Hay solo un Señor supremo sobre todo el mundo, y ese es Dios. En el Antiguo Testamento se nos dice que todo este concepto del dominio era compartido con Adán y Eva. Al hombre le dio dominio sobre la tierra para ser un vicerregente de Dios, es decir, actuar como virrey para representar el Reino de Dios sobre este planeta. Por supuesto, lo echamos a perder terriblemente y fuimos sometidos cada vez más al poder de Satanás. Ese poder de Satanás sufrió un golpe no solo significativo, sino fatal a través de Cristo en su encarnación.
Se nos dice, en primer lugar, que Dios el Padre le da a Jesús toda autoridad en el cielo y en la tierra. En su ascensión, Cristo se sienta a la diestra de Dios, donde es coronado como el Rey de reyes y el Señor de señores. Ese fue un golpe tremendo para todos los poderes de este mundo y los satánicos, los principados y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. De modo que, si me preguntan quién tiene el dominio de este mundo en este momento, creo que el Nuevo Testamento lo señala con perfecta claridad. El que tiene el dominio es el Señor. El Señor Dios omnipotente reina, y el Señor Cristo reina sobre este mundo ahora mismo. Su reino puede no ser de este mundo, pero incluye a este mundo, y Jesús tiene toda autoridad sobre el cielo y la tierra.
Aun en este momento, mientras respondo esta pregunta, la autoridad y el poder de Satanás están limitados y subordinados a la autoridad que posee Cristo. Ahora mismo Cristo es rey de esta tierra. Su reino es invisible, y no todos lo reconocen. La gente le rinde más lealtad al príncipe de las tinieblas que al Príncipe de Paz, pero ese es un acto de usurpación por parte de Satanás. Su poder es restringido, limitado y temporal. Resumiendo, lo que ha sucedido es esto: el poder y la autoridad de Satanás han recibido un golpe fatal por parte de Cristo. La cruz, la encarnación, la resurrección y la ascensión debilitaron tremendamente cualquier poder y autoridad que Satanás disfrutara, pero no lo aniquilaron. Eso vendrá después, cuando Cristo complete su obra de redención mediante la consumación de su Reino. Todas las cosas serán puestas cautivas delante de Él, y toda rodilla se doblará ante Él, incluyendo los ángeles caídos, los cuales se inclinarán en sumisión a su autoridad.
Tomado de ¡Qué buena pregunta! Copyright © 1996 por R.C. Sproul.