Cuando estás pensando en qué libro de la Biblia predicar, Génesis no es el libro que está al principio de tu lista. Entiendo la razón: es un libro largo con una cantidad de personajes poco fiables y capítulos difíciles. Pero son razones como esas, y unas pocas otras, las que me fuerzan a animar a los pastores a predicar este libro (sí, todo el libro completo, capítulo por capítulo y versículo por versículo). Génesis ha sido uno de los estudios más refrescantes para nuestra congregación y para mí como pastor.
En este artículo, te daré cuatro razones de por qué tu iglesia se beneficiaría de una serie expositiva de Génesis. Sin embargo, antes de ir a esas razones, quisiera destilar cincuenta capítulos en una taza de expresso, resumiendo el libro completo en una sola idea principal: Génesis cuenta la historia de un Dios que crea todo desde la nada con el fin de bendecir a su pueblo y glorificarse a sí mismo.
1. Génesis es fundamental para la comprensión del resto de la Biblia
Génesis sirve como el fundamento para el resto de la Biblia. En sus primeros versículos, el escritor (Moisés) nos invita a echar un vistazo hacia un tiempo en donde nada existía más que Dios en toda su feliz y trinitaria gloria (Jn 17). Ahí, en ese momento, el Dios todo suficiente habla para que el universo exista. Todo lo que existe, existe solo debido a este soberano acto de nuestro independiente Dios creador. Génesis también nos presenta la idea bíblica de los pactos. Dios hace juramentos específicos con obligaciones específicas a Adán, Noé y Abraham. Desde Génesis en adelante, estos pactos sirven como pilares de apoyo para la vida de los fieles. Estos nos recuerdan las inalterables promesas de Dios en medio de las sorprendentes y serias desilusiones de nuestro mundo caído.
Vemos que estas semillas de promesa comienzan a brotar en las vidas de los patriarcas; se esparcen a lo largo de la historia de Israel y finalmente florecen en un impresionante follaje por medio del Señor Jesucristo. Toma, por ejemplo, la promesa de que la simiente de la mujer le haría la guerra y finalmente derrotaría a la simiente de la serpiente (Gn 3:15). A medida que se predica Génesis, podrás presentarles a los miembros de tu iglesia la batalla espiritual fundamental entre la serpiente y la simiente, podrás equiparlos mejor para ver cómo se intensifica a lo largo de la historia. No es hasta el Nuevo Testamento que nos encontramos a nosotros mismos maravillándonos de la verdadera simiente (Ga 3:16) y de nuestro privilegio de ser bendecidos por fe, de la misma manera que nuestro precursor Abraham (Ga 3:9, 14, 29).
Además, Génesis proporciona la historia fundacional. Como el libro de los comienzos, mucho de lo que leemos en el resto de la Biblia se desarrolla desde Génesis. Después de predicar este libro, he encontrado conexiones que han profundizado mi propia lectura bíblica. He escuchado lo mismo de nuestra familia de la iglesia.
Por último, Génesis es fundamental para explicar términos teológicos fundamentales tales como el liderazgo federal de Adán, la depravación total, la justificación por fe y la providencia de Dios. Semana tras semana, las historias de Génesis ilustran doctrina.
Dicho de manera simple, el valor fundamental de Génesis no puede exagerarse.
2. Génesis arremete coherentemente contra lo que yo llamo «problemas de primera página»
Cuando discuto predicaciones con pastores colegas, a menudo se lamentan de la dificultad de encontrar conexiones del texto con nuestra vida contemporánea. Predicar Génesis no tendrá este problema. Me parece que cada sermón tiene su paralelo contemporáneo obvio. Considera la siguiente lista y dime si estoy hablando sobre el diario o sobre Génesis: origen del universo, creación vs. evolución, dignidad del ser humano, género, matrimonio, pecado, engaño, avaricia, asesinato, abuso, guerra, inmoralidad y opresión.
Cada domingo, sentía que tenía que recortar conexiones contemporáneas o históricas. Al adentrarse sabiamente en estos problemas de primera página, los predicadores tienen el privilegio de darle forma a la cosmovisión de la congregación. Al contrario de solo ir tras problemas desconectados de la narrativa bíblica, Génesis me ayudó a mí y a mi iglesia a ver los problemas de raíz que trascienden la era y la geografía. Asimismo, vimos la verdadera condición humana y la única respuesta divina. Es el gran privilegio del predicador enmarcar la doctrina y colgarla en las paredes de las mentes de nuestra congregación. Génesis entrega suficientes marcos, clavos y grabados. Como predicadores, solo necesitamos traer el martillo.
3. Génesis es una narración hermosamente escrita
No crecí con un amor por la lectura o por las películas. Pero desde que me convertí en pastor, he aprendido a apreciarlas mejor. Una de las razones para esto es bastante simple: las personas a las que les predico aman las historias. Las narraciones atraen a nuestra congregación a medida que cautivan la imaginación y conectan los sentidos.
Génesis es una historia contada con autoridad. Usa el conflicto para acelerar el argumento, revela debilidades y trae resoluciones sorpresivas. Por un momento, piensa en el engaño en la vida de Jacob. Cuando sus hijos lo engañan, el engañador se convierte en el engañado.
¿O qué pasa cuando la divina pluma golpea la vida de José? Sus hermanos expresan su furia por celos así que hacen un complot para vender a José a la esclavitud. No obstante, sorpresivamente, su conspiración y maquinación pecaminosas son precisamente lo que provocó que, después de todo, en realidad, se arrodillaran ante José. Los lectores de Génesis son invitados a ver el drama de la prueba a ciegas que José les hizo a sus hermanos. Mientras aguantamos la respiración, exhalamos con el anuncio de José, «yo soy su hermano José, a quienes ustedes vendieron en Egipto» (45:4).
No había una semana que pasara sin que me detuviera y me dijera a mí mismo, «¡vaya!, esto es hermoso». Predica Génesis porque tu congregación ama las historias y existen pocas historias que estén mejor escritas que esta.
4. Génesis relativiza nuestras vidas sin vaciarlas de significado
Es fácil creer que estamos viviendo en el tiempo más importante y único de la historia. Afortunadamente, Génesis nos protege de la miopía y nos ayuda al mostrarnos el panorama general. Vemos que la vida es corta y que somos meros puntitos en la historia de la humanidad. A medida que leemos las genealogías y examinamos las vidas de los patriarcas, vemos que personas vienen y van, vienen y van, vienen y van. Mientras estudiamos estas antiguas historias que tardan siglos en desarrollarse, de pronto nuestras vidas parecen relativamente insignificantes a la luz del eterno, inmutable e infinito Dios.
Al mismo tiempo, nuestras vidas no son vaciadas de significado. El mismo Dios que nos creó, nos eligió y nos hizo promesas, nos ha dado una significancia irrevocable al crearnos a su divina imagen. Además, él nos ha dado la bienvenida en un pacto con él por el cual participamos de sus bendiciones.
Dicho de manera simple, el libro de Génesis nos muestra la importancia de las promesas de Dios en la vida del pueblo de Dios mientras viaja hacia el lugar de Dios, la Tierra Prometida.
¿Acaso esto no suena increíblemente similar a la vida de la iglesia? Como el pueblo del pacto de Dios, nos reunimos como aquellos marcados por nuestra profesión común de fe y nuestra identificación pública como su pueblo. Al aferrarnos a las promesas cumplidas de Dios, nos vemos reflejados en las personas de Génesis que se aferraron a las promesas hechas de Dios.