Encuentra verdadero descanso
Las festividades pueden ser especialmente agotadoras para muchas de nosotras. Podemos descubrir que incluso nuestras buenas intenciones llevan a un ajetreo frenético en lugar de a la reflexión y a la contemplación de la venida de Jesús. Lo que supone que debe ser un tiempo de buen ánimo y de creación de recuerdos puede dejarnos abrumadas, desgastadas y desesperadas por descanso. He llegado a los veinticinco días de lectura de Adviento con mi familia y aún siento que apenas he pensado en Jesús. Al marcar todas las casillas de nuestras tradiciones navideñas, he logrado mucho sin mantener mi corazón fijo en el Salvador que se supone que estoy celebrando.
Las temporadas festivas como la Navidad pueden ser increíblemente distractoras de la monotonía de la vida cotidiana, pero podemos quedar tan atrapadas en la distracción que perdemos el punto principal. En todos nuestros banquetes y celebraciones, podemos y tenemos que mantener nuestros ojos en Cristo. Él no sólo es la «razón de este tiempo». Él es la razón de cada uno de nuestros respiros. Y lo necesitamos para cada uno de ellos. Cuando las festividades dan vuelta nuestro calendario, asegúrate de que estás tomando tiempo cada día para encontrar verdadero descanso en el Salvador que vino a darlo.
Para la familia
Una de mis partes favoritas del tiempo de Adviento es la cuenta regresiva de los días con mi esposo e hijos. Escogemos un libro cada año para nuestras lecturas de Adviento y luego pasamos veinticinco noches de diciembre leyéndolo juntos. Encendemos nuestras velas de Adviento antes de cada lectura, cantamos un himno navideño, oramos juntos e intentamos memorizar algunos versículos de Lucas 1 al 2. Un par de años atrás, comenzamos a hacer una pancarta de gratitud de Adviento con papel para manualidades navideñas cortadas en triángulos que colgamos en los portales de las puertas de nuestro hogar. Cada noche de Adviento, cada miembro de la familia tiene que escribir una cosa por la que está agradecido de que Dios nos haya dado o hecho por nosotros. Las primeras noches son fáciles, pero ¡se hace mucho más difícil después de eso! Tenemos que cavar profundo, revisando nuestros días, semanas y meses; tenemos que practicar la gratitud por lo que Dios ha hecho al enviarnos a Jesús para salvarnos, santificarnos y mostrarnos gracia sobre gracia.
Nuestra rutina nocturna de Adviento no toma más de quince o veinte minutos. Aún tenemos un hijo pequeño con una corta capacidad de atención. Tus tradiciones de Adviento no tienen que ser complicadas para que sean significativas. Si Jesús es tu foco, entonces tienes todo lo que necesitas para ayudar a tu familia a fijar su mirada en Él cada día. Lean un poco de la Escritura, canten una canción, oren. No necesitas llenar un carro en la papelería para crecer en tu amor por Cristo este Adviento. Simplemente, necesitan abrirse camino un par de minutos para juntarse como familia y adorarlo.
Crecí haciendo lecturas de Adviento con mis padres y hermanos, y ellas son unos de mis recuerdos más atesorados. En ese entonces, no siempre presté atención, pero a medida que crecía y criaba a mis propios hijos, agradezco profundamente que en medio de las actividades de la iglesia, los eventos escolares, las compras y las fiestas de Navidad, mis padres estaban determinados a simplemente poner nuestra vista en nuestro Salvador por medio de la Escritura, la oración y las canciones. Todos estos años después, puedo decir con confianza que fue muy efectivo en mi vida. Si eres un padre con hijos pequeños que está luchando con las tradiciones caóticas de Adviento, ¡sigue adelante! Sigue poniendo sus pequeños rostros en Jesús incluso si no crees que están poniendo atención. Mostrarles cómo contemplar a nuestro Salvador nunca es un esfuerzo desperdiciado.
Para uno
Independientemente de que estés haciendo lecturas de Adviento con alguien más o no, el tiempo de Adviento no es el momento para abandonar tu lectura bíblica regular. De hecho, este es un maravilloso tiempo del año para profundizar más en nuestras disciplinas espirituales. Los días se llenan rápidamente con actividades y podemos llegar al final de este tiempo sintiéndonos agotados y frustrados si no apartamos tiempo para adorar intencionalmente a Cristo. Jesús nos dice que el verdadero descanso se encuentra en Él. Él dice: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana» (Mt 11:28-30). Él no dice: «vengan a Mí después, cuando ya no estén tan ocupados» o «espera hasta que las festividades se acaben y la vida se haya calmado antes de venir a Mí». Él les dice a los cansados que vayan a Él, tomen su yugo, aprendan de Él y encuentren descanso. Abrir tu Biblia y orar te entregará el descanso espiritual que necesitas durante una ajetreada temporada de festividades. No esperes hasta que las festividades se hayan acabado para ir a Él. Adóralo hoy.
Si no estás segura de por dónde comenzar, considera conseguir un libro de lecturas de Adviento que estén emparejadas con la Escritura para leer por tu cuenta. Comienza un estudio de un mes de duración del árbol genealógico de Jesús en Mateo 1, leyendo todas las historias de fondo en el Antiguo Testamento de las personas que se nombran ahí. O, pídeles a algunos amigos de la iglesia que lean el libro de Juan contigo este mes y escriban todas las razones por las que Jesús vino por nosotros.
Seguir a Jesús fielmente siempre nos costará algo. Quizás tendrás que levantarte más temprano o cortar tu tiempo de televisión por la tarde para pasar tiempo adorando a Cristo en esta temporada de Adviento. No obstante, cada momento que pases adorando a Cristo hará inmensurablemente más por tu alma que cualquier otro entretenimiento y festividad a la que podríamos darle comúnmente nuestro tiempo libre.
Fiel en cada temporada
Dios nos ha equipado para seguir a Cristo fielmente sin importar la temporada de vida en la que estemos viviendo. Él nos ha dado «todas las cosas que necesitamos para vivir con devoción. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos» (2P 1:3-4).
El llamado a seguir a Jesús, adorarlo, conocerlo y amarlo no se disminuye sólo porque nuestros calendarios se llenan. De hecho, esos días ajetreados podrían revelar que necesitamos más tiempo con Él de lo que pensamos. La buena noticia es que Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para seguir a Cristo, sin importar qué día es. En cada temporada, sea de celebración o sea común, aún necesitamos la verdad del Evangelio al frente de nuestras mentes. Y puesto que Dios envió a Jesús a nacer en Belén, a vivir la vida perfecta, a morir en la cruz por nuestros pecados y resucitar en victoria, tenemos acceso a lo que Dios ha provisto. Podemos acercarnos al Padre con confianza en oración y meditar en su Palabra que Él ha preservado para nosotros, que es nuestra vida misma (ver Deuteronomio 32:47). No creceremos ni floreceremos en fidelidad lejos de los regalos que Él nos ha dado, y afortunadamente, no tenemos que esforzarnos.
Cuando llevamos nuestros hábitos de oración y lectura bíblica a la temporada festiva, encontraremos verdadero descanso para nuestras almas a medida que crecemos en adoración a Aquel que vino a nosotros y volverá otra vez.