Conducir un auto nuevo es mucho más emocionante que subirte a tu cacharro que ya tiene 15 años. Llegar a una casa nueva es mucho más gratificante que entrar a mi casa que necesita una larga lista de reparaciones. Entiendo que empezar una iglesia nueva sea apasionante, especialmente si lo comparamos con tomar una iglesia establecida con todos sus problemas.
Evidentemente, plantar iglesias parece que ha sido la moda durante los últimos veinte años. Sin embargo, quiero tomar un momento para ofrecerles cinco razones por las cuales los pastores, tanto principiantes como experimentados, deberían considerar dirigir iglesias establecidas antes de decidir plantar otra.
Cinco razones para pastorear una iglesia que ya existe
1. Muchas iglesias establecidas anhelan tener un pastor vocacional
Vivo en el este de Texas y sé de varias iglesias que no tienen un pastor principal. Dicho de manera simple, estas iglesias están listas para la cosecha. No tienes que formar un equipo de base, no necesitas recaudar fondos, no necesitas persuadir a ninguna organización involucrada con permisos de construcción ni tampoco descifrar dónde se van a reunir por los próximos seis meses. Todo y todos están listos para empezar.
2. A propósito de un lugar de reunión, la mayoría de las iglesias establecidas tienen un edificio
Muchos de estos edificios incluyen un auditorio principal, algunos salones de clases y un espacio para grupos pequeños, incluso tienen una oficina para el pastor. Y, ¿adivina qué? ¡A menudo estas iglesias tienen muy pocas deudas o ninguna!
Volvamos a mi analogía del automóvil. Tu Corvette soñado puede verse y sonar mucho mejor que mi Nissan Murano 2007, pero yo ya pagué todo mi préstamo y el seguro es barato. Mientras que tus pagos…
En otras palabras, una iglesia que es dueña de su propiedad goza de estabilidad.
3. Las iglesias establecidas suelen tener miembros maduros
En términos generales, los cristianos maduros aportan una estabilidad que es muy bien recibida. Con frecuencia, son asistentes fieles, dadores generosos y comprometidos. He estado en el ministerio desde 2012 y, durante ese tiempo, me ha tocado tener que recordarles a los miembros menores de cincuenta la importancia de asistir los domingos. Con los miembros mayores, generalmente, tengo que ayudarles a no sentirse culpables por estar ausentes ocasionalmente.
4. Las iglesias establecidas a menudo están llenas de ovejas, por quienes Cristo murió, con falta de enseñanza e indisciplinadas
Los pastores tienen muchas responsabilidades importantes. Una de ellas es trabajar en presentarle cristianos maduros a su Salvador y Señor (Col 1:28).
Antes de servir como pastor de una iglesia local, trabajé como evangelista vocacional. Me encantaba. No había nada tan maravilloso como ver a una persona entender y creer el Evangelio por primera vez. Pero dije «había» por una razón. Siento ese mismo gozo cuando veo crecer espiritualmente, delante de mis ojos, a quienes han sido cristianos por mucho tiempo. En estos días, y para mi sorpresa, me llama aún más la atención ver a un santo que ha perseverado en su vida, entrar finalmente en gloria que ver a alguien profesar fe por primera vez (¡aunque ambos son maravillosos!).
5. Las iglesias establecidas pueden realmente volver a ser saludables
Muchas iglesias antiguas pueden desarrollar tradiciones que no son bíblicas. Con el pasar del tiempo van adquiriendo costumbres familiares que luego no quieren cambiar. Necesitan ayuda. Necesitan pastores pacientes que estén dispuestos a explicar lo que deben hacer para cambiar, no por la fuerza de la personalidad, sino por medio del testimonio claro de la Escritura. Ciertamente, es probable que sea más fácil y menos estresante simplemente dejar atrás a estas iglesias incrédulas. Pero ¡necesitan ayuda! Además, estas iglesias pueden realmente ser más saludables. No obstante, para que eso pase, necesitan pastores fieles.
Conclusión
Si eres un aspirante a pastor, puedes pensar que tu mejor camino es plantar una iglesia, y puedes tener razón. Pero déjame motivarte para que al menos consideres los beneficios y gozos de invertir tu tiempo y energía en una iglesia establecida. Es posible que descubras que dispones de mejores recursos, de más fondos y de una congregación igual de fructífera.
Quizás tengas años de experiencia como pastor y puede que aún te queden otros diez o quince años más. Podría ser que sirvas mejor a Cristo quedándote donde estás. Sin embargo, me pregunto si acaso eres tú el pastor que necesita una iglesia que está agonizando para volver a la salud y a la vitalidad.
Que Dios nos ayude a servirle bien dondequiera que estemos.