No es necesario que una persona esté casada mucho tiempo para que se dé cuenta de que el matrimonio es mucho más difícil de lo que parece. Por supuesto, es mucho más difícil de lo que Dios planeó que fuera: con la caída en el pecado vino el surgimiento del yo, y con la pérdida de la perfección llegó el dominio del pecado. Incluso los mejores matrimonios están ahora contaminados por él; por el egoísmo, y por una marcada falta de amor. Cada matrimonio representa la unión de dos pecadores. Aunque se aman el uno al otro, luchan constantemente por amarse tanto como saben que deberían hacerlo.
Mientras los estantes de las librerías, tanto cristianas como seculares, están cargadas de libros sobre el matrimonio, pocos de ellos ofrecen ayuda para lidiar con la raíz de todos los problemas que enfrentamos en nuestras relaciones. Son pocos los que llegan al centro del asunto, los que indagan en lo profundo del corazón humano y recetan la cura bíblica. En medio de esta carencia llega Dave Harvey con su libro Cuando los pecadores dicen “acepto”, un libro que merecidamente está obteniendo una amplia y positiva atención. C.J. Mahaney dice que “entrega claridad en el conflicto, esperanza en la desesperación y señala el camino a un matrimonio lleno de gozo que glorifica a Dios”. Jerry Bridges también dice que “será de ayuda para cualquier pareja no importando si ha estado casada cinco semanas o cincuenta años”. Y por último, Randy Alcorn lo llama “un maravilloso libro” que es “honesto, revigorizante, práctico y, por sobre todo, bíblico”. Lo que ha inspirado estas entusiastas críticas es el enfoque del libro en la dura realidad del pecado y en la hermosa realidad de la gracia.
Cuando pecadores dicen “acepto” es un libro que se centra bastante en el pecado. A decir verdad, este tema es predominante en la primera mitad el libro. Esto podría parecer innecesario para algunos e incluso depresivo para otros, pero ignorar el pecado es ignorar una de las más grandes realidades del ser humano. Harvey escribe: “hasta que el pecado [no] sepa amargo, el matrimonio no podrá ser dulce”. Y así, escribe sobre el pecado y la gracia con el fin de promover matrimonios placenteros que glorifiquen a Dios. Este no es un manual de instrucciones o un “paso a paso” para un matrimonio feliz; no revela secretos ni conocimientos antiguos que hasta ahora habían estado ocultos. Al contrario, simplemente ofrece la visión realista de la Biblia sobre la realidad del pecado humano y el poder del evangelio para construir y sostener matrimonios saludables y felices que honren y glorifiquen a Dios.
Yo no lo puedo decir mejor que Paul David Tripp. En el prólogo del libro, él dice: “Este libro comprende el drama central de cada pareja casada. Este drama no respeta raza, origen étnico, ubicación o período de la historia y es lo único que explica la fatalidad y la esperanza de cada relación humana. Este tema se encuentra en cada página de este libro de alguna manera. ¿Cuál es este drama? Es el drama del pecado y la gracia.” Harvey trata el tema del pecado de forma franca, honesta e implacable y en base a eso permite que la gracia brille en todo su esplendor. Aunque cada matrimonio siempre será la unión de dos pecadores, Dios es bueno en concedernos su gracia, la cual nos permite tener relaciones sólidas, alegres y que glorifican a Dios.
Intenso en la descripción del pecado e implacable en el seguimiento de éste hasta los lugares más recónditos de nuestros corazones (y por lo tanto, de nuestras relaciones), Cuando pecadores dicen “acepto” es una contribución muy bienvenida en un mercado con mucho movimiento. Recomendaría sin dudar este libro a cualquier pareja e incluso a cualquier persona soltera. Es uno de los mejores libros que he tenido el privilegio de leer sobre el matrimonio y las relaciones. Todos necesitamos percibir el gusto amargo de nuestro pecado para que la gracia pueda ser dulce. El enfoque bíblico del libro pondrá tanto al pecado como al Salvador bajo una luz clara, ayudándonos a construir relaciones sólidas centradas en Cristo y para su gloria.