La predicación no es sólo para predicadores. Todo cristiano puede y, estoy cada vez más convencido, debería educarse sobre la tarea y la vocación del predicador. Estoy convencido de que, si todos los cristianos estudiasen en qué consiste la predicación, sería un gran beneficio. Esto se aplica aun a quienes nunca se pararán detrás del púlpito para llevar la Palabra de Dios a su pueblo.
El libro que quisiera recomendar a los laicos deseosos de aprender sobre la predicación y a los pastores deseosos de aprender cómo predicar mejor es Proclame la verdad, de Albert Mohler. Publicado en 2010 por Editorial Portavoz, este libro es una mirada brillante y penetrante a la tarea y los desafíos de la predicación en un mundo postmoderno. No es una guía sobre cómo predicar ni una exhortación árida valorable sólo por quienes tienen algún grado teológico; en lugar de eso, es una argumentación convincente, cautivadora y bíblica para entender la absoluta centralidad de la predicación en la adoración cristiana.
Este mundo postmoderno ha perdido su respeto por la predicación. Considerada una vez como el centro de la adoración cristiana, actualmente la predicación es vista por muchos cristianos como un suplemento en vez de un instrumento. En el prólogo del libro, John MacArthur escribe: «Una de las lecciones más claras que aprendimos de la historia de la iglesia es que la predicación consistentemente bíblica es trascendental para la salud y la vitalidad de la iglesia. Desde el inicio de la iglesia del Nuevo Testamento hasta la actualidad, cada etapa significativa de genuino avivamiento, reforma, expansión misionera o fuerte crecimiento de la iglesia también ha sido una era de predicación bíblica». De hecho, desde los primeros días de la iglesia hasta la Reforma, a través de avivamientos y despertares, la predicación siempre ha sido la herramienta que Dios ha usado para llamar, atraer, cambiar y revitalizar a su iglesia. Y, frente al testimonio de la historia, «es preocupante (…) que desde mediados del siglo pasado (o más) los evangélicos hayan dedicado tanta energía y tantos recursos a estrategias novedosas para el crecimiento de la iglesia que tienden a restarle importancia a la predicación bíblica». Hemos desviado nuestros ojos de la Escritura y del testimonio de la historia.
Mohler comienza a examinar la predicación discutiendo el estado de ésta en nuestros días, yendo a Dickens y sus famosas palabras: «Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos». Aunque hay señales muy prometedoras y muchos cristianos están renovando el énfasis en la predicación, quedan miles de iglesias donde la predicación de la Palabra está siendo minimizada u olvidada del todo. Mohler presenta seis factores que, juntos, han contribuido a sovacar el rol de la predicación en la iglesia y a definirla como algo diferente a la exposición y la aplicación del texto bíblico. Aquí vemos cómo el mundo ha invadido y moldeado a la iglesia.
Habiendo establecido el escenario, Mohler pone la predicación en su adecuado contexto en el centro mismo de la adoración cristiana, enseguida considera la naturaleza trinitaria de la predicación, y luego define la naturaleza de la predicación verdadera y bíblica como expositiva. Tras un capítulo que define este tipo de predicación, considera la autoridad y el propósito del predicador, la importancia de predicar la gran historia de la Biblia y la importancia de que cada pastor sea un teólogo. El libro concluye considerando los desafíos particulares de predicar a una cultura postmoderna, exhortando a los predicadores sobre la urgencia de su tarea y alentándolos observando el ministerio de Ezequiel. Un epílogo provee una breve biografía de Charles Spurgeon y discute su contagiosa pasión por la predicación.
Este es un libro que desafiará y, espero, moldeará a muchos pastores. No puedo imaginar a un pastor que no saque algún beneficio de él. Mohler, un gran predicador por derecho propio, es apasionado por este tópico y habla a los demás predicadores como un predicador. Si eres pastor, ¡lee este libro! Te será una fuente de gran sabiduría y aliento.
Sin embargo, como lo indiqué hace poco, creo que también es un libro ideal para ser leído y absorbido por todos los cristianos. Déjame ilustrarlo así: Si decidieras asistir a un juego de béisbol al menos una vez por semana durante el resto de tu vida, creo que querrías entender el deporte. Aunque siempre supieras que nunca estarás en la cancha, seguirías queriendo saber qué hace grande a un gran jugador; querrías entender cómo un lanzador enfrenta a un bateador y trata de superar su habilidad mezclando lanzamientos, velocidades, quiebres y posiciones; y querrías ver cómo un entrenador trata de establecer la alineación perfecta para enfrentar a los oponentes. Sin dicho conocimiento, no entenderías completamente el juego y no obtendrías tanto placer ni beneficio de él. De muchas maneras, lo que obtienes del juego depende de tu comprensión de él.
De la misma forma, entender la predicación ayudará al cristiano en muchas maneras. Sabrá qué clase de predicación debería esperar y qué clase de predicador buscar; le dará un nuevo respeto por el predicador y por la dificultad y la singularidad de la tarea; le dará una razón para alabar a Dios por su don de la predicación y los predicadores. Como escribe el Dr. Mohler: «La teología de la predicación comienza con el conocimiento humilde de que la predicación no es una invención humana, sino una creación de la gracia de Dios y una parte central de la voluntad de Él revelada para la iglesia». Por supuesto, el creyente debe leer este libro con cuidado y humildad, sabiendo que su predicador es imperfecto y propenso a pecar. Sin embargo, su comprensión de la predicación le enseñará cómo escuchar, cuándo escuchar y por qué debe escuchar la predicación de la Palabra.
Este es el tercer libro proveniente de la pluma del Dr. Mohler en un mismo año (2008). En mi opinión, es el mejor (al menos, considerando los tres que he leído hasta aquí). Aunque Mohler abordó adecuadamente la cultura y el nuevo ateísmo en sus dos títulos previos, en este libro hay una nueva clase de pasión. Mohler llama a poner una vez más en el centro un elemento de adoración que ha sido desplazado hacia la periferia. Lo hace con una seguridad basada en la Escritura y de una forma que atraerá a cualquier tipo de lector. Cómpralo, léelo, y cuando lo hagas, compra una copia para tu pastor.