Catequesis. Cuando crecí, creía que catequesis era algo que mis amigos y compañeros católicos hacían, por obligación, antes de la primera comunión. Catequesis no era algo que los protestantes evangélicos hacían. Que equivocado estaba.
Los reformadores se esforzaron mucho por catequizar a la familia y a la iglesia. Una de las bendiciones de la imprenta fue la posibilidad de distribuir catequismos con verdades esenciales de la fe cristiana, la oración, la adoración, y la vida. Calvino mismo escribió: «Créame señor, la iglesia de Dios nunca será preservada sin catequesis» (Packer, 2010). Lamentablemente, la iglesia evangélica ha perdido esta hermosa tradición.
El Catecismo de la Nueva Ciudad (CNC) busca revertir esta pérdida. Tim Keller y Sam Shammas elaboraron 52 preguntas y respuestas basándose en los catecismos reformados clásicos (Catecismo de Ginebra, Westminster, y Heidelberg). Las preguntas se dividen en tres grandes secciones o partes. Primero, Dios, Creación y Caída, Ley, donde se detalla la naturaleza del Dios trino y el propósito por el cual fuimos creados, así como también las características del pecado, la idolatría y la necesidad de un redentor. La segunda parte, Cristo, Redención, Gracia, presenta verdades acerca de Cristo como su deidad y humanidad. Además, explica el medio de nuestra salvación y los conceptos de justificación y santificación. Se incluye también en esta sección la gracia, la fe, y el lugar de las obras en la salvación. Por último, la tercera parte es Espíritu, Restauración, Crecer en la gracia. Aquí las preguntas cubren cosas como el rol del Espíritu Santo, la oración, y los sacramentos. El catecismo termina con una visión acerca de la iglesia y la esperanza de la vida eterna. Me encanta que el CNC tiene una gran historia o marco distinguible que se traza a lo largo de todas las preguntas y que seguro muchos van a identificar: Creación, Caída, Redención, Restauración.
Junto con el catecismo propiamente tal, se puede adquirir también un devocional con comentarios de autores clásicos y modernos para cada pregunta (desde Calvino, Baxter y Edwards, hasta Keller, Carson y DeYoung entre otros). En inglés hay una versión simplificada de las respuestas para niños, una aplicación iOS y Android que incluye canciones para que los niños las memoricen las preguntas, y un currículum completo para la familia o la Escuela Dominical.
¿Por qué memorizar 52 preguntas y respuestas? ¿Por qué dedicarse a enseñarles a nuestros hijos conceptos teológicos tan profundos? ¿Por qué no conformarse con las afirmaciones básicas del Evangelio? Hay una excelente respuesta en la introducción al CNC escrito por Kathy Keller: «Edificamos un marco en la mente [de niños y adultos] de conceptos e ideas que, cuando les hablamos del pecado y el Salvador, les abre el camino para entender de qué estamos hablando». Que Dios nos de la disciplina y el amor necesario para catequizar nuestras familias e iglesias y así Dios las preserve para su gloria.