Hace un par de años, tuve una sensación constante de que podría estar haciendo un mejor trabajo al liderar a mi familia en el camino de la fe. No crecí en un hogar cristiano y tengo pocos modelos sólidos a imitar en esta área. La experiencia me dice que la mayoría de los hombres cristianos, especialmente aquellos que no tienen entrenamiento teológico, se sienten de la misma manera, pero incluso ir al seminario y ser pastor no parecía ayudarme mucho. Puedo preparar sermones, dar clases y juntarme con personas en la iglesia, pero estaba siendo difícil para mí pastorear consistentemente a mi propia familia.
Fue más o menos en ese tiempo que comencé a escuchar algo llamado «adoración familiar». La idea me intrigaba. Por supuesto, dábamos las gracias en las comidas y leíamos historias de la Biblia a la hora de acostarse, pero todo parecía inconsistente y nuestro progreso era mediocre. La idea de tener un tiempo devocional familiar regularmente que se viera más como lo que hacemos en la iglesia el domingo me emocionaba, pero honestamente, me faltaba confianza para comenzar. Para empeorar las cosas, nuestros espacios de tiempo y atención estaban limitados por todas las exigencias de la escuela y las actividades extracurriculares. A la larga, me convencí de que esto no era correcto. Debo ser capaz de reunir a mi familia para glorificar al Dios trino como prioridad cada día. Cualquier cosa que estuviéramos poniendo antes de esto se transformaría en un ídolo para nosotros, sin importar cuán valioso era.
Por lo tanto, comenzamos lentamente hace un año, comprometiéndonos a reunirnos devocionalmente como familia cada mañana antes del desayuno, desde el lunes hasta el sábado (el domingo no lo hacemos porque nos reunimos de la misma manera con otros en la iglesia). Esto tuvo un impacto poderoso en nuestras vidas. Mi esposa y yo a menudo comentamos sobre cómo nuestra fe personal se ha fortalecido y nuestros hijos esperan ansiosos «el tiempo de Biblia» cada mañana. De hecho, ellos reclaman cuando ocasionalmente no podemos tener nuestro tiempo juntos debido a las dificultades de la vida.
Quiero notar que aunque la etiqueta se está haciendo cada vez más popular, no creo que «adoración familiar» del todo sea el mejor nombre, puesto que no necesita ser estrictamente para familias y tampoco es estrictamente para adorar. No tengo una mejor alternativa, pero dicho de manera simple, es un tiempo regular para reunirnos como familia devocionalmente a leer la Escritura y orar. Agregaría que cantar es un tercer componente poderoso y necesario, aunque entiendo por qué esto podría ahuyentar a aquellos que piensan que carecen de talento musical (como yo). Se podrían agregar otros elementos, pero la Biblia, la oración y, finalmente, las canciones son tres fundamentos. No tiene que ser largo, unos diez minutos más o menos.
Como dije, estos tiempos devocionales no tienen que ser solo para familias con hijos. Cualquiera que comparta la vida con otra persona puede hacerlo. Los compañeros de casa cristianos, los padres que tienen el nido vacío, los matrimonios sin hijos pueden considerar adquirir el compromiso de una reunión familiar regular como esta. Incluso las parejas comprometidas podrían pensar sobre comenzar esto, así pueden adquirir el hábito antes. ¡Me hubiese encantado haberlo hecho con mi esposa!
El primer paso es conversar con tu cónyuge, novio(a), compañero(s) de casa sobre la idea. Si eres como yo, la incomodidad, la falta de tiempo, la poca atención que otros te pongan y la incapacidad que pudieras tener de responder preguntas sobre la Biblia, podría asustarte un poco. Todo esto es normal. Aunque me imagino que la mayoría de las esposas e hijos estarían felices de que tomes el liderazgo. Comprométanse a hacerlo juntos y aparten un tiempo para comenzar. Si, por ahora, es demasiado comprometerte con una reunión diaria, considera uno o un par de días a la semana primero. Sin embargo, tener una práctica casi diaria, sin duda dará mucho fruto.
Da pequeños pasos desde ahí. No intentes hacer demasiado al principio. En lugar de ello, imagina dónde te gustaría terminar y trabaja hacia esa visión en el tiempo. Comienza por seleccionar algunos pasajes de la Biblia para leer, quizás pueden usar una Biblia de niños si es que tienen hijos pequeños y oren juntos. Si orar de improviso no es fácil para ti, entonces comienza con oraciones establecidas con el Padre Nuestro. Aunque sugiero que trabajes para incluir oraciones improvisadas. Nuestros hijos nos han sorprendido con sus oraciones durante nuestro tiempo abierto de oración.
Una vez que ya estén más acostumbrados a lectura bíblica y a la oración, planifiquen comenzar a cantar juntos. Cantar se ha transformado en la bendición más grande de nuestros devocionales familiares. No solo cantamos un himno de la semana, sino que también una pregunta del catecismo y un versículo para memorizar de la semana. Hemos sido sorprendidos al descubrir que nuestros hijos disfrutan memorizar, y cantar ayuda a la memorización. La falta de talento musical no ha sido un obstáculo, puesto que existen muchos recursos gratis disponibles en Internet. Toda la música la transmitimos desde el computador e imprimimos la letra. Sería genial tener músicos en nuestra familia para que nos lideren y quizás un día lo tengamos, pero lo que tenemos ahora funciona.
Si alguna vez has tenido el privilegio de tener un tiempo de devocional regular junto con tu familia como este, considera la posibilidad de que Dios pueda usar esas reuniones en casa para impactar tu hogar poderosamente para bien. Las nuestras nacieron desde un lugar en el que estábamos colectivamente estancados y llegó a ser un crecimiento diario juntos. Nuestro tiempo enfocado en Dios nos ministra a cada uno de nosotros durante el día y nuestro tiempo el domingo en la iglesia se ha vuelto más rico con los niños participando más plenamente. Las cosas no son perfectas en ningún sentido, pero al menos ahora me siento más confiado respecto a cómo estoy liderando a mi familia en el camino de la fe.