…a la devoción a Dios, afecto fraternal… (2 Pedro 1:7)
La historia de Gora y Bir es de aquellas que no se escuchan muy seguido. En la India, cada día, van por cada pueblo, anunciando a Jesús, movilizados en una bicicleta. Pero lo impresionante es que Gora es inválido y Bir es ciego. ¿Cómo lo hacen? Mientras Bir pedalea, Gora dirige la bicicleta. Esta conmovedora historia nos grafica lo que es el compañerismo cristiano y el amor incondicional entre hermanos en la fe.
Somos una gran variedad de personas con diversas limitaciones, diferentes personalidades, gustos y trasfondos, pero que en vez de alejarnos frente a la diversidad, somos llamados a ser una familia que se ama, ayuda y pone su afecto fraternal incondicionalmente a pedalear, para que el nombre de Jesús sea glorificado.
La palabra que Pedro usa es “philadelphia”, que significa “amor de hermano”. Se refiere al afecto o amor entre hermanos en una familia que, en este caso, se refiere exclusivamente a los hermanos de la fe. Éste surge directamente de la “devoción a Dios” que vimos en nuestro devocional anterior. Juan, en su primera carta, escribió: “Si alguno dice: ‘Yo amo a Dios’, pero odia a su hermano, es un mentiroso” (1 Juan 4:20). Por tanto, este amor es una señal que identifica a los verdaderos discípulos de Jesús que aman a su Padre celestial.
Pero en algunas ocasiones, este amor resulta muy difícil de aplicar, pues nos encontramos con cristianos que tienen diferentes estilos de vestirse, diferentes gustos musicales, otras formas de expresar su alegría, con problemas y luchas diferentes a las nuestras, con algunas opiniones teológicas diversas o que, por alguna razón inexplicable, nos caen mal.
Pero aún reconociendo esta realidad, Pedro nos dice que aquellos que ahora dicen que han nacido de nuevo deben demostrarlo en su amor a sus hermanos de la fe, independientemente de cualquier diferencia.
El problema es que, algunas veces, la realidad muestra que nos interesamos muy poco en las personas de la iglesia. No conocemos sus luchas, problemas o necesidades. Sólo mantenemos rápidas y superficiales conversaciones por unos segundos a la salida del servicio dominical y con eso creemos que es suficiente. Es como una historia que ocurrió en Worcester, Massachusetts, donde la policía encontró a una anciana muerta en su casa, pero la sorpresa fue que había fallecido hace 4 años, sin que nadie de su familia ni de sus vecinos se enterara. ¿Sabes realmente cuán “vivos” están tus hermanos en la congregación?
Si alguna vez sientes que por mucho tiempo las cosas están bien para todos los miembros de la congregación y nadie parece tener luchas, temores o necesidades, antes de colgar orgullosamente el cartel de “30 días sin accidentes” en la puerta de la iglesia, hazte la sensata pregunta de si realmente has estado interesado en sus vidas, pues es muy probable que no sea así.
En el mundo antiguo, el término “hermanos” o el concepto de “familia” entre los miembros de una misma religión no era para nada habitual. Su uso entre los cristianos claramente denotaba una relación íntima y afectuosa que lo hacía único, especial y muy llamativo [1]. El fundamento de esta “rareza” de amor misericordioso e incondicional viene del hecho de que Dios nos ha perdonado y adoptado como hijos, de forma inmerecida, por medio de Jesús (Ef. 4:32).
Pero también este amor tiene un efecto de brillante luz en este mundo de relaciones condicionales e interesadas. Las personas pueden ver, en nuestras relaciones cristianas, un poco del amor incondicional de Dios demostrado en su forma más perfecta en Cristo, y ser atraídos por él [2].
Por tanto, si te falta motivación para amar a tus hermanos en la fe, piensa un poco en la misericordia que Dios tuvo contigo al entregar a su propio Hijo para rescatarte. Descubre cada día más de la profundidad de esta forma impresionante de amor por medio de las Escrituras y ora para que el Espíritu Santo abra tus ojos para comprender más esta maravillosa verdad y te inspire a amar incondicionalmente a tus hermanos con los que compartirás por toda la eternidad. Piensa cada día si realmente tu amor por tus hermanos refleja al mundo algo del amor misericordioso que Dios tuvo contigo en Cristo, y Dios te guarde, así, de enterarte un día que un miembro de tu familia de la fe lleva más de 4 años fallecido mientras colgabas orgullosamente un cartel en la puerta de tu iglesia diciendo “30 días sin accidentes”.