Para gran beneficio nuestro, los últimos años han visto una proliferación de libros que intentan describir cómo el Antiguo Testamento hace referencias a Cristo, y en última instancia, se centra en Él (Lucas 24:44). No muchos están en español —por ahora—, pero esta vez quiero destacar uno que sí lo está.
La Biblia para niños historias de Jesús es un libro que, de principio a fin, muestra con ejemplos que la Escritura no es una colección de historias aisladas sino un relato único centrado en una figura que le da sentido a todo.
Esa es la razón por la cual el título secundario del volumen es Cada historia susurra su nombre. El libro está constituido por una selección de historias bíblicas, pero el denominador común de ellas (incluidas las del Antiguo Testamento) es que ponen en evidencia cómo la Escritura dibuja poco a poco las características de Cristo y su ministerio.
Ya hubiera querido yo tener este libro cuando niño. Teniendo en cuenta que a menudo escuché muchas de estas mismas historias como meras biografías inconexas de personajes a imitar (o no imitar), leerlas cristocéntricamente me habría permitido entender más tempranamente que la Biblia se trata de lo que Jesús ha hecho por mí y no de lo que yo puedo hacer por él.
Ciertamente la Escritura misma declara que todo apunta a Cristo, pero, considerando que muchas veces nos resulta más fácil decirlo que comprobarlo, el doble aporte de este libro consiste en demostrarlo sin sacrificar la simplicidad que una narración para niños requiere: Utilizando un lenguaje sencillo y ameno acompañado por ilustraciones que irradian una frescura verdaderamente infantil, el relato proporciona una visión fascinante que encantará igualmente a más de algún adulto (y, de paso, probablemente le aclarará bastantes cosas).
No se trata de un relato cien por ciento ajustado a los detalles (tanto la escritora como el ilustrador se han dado ciertas licencias creativas), pero, como alguien ha dicho, debería ser un material de lectura obligatoria para predicadores. Si en los púlpitos hubiera más de Cristo en exposiciones más vivas y sencillas de la Escritura, estoy seguro de que nuestras propias historias personales también se centrarían más en Jesús.