“Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error.” 2 Pedro 2:18
En este verso Pedro hace una advertencia a los nuevos creyentes e implícitamente a todos los cristianos maduros de cada iglesia. ¿Cómo estamos cuidando a los nuevos como iglesia? ¿Tenemos una sincera y dedicada preocupación por hacernos cargo de ellos? ¿De qué manera nuestras iglesias los ayudan a involucrarse en la comunidad y a ponerlos al cuidado de creyentes maduros que puedan animarlos y apoyarlos cuando lo necesiten? ¿Qué herramientas tenemos como congregación para que puedan crecer en su fe por medio del estudio de la Palabra de Dios?
Pedro nos advierte, que siempre va a haber un equipo de bienvenida en nuestras iglesias, ya sea el formado por los creyentes maduros, o bien el de los falsos maestros. Pedro nos muestra que estos están al acecho de los nuevos creyentes para seducirlos y para ello utilizan una estrategia conformada por dos elementos: Primero, lo hacen por medio de discursos arrogantes y sin sentido.[1] Es decir, utilizan discursos que suenan a una alta calidad intelectual, de una espiritualidad inalcanzable y de gran conocimiento de la Palabra. Su lenguaje y formato deja boquiabiertos a los creyentes nuevos que inocentemente se ven atraídos por estas personas que suenan a creyentes maduros y llenos de conocimiento. Todo esto lo hacen con una llamativa seguridad y confianza, mostrando ser tremendamente persuasivos, pero en verdad son vacíos de contenido y no pueden dar la satisfacción y altura espiritual que prometen.[2] El segundo elemento de su estrategia es que buscan seducirlos con aquellas cosas pecaminosas que estos nuevos creyentes están comenzando a dejar. Les ofrecen continuar con cosas de su antiguo estilo de vida. Hacen tentadores ofrecimiento de sexualidad, materialismo, vicios diversos, etc., para que estos puedan encontrar justificación, supuestamente bíblica, para poder volver a sus pecados y creer que siguen siendo fieles a Dios. Es decir les ofrecen una forma de poder llamarse cristianos y seguir sus deseos a la vez.
Aunque no lo creas, estas cosas siguen ocurriendo en nuestras iglesias hoy. Hay personas que están atentas a los nuevos creyentes y no con intenciones piadosas. A estos les encanta tener propios adeptos y liderarlos, pero sin ser ellos liderados por el Señor Jesús. Es por ello que esta es una advertencia a cuidar primero a todos aquellos que recién se han acercado a la fe. Si eres nuevo en la fe, cuídate, porque estas cosas son reales. Por ello debes buscar buenos líderes que te ayuden a crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios para que ella te diga qué tipo de vida es la que debes tener. Debes tener cuidado y no buscar ser primero un seguidor de personas antes que del Señor Jesús. Por ello debes revisarte constantemente delante de Dios. Revisa tu corazón a la luz de la Palabra teniendo en cuenta que los falsos profetas te ofrecerán cosas que estás comenzando a dejar.
Pero también esta es una advertencia implícita para todos nosotros como creyentes. Debemos cuidar a los nuevos creyentes de nuestras iglesias porque va a haber personas al acecho para llevarlos al error nuevamente y hacerlos sus propios seguidores. Si vemos que algún nuevo creyente ha sido tentado por este tipo de cosas, ya sea porque alguien les prestó un libro, tuvieron una conversación, les mandaron un video, los invitaron a un evento, y con ello les surgieron algunas dudas, debemos mostrar misericordia (Judas 22). Es decir, debemos tenerles paciencia, amarlos, pasar tiempo con ellos, conversando, entendiendo sus dudas, orando y leyendo la Biblia juntos y motivándolos a comprometerse de verdad a la fe de la manera que nos enseñó nuestro Señor Jesús y los apóstoles. Este método será mas efectivo que una dura reprimenda.
Cuidemos a los nuevos creyentes de estos lobos rapaces y levantémonos para edificarlos y animarlos, por medio de la Palabra de Dios, con paciencia y amor, para que personas que aman de verdad al Señor, y no los falsos maestros, conformen el equipo de bienvenida.