Cada fin de semana, ayudo a dirigir un grupo de niños con necesidades especiales, incluyendo a muchos niños con autismo, en un centro de ayuda de relevo nocturno. Cuando les he preguntado a los cuidadores qué han aprendido de las personas con autismo, algunos incluso muy compasivos, dicen cosas como: «bien, me han enseñado a ser paciente» o «que puedo ir a Dios para pedir fuerzas a fin de lidiar con ellos». Esas son lecciones buenas y reales, pero no responden la pregunta. ¿Qué nos enseñan las personas en sí con autismo? Estas son cinco cosas que los niños con autismo me han mostrado sobre la vida cristiana.
1. A enfocarme en la voz que más importa
Puedes leer esta oración porque tu cerebro está ignorando la mayoría de los sonidos a tu alrededor. Esa es una habilidad increíble que muchos niños, como una niña de 10 años con autismo que conozco, no tienen. Su cerebro no puede filtrar fácilmente el ruido, por lo que escucha el ronroneo del sistema de climatización, los autos que pasan afuera y el tic del reloj. ¿Puedes imaginar intentar enfocarte con todo ese ruido? Adicionalmente a su autismo, Dios le dio la capacidad de aprender cómo filtrar y enfocarse en las voces que ella necesita escuchar más.
La admiro y necesito imitar sus esfuerzos en la concentración. A pesar de la capacidad de mi cerebro de filtrar el ruido, encuentro increíblemente difícil escuchar la voz de Dios. Demasiado a menudo, su voz suave y apacible se pierde en el ruido de mis pensamientos y ansiedades. Sólo cuando aprendamos a escuchar sus palabras de gracia, como esta niña con autismo, lo obedeceremos y confiaremos en Él.
2. A ver la vida a través de los lentes de la Palabra de Dios
Ron Suskind escribe en el New York Times sobre su hijo, Owen, quien tiene una memoria enciclopédica para las películas de Disney. Owen usa estas películas para comprender y comunicarse con el mundo que lo rodea. Para comunicar temor, Owen actúa como la rata en Ratatouille. Para mostrar fuerza, actúa como Gastón en La bella y la bestia. El mundo real no tiene sentido para Owen, pero el mundo definido por Disney sí.
De manera similar, el mundo en el que vivimos no tiene sentido hasta que lo vemos a través de los lentes que Dios nos ha provisto en su Palabra. Como Owen y sus historias de Disney, necesitamos permitirle a la historia de la Biblia explicar nuestras vidas y dirigir cómo las vivimos. Algunos niños con autismo, como Owen, ven la vida a través de un texto. Nosotros también deberíamos.
3. A disciplinarme para recordar el inmutable amor de Dios
Conozco a un pequeñito cuyo autismo se expresa por medio de la sensibilidad extrema a cualquier tipo de cambio. En un mundo que es consistentemente inconsistente, se consuela con las rutinas y los horarios familiares. Él insiste en que el auto se estacione de cierta forma, que el canasto de la ropa sucia permanezca en su lugar y que esas tareas se completen en el mismo orden. Primero el cepillo de dientes, luego la ducha y después la ropa.
Ese tipo de repetición puede ser muy difícil para las familias a las que servimos. Sin embargo, este pequeño me ha ayudado a ver la fuerza en la disciplina que él necesita para tener orden en su mundo. Como él, necesito establecer rutinas que me ayuden a recordar el amor inmutable de Dios por mí. Este niño se siente seguro dentro de las restricciones de su horario. Nos sentiremos de esa manera también cuando nos restrinjamos a los horarios que nos recuerden de la irreversible libertad que tenemos en Jesús.
4. A hablar claramente la verdad en amor
Me encanta un niño pequeño que veo con regularidad y que es muy preciso en cómo procesa el lenguaje. Su autismo se expresa a través de decir lo que él quiere —¡con exactitud!— y asumir que yo hablaré con el mismo nivel de precisión. Si él olvida decir «por favor» cuando pide algo y yo le pido que use la palabra mágica, él contestará: «¡abracadabra!», porque «por favor» no es una palabra mágica. Si le digo que «no le pegamos a nuestros amigos», él cree que puede golpear a los extraños.
Dios nos ha invitado a todos nosotros a hablar la verdad en amor, pero rara vez lo hacemos. Usamos palabras duras y deshonestas porque no comprendemos el poder que nuestras palabras tienen para dañar o sanar. No hemos practicado la comunicación directa como mi joven amigo lo ha hecho. ¡Quiero ser como él! Y al hacerlo, puedo unirme a él para mostrar a nuestro Dios, quien cumplió su palabra al darnos su Palabra para redimir y restaurar al mundo.
5. A descansar constantemente en la gracia de Dios
Existe un grupo de personas jóvenes con autismo que van a Jill’s House regularmente. Aunque su autismo se expresa de manera única en cada uno de ellos, todos se encuentran en algún punto cometiendo demasiados errores sociales —tantas meteduras de pata, ofendiendo accidentalmente a personas demasiado a menudo— que el ciclo de gracia llega a ser una segunda naturaleza. Uno de los niños saluda a su mamá después de haber estado en el centro por el fin de semana y le dice: «aún estás gorda, mamá». Él siempre se siente terrible por eso, pero ha aprendido a pedir perdón rápidamente. Su mamá es rápida para ofrecerlo y él es rápido para recibirlo.
Para la mayoría de nosotros, el ciclo de gracia es mucho más largo. Detestamos que nos digan que cometimos un error. Intentamos defendernos a nosotros mismos. Culpamos a otros e intentamos justificar nuestro comportamiento. El ciclo puede prolongarse por muchos más años de los que debiera. Es en esos momentos que necesito la humildad de este grupo de jóvenes. Ellos dependen de la gracia porque saben que la necesitan y confían en que está disponible. Y lo mismo es cierto para nosotros. Por lo tanto, sé como ellos y pon en práctica ser rápido para el perdón.
Dios me ha bendecido con el trabajo que me ha dado para hacer con todo lo que he ganado a través de estas jóvenes vidas. ¡Únete a mí! Cuando pasas tiempo con niños, tanto con como sin discapacidades, verás sus necesidades y dones únicos. En nuestra cultura estadounidense, es fácil ver las necesidades de los niños con discapacidad como el autismo, y mucho más difícil ver los dones. No obstante, ¡Dios dijo que los hizo para reflejar su imagen! Por lo tanto, tómate el tiempo de ver y apreciar verdaderamente los dones que Dios les ha dado y celebra estas vidas que fueron hechas para su gloria y para nuestro bien.
Cameron Doolittle © 2014 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso.

