A lo largo de los años, he escuchado muchos sermones que me han conmovido hasta las lágrimas; sin embargo, al observarlos más de cerca, descubrí que elementos importantes de un buen sermón estaban ausentes. A pesar de todo mi entrenamiento, recientemente me di cuenta de que no sabía cómo era un buen sermón cuando uno me golpeó en la cara.
Hace poco descubrí esta evidente falla mientras escuchaba predicar a nuestros aprendices pastorales. Creé una rúbrica con elementos importantes que debe tener buen sermón para dar una retroalimentación reflexiva con el fin de mejorar los sermones de nuestros estudiantes. Noté que de vez en cuando oía un sermón que clasificaba como «no tan bueno» solo por lo que me hacía sentir. No obstante, una vez que comencé a considerar los elementos de un buen sermón, reconocí que algunos sermones «bajo el promedio» eran en realidad bastante útiles. Mis instintos solos simplemente habían fallado.
¿Sabes cómo es un buen sermón?
¿Y tú? ¿Cómo sabes que escuchaste un buen sermón? ¿Te hizo sentir realmente bien o muy mal contigo mismo, con los demás o con Dios? ¿Cómo puedes confiar en tus sentimientos? ¿Esos sentimientos alguna vez te han mentido? ¿Sabes cuándo confiar en tus sentimientos?
O quizás no son tus emociones las que provocan que categorices a un sermón como útil. Quizás es la impresión que tienes de cómo otros (como tu familia no cristiana) podrían recibirlo. Sabes que ellos necesitan un mensaje que sea lo suficientemente divertido como para bajar las barreras, pero también lo suficientemente claro para llamarlos al arrepentimiento y a la fe en Jesús.
O tal vez solo tienes un muy buen instinto que te dice cuándo has escuchado una «palabra de Dios» en lugar de todas esas otras palabras menores que son solo mentirosas.
¿Estás seguro de que sabes cómo es un buen sermón a partir de uno malo?
Definición de «bueno»
Primero que todo, supongo que debemos definir lo que es «bueno». Uso este adjetivo versátil como un marcador para los sermones que madurarán y fortalecerán tu doctrina y tu vida a lo largo del tiempo, sermones que santificarán y transformarán tanto a las personas como a las iglesias (tal vez no después de solo un domingo, sino que seguramente después de años y años de domingos).
Solo para ser claro, solo Dios puede crear sermones «extraordinarios» y predicadores «extraordinarios». Solo Dios crea las respuestas únicas que evocaron las predicaciones de Charles Spurgeon y debemos celebrar estos movimientos únicos del Espíritu. No obstante, también debemos apoyar y celebrar a los pastores fieles que trabajan duro, que predican fielmente, que aman a su gente y que persisten con una paciente fidelidad. La mayoría de los pastores son más parecidos a Charles Simeon que a Charles Spurgeon, cuyos primeros años de ministerio incluyeron tomates lanzados a su rostro y bancos vacíos. Ambos predicaron fielmente; solo uno recibió admiración.
Con eso en mente, a continuación les comparto cinco preguntas importantes que los ayudarán a detectar un buen sermón.
1. ¿Es la Palabra de Dios la parte más importante del sermón?
Recientemente, he escuchado un montón de sermones que eran retóricamente sólidos, pero teológicamente débiles. Mientras escuchas, ten cuidado de no confiar demasiado en tus emociones. No solo he etiquetado un buen sermón como malo desde el principio, también me he visto enganchado a un mensaje retóricamente sólido pero centrado en el hombre y que al examinarlo más de cerca, me di cuenta de que abrazó teología no bíblica.
No estoy diciendo que el ethos y el pathos no significan nada. Sin embargo, Pablo dice que los pastores deben predicar la Palabra, no conmover el alma, el corazón o la mente. Así que es importante hacerse la pregunta: ¿es la Palabra la que te lleva a apreciar un sermón? ¿Estás más interesado en las historias del predicador que en Dios? Esto podría sonar obvio, pero, cuando estás evaluando el significado de la palabra predicada, ¿lo haces de una manera experiencial?
2. ¿Te vas entendiendo el punto central del texto?
En otras palabras, ¿entiendes mejor tu Biblia gracias a que escuchaste este sermón? ¿Y ves que el pastor ha elaborado su mensaje de tal manera que su punto central era el punto principal de la Escritura de la cual predicó?
Quizás sientes que el pastor no lo hizo. ¿Pero sentiste que se esforzó por entender el significado del texto en su contexto particular e hizo la agenda de Dios su agenda o viceversa? La predicación de Dios eleva la Palabra de Dios por sobre las ideas de los hombres. La buena predicación (predominantemente, pero no exclusivamente) es expositiva. La buena predicación va verso por verso a través de los libros de la Biblia con el fin de revelar el consejo completo de Dios. Demasiados predicadores predican ex cátedra, como el obispo de Roma que entrega dictámenes autoritarios, esperando que las personas confíen en sus palabras en lugar de señalarles a Dios.
3. ¿El predicador predicó de Jesús?
Espero que esta pregunta suene extraña para tus oídos. ¿Qué iglesia evangélica dejaría fuera a Jesús? Bien, en mi reciente año sabático, escuché un montón de sermones sobre textos del Antiguo Testamento que fueron predicados en enormes iglesias evangélicas conservadoras donde el nombre de Jesús no fue mencionado. Un sermón predicado en la iglesia de Cristo falló en mencionarlo. Encajaría perfectamente con cualquier sinagoga local. ¿Notarías que Jesús no fue el héroe de la historia semana tras semana?
No obstante, no solo debemos preguntar si es que Cristo fue predicado, también debemos preguntarnos cómo fue predicado Cristo. ¿Fuimos expuestos al Cristo bíblico desde ambos Testamentos de una manera que no trataba a Jesús como un apéndice obligatorio de un buen mensaje judío? ¿El predicador dio a entender que Jesús vino y murió para que tú pudieras tener un mejor matrimonio e hijos más obedientes?
Tanto cristianos como no cristianos no necesitan nada más que al Cristo vivo y resucitado. Así es como, en Hechos 8, Felipe parece haberle respondido al eunuco etíope que leía Isaías. Pareciera haber sido lo mismo que Jesús hizo camino a Emaús cuando abrió toda la Escritura y mostró cómo ellas hablaban de él. De hecho, tan solo lee el Nuevo Testamento y te darás cuenta cuán centrados en Cristo son sus autores.
Necesitamos predicadores que prediquen como Jesús, como Pedro y como Pablo.
4. ¿El predicador aplicó el sermón a mi vida?
La convicción es obra del Espíritu Santo. Pero el Espíritu Santo dota a los predicadores y maestros para ayudar a los cristianos a aplicar la Palabra. ¿Sientes que el predicador buscó en oración conocerte? ¿Qué pasa con los otros cristianos que están en el salón que podrían ser diferentes a ti?
Cristo está edificando a su iglesia con diversas personas de toda lengua y toda nación. ¿El pastor solo les habla a familias de clase media y habla sobre ellas? ¿O toma en cuenta a los no cristianos y a los cristianos nominales, a la gente mayor y a los jóvenes, a la gente de otras naciones y etnias, a los ricos y a los pobres, a los solteros y a los divorciados, a los casados y a los viudos?
Podría continuar la lista, pero el punto es simple: cuando el predicador estudia el texto, ¿está pensando pastoralmente a través del texto sobre formas específicas en que la Palabra de Dios es relevante para las diversas personas en el contexto en el que él se encuentra? ¿O le predica a la congregación que tiene pero pensando en una congregación que le gustaría tener? ¿Su aplicación revela un cuidado guiado por el Espíritu por las almas que él pastorea? ¿O revela algo más, como pereza, intolerancia o desconsideración?
5. ¿El predicador habla como alguien que conoce a Dios o que sabe sobre Dios?
Fíjate que hasta este punto he hablado casi completamente sobre la presentación. Eso es porque la comunicación importa; no obstante, también puede ser exagerada y distractora.
En esta pregunta, es crucial recordar que los predicadores actuarán de manera diferente en el púlpito porque los predicadores son diferentes tipos de personas. Algunos tendrán personalidades más extrovertidas y fuertes, mientras que otros serán más reservados. Algunos dirán bromas, mientras que otros no lo harán. El punto aquí no es ser normativo en esos asuntos de preferencia. Al contrario, simplemente quiero hacer la recomendación general de que los predicadores deben usar la emoción apropiada para el texto apropiado. ¿Él comunica gozo cuando habla sobre cosas buenas y seriedad cuando habla sobre cosas horribles? En otras palabras, ¿describe la experiencia cristiana como si solo la hubiese leído en libros o la expresa como si fuera una persona que realmente camina con Dios?
He incluido la rúbrica de evaluación para ayudarte a escuchar mejor. Te sugiero que leas las preguntas del cuestionario primero, y luego toma notas mientras escuchas y solo contesta la evaluación después de que el sermón haya terminado. También me gustaría animarte a que no uses esto cada domingo. Es mejor usarlo para ayudarte a desarrollar categorías saludables con el fin de ayudarte a apreciar a los pastores fieles o a elegir una iglesia saludable para ti y tu familia.