Sara y Karen son mejores amigas. Hace un año, Karen entró a la habitación de Sara en la residencia para pedirle prestado un libro a su compañera de cuarto y notó que Sara estaba mirando su película favorita. Cuarenta minutos después, luego de discutir la trama y repasar las escenas favoritas de la película, se hicieron amigas rápidamente.
Con el tiempo, hacían todo juntas: estudios bíblicos, compañeras de rendición de cuentas y, finalmente, la foto de perfil de Facebook con la etiqueta de «mejores amigas» lo hizo oficial. Sara y Karen comenzaron a ver cada vez menos a sus otras amigas. La facilidad con la que se hicieron amigas fue conveniente y entretenida. Comenzaron a hablar todos los días, compartían sus emociones y sentimientos, y oraban la una por la otra. Al punto que un día no se sentía completo hasta que Sara hubiera hablado con Karen. Cuando Karen tenía un día difícil, inmediatamente le enviaba un mensaje a Sara buscando consuelo. Ella sabía que Sara oraría por ella de todas maneras. Les era difícil imaginar cómo era la vida antes de que fueran mejores amigas.
Cuando el año académico llegó a su fin, Sara y Karen tomaron la decisión obvia de ser compañeras de habitación al siguiente año. ¡Sin duda, esto les ahorraría muchos mensajes de textos y llamadas telefónicas! ¡Y cuánto se divertirían viviendo juntas! Aunque tenían un departamento de dos habitaciones, se encontraban hasta tarde conversando o viendo películas, por lo que tomaron la decisión de simplemente compartir una habitación. Sara tenía una cama de dos plazas en su pieza, así que Karen simplemente dormía con ella ahí. Frecuentemente, se quedaban dormidas conversando. Sus conversaciones eran tan inocentes que hablaban sobre con qué profesor tomarían el curso de cálculo o dónde almorzarían al día siguiente. Lentamente, quedarse dormidas conversando se transformó en quedarse dormidas tomadas de la mano; tomarse de la mano se convirtió en acurrucos.
A veces su afecto físico incomodaba a otros; incluso las llamaban una «amireja»: amigas que actúan como una pareja. Sin embargo, a Sara y Karen les encantaba. Su amistad las hacía sentir a salvo y les entregaba estabilidad y seguridad en un mundo relacionalmente inestable.
Entonces, un verano, todo cambió. Sara se fue a un viaje misionero con su iglesia y conoció a otra amiga, Amanda. Karen podía deducir a partir de las publicaciones en Instagram que Sara realmente disfrutaba a su nueva amiga. Estaba ansiosa de que su compañera de cuarto volviera. No obstante, cuando Sara llegó a casa, las cosas eran claramente diferentes. Ella quería invitar a Amanda a sus actividades y a menudo la invitaba a pasar la noche en su casa.
Los intensos celos que Karen sintió fueron sofocantes. Se sintió traicionada, herida y enojada. Estaba perdiendo a su mejor amiga y no sabía cómo detenerlo. El dolor desgarrador era más profundo que cualquier cosa que haya experimentado antes. Haría cualquier cosa para recuperar a Sara.
Esta es la historia de una amistad que terminó mal. En algún punto, a lo largo del camino, Karen comenzó a buscar a Sara para obtener cosas que solo Dios puede dar: validez, propósito, pertenencia y seguridad. Esta es la historia de una amistad infectada de idolatría. Y esto ocurre demasiado a menudo.
No todas las amistades no saludables tienen los mismos síntomas, pero los celos, la posesividad, la exclusividad, el miedo a nuevas amistades y una profunda necesidad de una mejor amiga son ramas del mismo árbol. Acompáñame a medida que alumbro un poco este tema al responder las siguientes preguntas:
- ¿Qué es la idolatría? ¿Qué dice la Biblia sobre esto?
- ¿Cómo se ve la idolatría en una amistad?
- ¿Cuáles son las señales de una amistad no saludable?
- ¿Cuál es el verdadero propósito de la amistad?
- ¿Cómo se ven las amistades saludables?
- ¿Qué puedes hacer si estás en una amistad no saludable?
- ¿Cuáles son las tendencias culturales en la amistad y cómo nos afecta?
Oro para que a lo largo de esta serie puedas entender la visión de un Dios que todo lo satisface, que nos ofrece más satisfacción y gozo de lo que nos atreveríamos a pensar. Y también para que puedas comprender la visión de la amistad para Jesús; una camaradería cristiana que se trata de tener más de Dios en nuestras amistades; no más de la una y de la otra.