Advertencias contra el alcoholismo
Muchos pasajes del Nuevo Testamento especifican la maldad moral de embriagarse:
Les escribí que no anduvieran en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es un […] borracho (1 Corintios 5:11, [énfasis del autor]).
Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución (Efesios 5:18, [énfasis del autor]).
Adicionalmente, Pablo incluye a los «borrachos» entre quienes no «heredarán el Reino de Dios» (1Co 6:10). En otro sitio, él dice que las «borracheras» están entre las actividades de las cuales «los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios» (Gá 5:21; ver también Lucas 21:34; Romanos 13:13; 1 Pedro 4:3). Al hacer una lista de las cualidades de un anciano de la iglesia, Pablo dice que no debe ser «dado a la bebida» (1Ti 3:3; también ver Tito 1:7), y un diácono no debe ser «dado al mucho vino» (1Ti 3:8).
Algunos pasajes del Antiguo Testamento también advierten contra la borrachera. Dos historias prominentes muestran que las personas que se emborrachan pierden el buen juicio y el control moral, como sucedió con Noé, quien vergonzosamente «bebió el vino y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda» (Gn 9:21), y con Lot, que se emborrachó dos veces y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, cometió incesto con sus hijas (Gn 19:30-36).
El autor de los Proverbios aconseja:
No estés con los bebedores de vino,
Ni con los comilones de carne,
Porque el borracho y el glotón se empobrecerán,
Y la vagancia se vestirá de harapos (Proverbios 23:20–21, [énfasis del autor]).
Un pasaje más largo describe con una imagen poética vívida las consecuencias de la borrachera:
¿De quién son los ayes? ¿De quién las tristezas?
¿De quién las luchas? ¿De quién las quejas?
¿De quién las heridas sin causa?
¿De quién los ojos enrojecidos?
De los que se demoran mucho con el vino,
De los que van en busca de vinos mezclados.
No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece en la copa;
Entra suavemente,
Pero al final muerde como serpiente,
Y pica como víbora.
Tus ojos verán cosas extrañas,
Y tu corazón proferirá perversidades.
Y serás como el que se acuesta en medio del mar,
O como el que se acuesta en lo alto de un mástil.
Y dirás: «Me hirieron, pero no me dolió;
Me golpearon, pero no lo sentí.
Cuando despierte,
Volveré a buscar más» (Proverbios 23:29–35).
No obstante, ¿cómo debemos definir estar embriagados? Esto varía ampliamente según la persona en cuanto a la cantidad de alcohol que puede tomar sin emborracharse, pero algunos pasajes en la Escritura enfatizan la pérdida del buen juicio y control moral (ver Génesis 9:21; 19:30-36; Pr 31:4-5) o ser «desviado» por el alcohol (Pr 20:1). Pablo dice que estar borracho «lleva a desilusión» (Ef 5:18; la palabra griega, asōtia, se refiere a «desenfrenado abandono, desenfreno, derroche y profanación» y el adjetivo relacionado es usado en Lucas 15:13 con el hijo pródigo que «malgastó su hacienda viviendo perdidamente»).
Por lo tanto, una definición de borrachera especificaría que una persona es borracha cuando él o ella:
- ha perdido el juicio;
- no está pensando con claridad;
- ha perdido el control moral;
- actúa de una manera que trae reproche a su propia reputación o a la reputación del Evangelio; o
- ha perdido la coordinación física (como en la incapacidad de conducir un automóvil con seguridad).
Advertencias sobre los peligros del alcohol
1. La Escritura nos advierte sobre ser engañados por las bebidas alcohólicas
El libro de Proverbios frecuentemente advierte sobre la naturaleza engañadora del alcohol:
El vino es provocador, la bebida fuerte alborotadora,
Y cualquiera que se embriaga no es sabio (Pr 20:1 [énfasis del autor]).El que ama el placer será pobre;
El que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá (Proverbios 21:17).
Los líderes gubernamentales tienen una responsabilidad especial en este asunto. Deben ser particularmente cuidadosos de nublar su juicio con el uso del alcohol y, por lo tanto, tomar malas decisiones:
No es para los reyes, oh Lemuel,
No es para los reyes beber vino,
Ni para los gobernantes desear bebida fuerte;
No sea que beban y olviden lo que se ha decretado,
Y perviertan los derechos de todos los afligidos (Proverbios 31:4-5; ver también Eclesiastés 10:17; Jeremías 13:13).
Bajo el pacto mosaico, a ciertos grupos de personas se les prohibía el uso del vino o de «licor», como Aarón y sus hijos, que eran sacerdotes (Lv 10:8-9), y las personas que hicieron un voto nazareato (Nm 6:1-4; ver también Lucas 1:15 con relación a Juan el Bautista).
2. La Escritura también advierte sobre hacer «tropezar» a otra persona
Un pasaje importante en este tema es 1 Corintios 8:1-13. Aunque no habla específicamente de las bebidas alcohólicas, sino que de la comida ofrecida a los ídolos, aún hay principios útiles en el pasaje que se pueden aplicar al asunto de las bebidas alcohólicas.
La ciudad de Corinto estaba llena de templos erigidos a varios dioses griegos y romanos, los que Pablo identificó como «ídolos» (1Co 8:1). Muchos de los cristianos corintios habían participado previamente en la adoración a estos ídolos en sus varios templos (ver 1Co 12:2). Pero entonces se levantó la pregunta de que si era correcto comer comida que había sido ofrecida previamente a los ídolos y luego era vendida en las carnicerías de Corinto.
Pablo respondió a esta pregunta con estas instrucciones:
Coman de todo lo que se vende en la carnicería sin preguntar nada por motivos de conciencia, porque del Señor es la tierra y todo lo que en ella hay (1 Corintios 10:25-26).
En otras palabras, los corintios eran libres de comer carne sin preocuparse de si había sido manchada por su previa dedicación a un ídolo en un templo. (Sin embargo, Pablo especificó que debían contenerse si un no creyente afirmaba explícitamente que había sido ofrecida a un ídolo, por lo que el hecho de comer, entonces, parecería como si los cristianos estuvieran de acuerdo con ofrecer esa comida a los ídolos y la eficacia espiritual conectada con ello; ver 1 Corintios 10:28-29).
No obstante, había otro factor que complicaba las cosas: aunque los corintios eran normalmente libres de comer tal comida, al darse cuenta de que no había un daño espiritual conectado con ello, no todos los cristianos de Corinto compartían esta convicción o entendían este principio. Para ellos, era moralmente incorrecto comer comida ofrecida a los ídolos y, por lo tanto, violaba la convicción de sus conciencias.
Por lo tanto, Pablo advirtió a los cristianos corintios que fueran cuidadosos en cómo usaban su libertad de comer la comida que había sido ofrecida a los ídolos. En sí mismo, la práctica era inofensiva, pero si daba un ejemplo que llevaba a otros cristianos a actuar de manera contraria a las convicciones de sus conciencias, entonces era incorrecto. Por lo tanto, Pablo dijo: «pero tengan cuidado, no sea que esta libertad de ustedes de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil» (1Co 8:9). Entonces, explicó:
Porque si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolos? Por tu conocimiento se perderá el que es débil, el hermano por quien Cristo murió (1 Corintios 8:10-11).
El pecado involucrado aquí es animar a cristianos a pecar contra su conciencia al comer comida ofrecida a los ídolos, aun cuando él crea que es incorrecto hacerlo (ver también 1 Corintios 8:71).
La conclusión de Pablo fue que él sería muy cuidadoso de no comer públicamente carne ofrecida a los ídolos en un lugar o momento que pudiera animar a los cristianos a hacerlo aun cuando ellos creían que era incorrecto:
Por tanto, si la comida hace que mi hermano caiga en pecado, no comeré carne jamás, para no hacer pecar a mi hermano (1 Corintios 8:132).
Podemos aplicar esta enseñanza al asunto de las bebidas alcohólicas. Los creyentes cristianos que no tienen objeción moral para beber bebidas alcohólicas aún deben ser cuidadosos de no beberlas de una manera que pudiera animar a los cristianos más jóvenes (o a otros que piensan que las bebidas alcohólicas no son correctas) a beber también y, por lo tanto, a violar sus conciencias. Esto sería provocar que «tropiecen» según lo que Pablo quiso decir en 1 Corintios 8:13.
No obstante, también es importante tener en mente que el versículo no dice: «si la comida hace que la otra persona se moleste o se irrite contigo…». Está hablando sólo del asunto de animar a las personas que piensan que comer comida ofrecida a los ídolos es incorrecto y comerla de todas formas y, por lo tanto, violar sus conciencias. El versículo no quiere decir que las personas tengan que abstenerse de todo consumo de alcohol cuando se está en la compañía de otros que no están de acuerdo sobre este asunto.
Romanos 14 contiene una enseñanza similar sobre observar días especiales o abstenerse de comer ciertos alimentos, como carne. Sin embargo, aquí Pablo agrega que los cristianos no deben juzgarse mutuamente sobre asuntos de comida:
Acepten al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres. El que come no desprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae. En pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. […]. Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano (1 Corintios 8:1-4, 13 [énfasis del autor]).
Si tomamos los pasajes de 1 Corintios 8 y Romanos 14 juntos, estos animan a los cristianos a permitir la libertad de las convicciones individuales sobre el asunto y a estar contentos al permitir que cada persona de manera individual sea responsable ante Dios por cómo él o ella responde a este asunto.
Otros pasajes de la Escritura ven las bebidas alcohólicas de manera más positiva
Debemos reconocer que las advertencias contra la borrachera en la Escritura (ver los pasajes anteriormente citados) revelan una suposición tácita de que existe un uso correcto del alcohol que no conduce a la borrachera. Si hubiera sido la intención de Dios prohibir todo uso de bebidas alcohólicas en toda circunstancia, la Biblia explícitamente la habría prohibido en lugar de sólo prohibir la borrachera.
En contraste a las prohibiciones fuertes y repetidas de la Biblia contra la borrachera y las advertencias frecuentes sobre los peligros de las bebidas alcohólicas, varios otros pasajes bíblicos ven estas bebidas como parte de la buena creación de Dios, por las cuales las personas deben dar gracias:
Él hace brotar la hierba para el ganado,
Y las plantas para el servicio del hombre,
Para que él saque alimento de la tierra,
Y vino que alegra el corazón del hombre,
Para que haga brillar con aceite su rostro,
Y alimento que fortalece el corazón del hombre (Salmo 104:14-15, [énfasis del autor]).
Este salmo dice que una de las razones por la que Dios hace brotar «las plantas para el servicio del hombre» en la tierra es para que las personas saquen el «vino que alegra el corazón del hombre», como uno de los buenos productos de la tierra, similar al aceite y al pan. Un versículo relacionado se encuentra en Eclesiastés: «vete, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con corazón alegre, porque Dios ya ha aprobado tus obras» (Ec 9:7).
Proverbios dice:
Honra al Señor con tus bienes
Y con las primicias de todos tus frutos;
Entonces tus graneros se llenarán con abundancia
Y tus lagares rebosarán de vino nuevo (Proverbios 3:9-10).
Estos «lagares» podrían haber contenido jugo de uva no fermentado durante el primer o segundo día, pero en el clima del Medio Oriente, sin la refrigeración moderna, rápidamente se convertía en vino.
A veces el vino es visto como parte de una celebración alegre en la presencia de Dios, como cuando Melquisedec «sacó pan y vino» y bendijo a Abraham después de su victoria sobre los reyes que habían capturado a Lot (Gn 14:18-20) o cuando el pueblo de Israel tenía que comer «el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas» en la presencia del Señor en un lugar que Él ordenara (ver Deuteronomio 14:22-26). En el Nuevo Testamento, Jesús celebró la Pascua con una copa de vino (ver Mateo 26:27-29) y el evangelio de Juan registra que el primer milagro de Jesús fue convertir agua en vino en seis grandes tinajas, cada una de «dos o tres cántaros» y llenas de agua «hasta el borde» (Jn 2:6-7). Este vino era tan bueno que el mayordomo de la fiesta pensó que el novio había guardado «el vino bueno» para el final (Jn 2:10). El punto es que Jesús «manifestó su gloria» al crear milagrosamente excelente vino en el banquete de una boda (Jn 2:11).
Cuando Pablo nombra las cosas por las que los cristianos no deben «juzg[arse] los unos a los otros» (Ro 14:13), Él explícitamente nombra al vino:
En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer. Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece (Romanos 14:20-21).
En otra parte, Pablo dice que una de las «doctrinas de demonios» es «prohibir … casarse» y también «abstenerse de algunos alimentos que Dios los ha creado para que con acción de gracias participen de ellos» (1Ti 4:1-3). Aunque él no especifica el vino en este pasaje, él principio aún se aplica y el razonamiento de Pablo en los siguientes pasajes es relevante al asunto del vino al igual que al de la comida:
Porque todo lo creado por Dios es bueno y nada se debe rechazar si se recibe con acción de gracias; porque es santificado mediante la palabra de Dios y la oración (1 Timoteo 4:4-5; ver también Colosenses 2:20-23 [énfasis del autor]).
En un pasaje, Pablo le dice explícitamente a Timoteo que tome vino e insinúa que hay cierto beneficio en él:
Ya no bebas agua sola, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades (1 Timoteo 5:23).
Según la Mayo Clinic, el vino tinto parece tener beneficios para la salud cardíaca, pues contiene antioxidantes, tales como flavonoides o una sustancia llamada resveratrol, que es buena para el corazón. El resveratrol ayuda a prevenir el daño en los vasos sanguíneos, reduce el colesterol malo (LDL) y previene coágulos. Otros antioxidantes en el vino tinto llamados polifenoles también podrían proteger el revestimiento de los vasos sanguíneos del corazón. Sin embargo, la Mayo Clinic dice que se necesita realizar una investigación adicional para verificar estos beneficios3. La John Hopkins University ha encontrado que el vino tinto también ayuda a protegernos de accidentes cerebrovasculares4.
No obstante, las palabras de advertencia de Pablo sobre no provocar que otros tropiecen por lo que hacemos son un recordatorio de que no todo lo que es moralmente correcto en sí mismo es sabio o útil en toda situación. Pablo también dice: «todo es lícito, pero no todo es de provecho» (1Co 10:23).
Este artículo es una adaptación del libro Christian Ethics: Living a Life That Is Pleasing to God [Ética cristiana: viviendo una vida que agrada a Dios] escrito por Wayne Grudem.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.
- Para revisar una discusión más extensa respecto a esta pregunta, ver el libro de Andrew David Naselli y J. D. Crowley, Conscience: What It Is, How to Train It, and Loving Those Who Differ [Conciencia: qué es; cómo entrenarla, y cómo amar a quienes difieren] (Wheaton, IL: Crossway, 2016), 109–10.
- La palabra traducida como «hace que […] caiga» (en greiego, skandalizō, «provocar que alguien peque, que tropiece») se traduce en otras partes como «hacer que peque» (ver Mateo 5:29, 30; 18:6, 8, 9).
- «Red Wine and Resveratrol: Good for Your Heart?» [El vino tinto y el resveratrol: ¿buenos para tu corazón?] The Mayo Clinic, 12 de noviembre de 2016, http://www .mayoclinic.org/diseases-conditions/heart-disease/in-depth/red-wine/art-20048281.
- «How Red Wine May Shield Brain from Stroke Damage» [Cómo el vino tinto podría proteger al cerebro de daño por accidente cerebrovascular], John Hopkins Medicine, 21 de abril de 2010, http://www.hopkinsmedicine.org/news/media/releases/How_Red_Wine_May_Shield_Brain_From_Stroke _Damage.