Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. (2 Pedro 2:9)
A pocos días de casarme, mi ahora esposa me despertó un día sábado a las 7:00 a. m. con un urgente llamado. Con mucha emoción trataba de hallar las palabras para expresarme que había encontrado la solución para cocinar en nuestra futura vida matrimonial. Había visto en la televisión algo llamado “Flavor Wave” que milagrosamente cocinaba a la perfección, en pocos minutos, los productos sacados directamente del congelador. Ese mismo día, con mucha emoción, solicitamos aquel milagroso producto que solucionaría nuestros futuros problemas culinarios. Sin embargo, al poco tiempo de casados, lo pusimos a prueba y no funcionó como lo habíamos visto en la televisión. Frente a nuestra gran desilusión terminamos por guardarlo en su caja, y después de más de 5 años, su única utilidad ha sido ocupar un espacio en nuestra cocina.
En este verso, Pedro nos da la conclusión de los 3 ejemplos que nos ha dado desde el verso 4, diciéndonos que éstos prueban que Dios librará de la prueba a los suyos mientras castigará a los impíos, que en el contexto son los falsos profetas y sus seguidores. El énfasis aquí es que Dios librará de las pruebas a los suyos. En su vida éstos enfrentarán pruebas, pero serán librados de ellas.
En todo tiempo, y con mayor acento hoy en día, ha habido falsos maestros que han presentado el cristianismo como el “producto” que promete solucionar todos los problemas aquí y ahora. Prometen que, si te acercas a Jesús y tienes “fe”, no volverás a tener problemas ni enfermedades y serás próspero económicamente, entre otras cosas. Lo irónico es que Pedro nos dice que los falsos maestros, por su publicidad engañosa, tal como lo ha demostrado con los ejemplos del pasado, serán reservados para el juicio. Sin embargo, los creyentes serán salvados de las pruebas. El lenguaje original nos muestra claramente que no está diciendo que los cristianos seremos librados de experimentar pruebas, sino que dice que seremos librados cuando estemos “en” ellas [1]. Es decir, los cristianos experimentaremos diversas pruebas, y este, y muchos otros versos, lo demuestran (1 Pedro 1:6-7; 5:10; 1 Corintios 10:13; Romanos 5:3-4; Hechos 14:22). Sin embargo, la promesa es que Dios será fiel en librarnos de ellas, haciendo que permanezcamos fieles a él hasta el fin, pase lo que pase. Muchas personas, tristemente, van detrás de este falso “evangelio libre de dificultades” presentado como uno más de esos productos “llame ya” de la televisión. Pero cuando vienen dificultades a sus vidas, se sienten engañados y abandonan rápidamente el producto ya que no funcionó como se les prometió.
No debemos engañarnos. Como dice el autor Michael Green, “El cristianismo no es una póliza de seguro contra las pruebas de la vida” [2]. La vida cristiana no está exenta de problemas ni complicaciones, y muchas veces éstas pueden ser bastante extremas. Dios permite que estas cosas vengan a la vida del cristiano, pero podemos estar seguros de que él estará con nosotros, tendrán un propósito y nos librará de ellas. Las vidas de Jesús y de los apóstoles son la primera prueba de esto. Además, la historia nos muestra que los primeros cristianos tampoco fueron la excepción a ello. Muchos fueron duramente perseguidos y tentados con falsas enseñanzas para apartarse del Señor. Sin embargo, Pedro anuncia que el Señor nos libraría tal como lo hizo con ellos.
Las historias de Noé y de Lot nos muestran que los creyentes deben a veces soportar largos tiempos de prueba antes de ser librados. Noé debió soportar un largo periodo de burla y humillación mientras construía el arca, antes que viniera el diluvio, pero a pesar de las tentaciones a abandonar su labor, Dios le mantuvo firme para perseverar hasta el final.
La ironía es que, mientras los falsos maestros que dicen que en la vida cristiana “no habrá problemas” tendrán un gran problema —pues con seguridad serán juzgados—, los verdaderos hijos de Dios serán librados de las pruebas que con seguridad enfrentarán.
No nos engañemos. La vida cristiana presenta diversas dificultades en las que nos veremos tentados a dudar del Señor o a apartarnos de él; pero él será amoroso, fiel y poderoso para librarnos de ellas. Él no nos abandona ni nos deja solos. Estará a nuestro lado acompañándonos en cada situación difícil y ayudándonos a perseverar y a permanecer.
Así que no te sorprendas cuando vengan cosas difíciles a tu vida, sino que confía y descansa en él, pues la palabra de Dios nos muestra que las promesas de los falsos maestros son publicidad engañosa.
[1] Green, M. (1987). 2 Peter and Jude: an introduction and commentary (Vol. 18, p. 125). Downers Grove, IL: InterVarsity Press.
[2] Ibíd.

