Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del pódcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.
El diezmo —dar el 10 % de tus ingresos a una iglesia— es un tema común aquí en el pódcast de Ask Pastor John. Aunque no se ha tratado mucho últimamente, en nuestra primera década el tema era bastante recurrente y puedes verlo en el libro de Ask Pastor John [Pregúntale al pastor John], en las páginas 101-103, si tienes una copia a mano.
Después de muchos años, hoy volvemos al tema con la pregunta: «¿puede una iglesia exigir el diezmo?». La pregunta viene de un hombre anónimo que escucha el pódcast. «¡Buen día, pastor John! ¿Qué piensas de que te obliguen a dar el diezmo? Hace poco en mi iglesia surgió la expectativa de que nuestros líderes de la iglesia diezmaran el 10 % de sus ingresos a la iglesia como condición para continuar trabajando en la iglesia. Aun cuando entiendo la importancia de apoyar a la iglesia financieramente, me conflictúa el enfoque que tomaron nuestros líderes. Me parece que obligar a las personas a diezmar potencialmente puede hacer más daño que bien.
Creo que nuestra verdadera adoración nace de un corazón de gratitud y sinceridad en lugar de una obligación (2Co 9:7). Cuando Abraham dio su diezmo a Dios, fue a partir de un sentido genuino de agradecimiento por las bendiciones de Dios, no porque otra persona lo estuviera obligando. He intentado discutir el asunto con nuestros líderes, y aunque algunos han expresado disposición a conversar al respecto, otros parecen rechazar la conversación como si fuera algo indigno de discusión. Esto me ha dejado con una sensación de incertidumbre sobre cómo proceder. ¿Qué piensas sobre exigir el diezmo?».
La respuesta corta es que no creo que el diezmo sea una exigencia del Nuevo Testamento como lo es «ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mr 12:31). Creo que el Nuevo Testamento ha establecido la generosidad cristiana para la causa de Cristo en una nueva base de libertad motivada por el gozo de ver a Cristo magnificado en las vidas de las personas. Creo que el diezmo fue una parte integral del sistema sacerdotal del Antiguo Testamento, que Dios diseñó para el apoyo del sacerdocio: un sistema que ya no existe en la iglesia cristiana. Esa es la respuesta corta.
Algunos mandamientos ya no se aplican; otros sí
Esta pregunta es parte de una pregunta más amplia: ¿cuáles mandamientos del Antiguo Testamento permanecen vigentes en el Nuevo Testamento como obligatorios para quienes están en Cristo? «No matarás» es un mandamiento del Antiguo Testamento (Éx 20:13). También lo es Deuteronomio 14:10: «no comerán nada que no tenga aletas ni escamas; será inmundo para ustedes». Así que puedes comer trucha, pero no bagre. «No hurtarás» es un mandamiento del Antiguo Testamento (Éx 20:15). También lo es Deuteronomio 14:22: «fielmente diezmarás todo el producto de tu siembra, lo que rinda tu campo cada año».
Ahora bien, no todos los mandamientos del Antiguo Testamento pasan al Nuevo Testamento como obligatorios. Algunos de ellos son parte de lo que llamamos ley moral, la cual está enraizada en nuestra naturaleza así como Dios nos creó y en la naturaleza del amor y de la justicia de Dios que se llevan a cabo en nuestras vidas. Y algunas de ellas son simplemente temporales, como el sistema sacerdotal, sacrificial del Antiguo Testamento que quedó en el pasado después de la venida de Jesucristo como nuestro Sacerdote y nuestro Sacrificio.
Alguna vez, el pueblo de Dios era un pueblo étnico, un régimen político apartado de los otros pueblos por sus prácticas ceremoniales. Pero hoy el pueblo de Dios no es un pueblo étnico, sino que está compuesto de todas las etnias, no somos un régimen político, sino que vivimos como extranjeros en todos los regímenes políticos, y no nos apartamos del mundo con las prácticas ceremoniales, sino por nuestra lealtad a Jesucristo y las implicaciones morales que surgen de su manera de salvarnos a través del amor y de la justicia.
Por qué ya no se exige el diezmo
Tengo cuatro razones para pensar que el diezmo no es uno de los mandamientos morales que siguen teniendo implicancias hoy.
- El diezmo era la manera de Dios de sustentar al sacerdocio levítico. Números 18:21: «ten en cuenta que Yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven». Puesto que el sistema del ministerio levítico ya no existe, considero que el apoyo diseñado para ello tampoco.
- Pablo enseñó que cuando morimos con Cristo por la fe en su muerte por nosotros, nosotros también morimos a la ley del Antiguo Testamento, así podemos vivir de una nueva forma: no al guardar la ley, sino por un amor motivado por el Espíritu, basado en las implicaciones morales de cómo Dios nos creó y cómo el Evangelio nos moldea.
Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquel que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. […]. Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra (Romanos 7:4, 6).
Y entonces Pablo ilustra esto específicamente en Colosenses 2:16-23 y Gálatas 4:10-11. Él dice, casi con desesperación: «ustedes observan los días, los meses, las estaciones y los años». Y todas esas estipulaciones estaban en el Antiguo Testamento; ustedes están intentando observar todo eso. «Temo que quizá he trabajado en vano por ustedes». No se sometan a reglas sobre «comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo, cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo». Ahora, creo que el diezmo cae dentro de la categoría de sombra.
- Creo que el Nuevo Testamento pone la ofrenda en una nueva base de libertad motivada por el gozo de ver a Cristo magnificado en la vida de las personas. Todo 2 Corintios 8 al 9 devela esta nueva base, pero especialmente 2 Corintios 9:6-7, versículos muy famosos; versículos muy importantes: «pero esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría». Ahora esto es crucial: «no […] por obligación». En ninguna parte de las cartas del Nuevo Testamento los apóstoles motivan a dar al mencionar el diezmo, lo cual parecería extraño si esa fuera la manera típica de financiar la iglesia en la iglesia primitiva.
- Finalmente, cuando Jesús dijo en Mateo 23:23: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquellas», a veces se usa esta frase para argumentar a favor de la validez continua del diezmo: «sin descuidar aquellas». Sin embargo, Él les estaba hablando a los fariseos antes de su muerte y resurrección que cambiaron al mundo. Estaban viviendo bajo el viejo régimen de la ley del Antiguo Testamento.
Esto sería similar a lo que Jesús les respondió a sus discípulos en Mateo 5:23-24 cuando les dijo que ofrecieran sus ofrendas en el templo o cuando les dijo a los leprosos: «ve, muéstrate al sacerdote» (Mt 8:4). Estos son mandamientos, pero no son mandamientos perdurables porque están bajo el régimen del Antiguo Testamento. Estos no son mandamientos que se aplican después de que la era de la ley quedara atrás con la muerte y resurrección de Jesús.
Por tanto, mi conclusión es que es un error que los líderes de una iglesia hagan del diezmo un requisito para el liderazgo de la iglesia. Siempre he enseñado que la libertad cristiana, a la luz de la magnífica generosidad de Dios hacia nosotros en Cristo, motivará a los cristianos a dar más que un diezmo, pero no será bajo obligación porque «Dios ama al que da con alegría» (2Co 9:7).