En el poco tiempo de experiencia pastoral que tengo, he podido darme cuenta del poder de Dios disponible para su iglesia por medio de su Palabra aprendida en comunidad. De manera muy especial, la carta de Pablo a los efesios ha acompañado a nuestra congregación desde nuestros primeros años y prácticamente la he enseñado personalmente a cada nueva generación de creyentes que se ha unido a nuestra familia cada lunes por la noche.
Mi deseo es que estos pequeños estudios sirvan para motivar a que creyentes se junten a profundizar en la Palabra de Dios y, ya sea en relaciones de discipulado personal o en pequeños grupos, sean profundamente sorprendidos por la visión que Dios tiene de su iglesia.
Querido amigo/a lector/a, ten por seguro que la oración del apóstol Pablo en Efesios 1:15-23 es también la que hago por ti, por tus amigos y por tu iglesia; y espero que, luego de que hayan profundizado en las riquezas de esta hermosa carta, sea la oración que ustedes hagan por otros a medida que su pasión por el discipulado dentro de la familia de Dios crece.
«¡A él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén» (Efesios 3:21).
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