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Las iglesias deberán considerar muchos asuntos complicados cuando decidan reunirse nuevamente durante la pandemia de la COVID-19. Asumimos que la gran mayoría de nuestros miembros están esperando con entusiasmo volver a reunirse. Sin embargo, habrá algunos que estarán menos ansiosos. Estas son cinco consideraciones para pastorear a aquellos que no pueden o no están dispuestos a asistir.

1. Identifica las circunstancias

Las razones por las que alguien, tal vez, no quiera asistir a las reuniones de la iglesia varían mucho y nuestra respuesta pastoral se dirigirá a esas razones. No estar dispuesto y no poder son diferentes categorías y cada una tiene sus razones. Por ejemplo, hay grandes diferencias entre alguien que tiene miedo de volver, alguien que es inmunodeprimido y alguien que simplemente quiere quedarse en casa y ver la transmisión en vivo porque es más cómodo. Identificar las razones centrales y las circunstancias de la persona será esencial para pastorear bien.

2. Exhorta desde la Escritura

Con aquellos que no están dispuestos a reunirse, encontramos una gran oportunidad para abrir la Escritura y explicar de forma cautivadora la verdadera naturaleza de la iglesia como un pueblo reunido y la razón por la que es tan importante reunirse físicamente. Promover una eclesiología bíblica se ve al recordar y enseñar interpersonalmente y puede ser maravillosamente animante para el cristiano.

3. Ten gracia y paciencia

Se requiere tiempo para que las conversaciones se asimilen a medida que la Palabra hace su obra y el Espíritu guía y convence. La gracia y la paciencia ayudan a aquellos que podrían ser ovejas más débiles. Esta es una manera en que podemos mostrar amor por nuestros hermanos y hermanas (1Co 13:4) y modelar la obra de Dios, quien ha sido tan paciente con nosotros (Col 3:13; 2P 3:9).

4. No te des por vencido con ellos

En el frenesí de actividades que rodean una reapertura, podría ser fácil olvidar a las ovejas que se han alejado. Sin embargo, parte de nuestro deber pastoral es cuidar de las personas de una manera continua. Si una persona no está dispuesta a volver, asignar a un anciano para que se contacte regularmente con ella a fin de animarla podría ser útil.

Si una persona no puede reunirse debido a razones de salud u otras circunstancias, podemos cuidarlos como lo hacemos con aquellos que están encerrados y podemos encontrar maneras para seguir sirviéndoles. Si una iglesia está transmitiendo en vivo el servicio del domingo durante la pandemia, sería útil seguir haciéndolo durante el periodo de transición hasta que las restricciones se levanten y el riesgo haya disminuido. Algunas congregaciones están designando algunas salas específicas de sus edificios para que aquellos que puedan correr peligro puedan reunirse de alguna manera. En cualquier caso, el cuidado y el aliento continuo es necesario tanto para quien no está dispuesto como para quien no puede reunirse.

5. Disciplina si es necesario

Si una persona ha profesado a Cristo y se ha comprometido con la membresía de la iglesia, pero incluso después de que la crisis de la COVID-19 haya terminado decide no regresar a la adoración comunitaria por razones que los ancianos identifican como pecaminosas, entonces la iglesia no tendrá otra opción que ejercer disciplina por la decisión de esa persona de vivir en el continuo pecado de abandonar la asamblea (Heb 10:24-25). Esto asume que no han comenzado a participar de otra iglesia que predica el Evangelio. Por supuesto, los ancianos y la congregación necesitan ejercitar la paciencia aquí, incluso a medida que seguimos advirtiendo, reprendiendo y finalmente disciplinando a quienes se rehúsan a reunirse con el pueblo de Dios.

Reunirse nuevamente será un gran gozo para muchos y un desafío único para algunos. Asegurémonos de que nadie se quede atrás.

Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
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Nick Gatzke
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Nick Gatzke

Nick Gatzke es el pastor principal de Old North Church en Canfield, Ohio. Puedes encontrarlo en Twitter como @nickgatzke.
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