El Credo de los Apóstoles es el más universal de los credos. Es un resumen de la fe cristiana que muchas denominaciones afirman creer oficialmente. Tal es su importancia, que el gran reformador Martín Lutero estimó necesario incluirlo en su Catecismo breve inmediatamente después su exposición de los diez mandamientos (II). Por su parte, los «39 Artículos» (confesión de fe de los anglicanos), también lo incluyó como parte de su doctrina (Art. 8°) ya que «pueden ser demostrados mediante evidencias muy seguras de las Santas Escrituras».
Sin embargo, dentro del Credo de los Apóstoles hay una cláusula que genera especial atención. Este afirma que Jesús «descendió a los infiernos». Es una expresión que algunos (como el teólogo bautista Wayne Grudem) abogan por suprimir o sustituir, mientras que otras confesiones, como el Catecismo de Heidelberg (P. 44), el Catecismo Mayor de Westminster (P. 50) y los 39 Artículos (Art. 3°), reiteran y enseñan, enunciando sus implicancias prácticas y su aporte fundamental e integral a la fe cristiana.
Pero, ¿qué significa que Jesús «descendió a los infiernos»? En su libro, Descendió a los Infiernos, el Pastor Daniel R. Hyde explica el significado de esta cláusula. Comienza abordando la historia del Credo de los Apóstoles en general, y de esta cláusula en particular, para luego explicar y rebatir algunas de las interpretaciones que se le han dado a esta expresión, tales como: una segunda oportunidad para aquellos que murieron sin Cristo o la visión de la declaración de victoria, entre otras. Finalmente expone y defiende la visión reformada de la expresión «Descendit ad inferna».
Es un libro breve de cinco capítulos, escrito en un lenguaje sencillo y con un enfoque pastoral. El autor no tiene la intención de tratar el tema a nivel académico, aunque tampoco es superficial. Es profundo y sencillo, y culmina enunciando los beneficios prácticos de mantener y confesar que Jesús «descendió a los infiernos», como por ejemplo el saber que «en esta vida no estamos solos en nuestras luchas porque el Hijo de Dios sufrió el infierno por nosotros, como nosotros» (p. 82).
Descendió a los Infiernos, –afirma el autor– es vital para entender la obra de nuestro Señor por nosotros en su vida y en su muerte, y para que nos apropiemos de esa obra para nuestro bienestar espiritual.
Nos alegramos de poner este libro al servicio del pueblo de Dios, para su edificación, ánimo y consuelo, y para la gloria de Dios.