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Uno de los triunfos más grandes de Satanás ha sido convencer a los cristianos de abandonar la Biblia o al menos evitar que saquen el mejor provecho de ella. Él intenta convencernos de que la Biblia está pasada de moda, de que carece de importancia o de que es menos importante que otras cosas. Trata de convencernos de que es difícil de entender y de que deberíamos apoyarnos en otros para entenderla.

R.C. Sproul escribió Cómo estudiar e interpretar la Biblia al comienzo de su carrera para abordar estos asuntos y con un deseo de ver a los cristianos dedicarse personalmente a un estudio sistemático de la Palabra. Escrito en 1977, este es uno de sus primeros pero más importantes y recomendados libros.

Sproul empieza con una introducción que explica por qué deberíamos leer la Biblia. Disipa los mitos de que la Escritura es demasiado difícil de entender o demasiado aburrida como para captar nuestra atención. A partir de ese fundamento, muestra cómo el principio de la interpretación privada fue un pilar de la Reforma y, por lo mismo, un pilar del protestantismo hasta hoy. Explica qué es la interpretación privada y asimismo lo que no es. Muestra, por ejemplo, que no nos impide verificar nuestras interpretaciones contrastándolas con las de otros. También enfatiza la necesidad de ser objetivos al leer la Escritura. En breve, evita que pensemos en la interpretación privada como una manera de forzar la Escritura para que diga lo que queremos que diga.

Uno de sus capítulos está dedicado a presentar la hermenéutica. Que no te asuste esta palabra técnica ya que sólo significa «una lista de reglas y directrices para interpretar la Escritura». Algunos de los conceptos que presenta son:

  • La analogía de la fe. Esto significa que la Escritura interpreta la Escritura, o que un pasaje apoya y explica a otro. También significa que una parte de la Escritura nunca corrige a otra, porque la Escritura no necesita corrección.
  • La interpretación literal. Esto significa que la Escritura debe ser escudriñada como literatura, prestando atención a la gramática, la elección de palabras y el género. Sólo porque la Biblia es un libro especial no significa que podamos ignorar la interpretación literal común.
  • El análisis de género. Esto significa que la Escritura debe ser analizada según su género y es crucial que distingamos entre géneros tales como la historia y la poesía.
  • El método gramático-histórico. Este es un método para interpretar la Escritura que se concentra, entre otras cosas, en las construcciones gramaticales y el contexto histórico. Es el método tradicional de la hermenéutica y asimismo el más seguro.
  • Paternidad literaria y fechado. Es importante entender la fecha y la autoría de cada libro o pasaje en particular.

La mayor parte del libro está contenida en un capítulo que expone diez reglas de interpretación bíblica. Ellas son:

  1. No cambie las reglas de interpretación para la Biblia. Léala como cualquier otro libro.
  2. Trate de empatizar con los personajes bíblicos.
  3. Las narraciones históricas deben ser interpretadas por el método didáctico.
  4. Lo implícito ha de interpretarse por lo explícito.
  5. Determine el significado de las palabras usando la lexicografía, la etimología y el contexto.
  6. Note la presencia de paralelismos.
  7. Note la diferencia entre el proverbio y la ley.
  8. Observe la diferencia entre el espíritu y la letra de la ley.
  9. Tenga cuidado con las parábolas.
  10. Tenga cuidado con la profecía vatídica o predictiva.

Cada uno de estos puntos recibe una cuidadosa atención. Aunque algunos de ellos puedan sonar escandalosos (como, por ejemplo, «Lea la Biblia como cualquier otro libro»), Sproul justifica cada uno con razones sólidas.

El autor, a continuación, dirige su atención a una discusión de la cultura y la Biblia. Así como yo me encuentro confinado a un escenario cultural específico, los autores de la Biblia también lo estaban. Necesitamos ser capaces de discernir la diferencia entre principio y costumbre en lo que respecta a la Biblia. Sproul provee diversas directrices para hacerlo.

El libro termina con una discusión de algunos recursos que pueden ayudar a estudiar la Biblia. Estos van desde comentarios hasta diccionarios y léxicos. Si hay un área del libro que deja en evidencia su fecha de publicación, es esta [ausente en la traducción al español]. Actualmente hay tantos recursos más a nuestra disposición, especialmente en Internet, que esta sección pierde algo de utilidad. Un análisis de las traducciones modernas y algunos de los comentarios más nuevos sería útil. Algo que me pareció divertido es que el autor dice que no aprueba las Biblias de estudio, y sin embargo, años más tarde, fue el editor de la Reformation Study Bible. ¡Supongo que cambió de parecer!

Este libro hace un maravilloso trabajo dando a conocer la hermenéutica al laico y lo recomendaría para cualquier cristiano. Presenta conceptos avanzados de una forma que es fácil de leer y entender. Mi única queja es que propone muchas reglas pero no dedica atención a los «cómo» de la hermenéutica. Habría dado gusto que el autor nos guiara en la comprensión de algunos pasajes difíciles, asegurando, además, que no sólo entendiéramos las reglas sino también el uso de ellas.

Cómo estudiar e interpretar la Biblia. R.C. Sproul. Unilit / Spanish House, 131 páginas.

Esta reseña fue publicada en Tim Challies.
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Tim Challies
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Tim Challies

Tim Challies es un seguidor de Jesucristo, esposo de Aileen y padre de tres niños. Se congrega y sirve como pastor en Grace Fellowship Church en Toronto, Ontario. Es autor de libros, entre los cuales puedes encontrar: Discernimiento: una disciplina práctica y espiritual, Limpia tu mente y Haz más y mejor; es cofundador de Cruciform Press y escribe regularmente en challies.com
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