ti. Valora a Cristo. Honra a los demás. Ora por tus adolescentes.
Este artículo es una adaptación de Pure in Heart: Sexual Sin and the Promises of God [Puro de corazón: el pecado sexual y las promesas de Dios] escrito por J. Garrett Kell.