Si te acabas de sumar a esta conversación, espero que retrocedas y leas las cuatro primeras partes de esta serie para tener algo de contexto. He estado hablando sobre el problema de la idolatría en las amistades y he proyectado una visión del propósito de la amistad bíblica.
Pasos hacia la libertad
Si es evidente que has estado idolatrando a una persona en tu vida y has llegado a ser emocionalmente dependiente de ella, estos son algunos pasos prácticos que puedes dar para dirigirte hacia la libertad. Por favor, ten en mente que el grado en que estos pasos son necesarios se basa en cuán profundamente arraigada estés a una idolatría relacional. Para quien llama a su compañera de rendición de cuentas con demasiada frecuencia antes de hablar con Dios, una simple confesión y arrepentimiento con otra amiga podría ser suficiente. Para quien ansía que terminen las vacaciones de primavera para acurrucarse en la cama con su compañera de cuarto nuevamente, estos pasos serán mucho más importantes.
Recuerda que las diferentes situaciones requieren diferentes cosas. Aquí es donde la sabiduría y la guía de otras personas que te conocen es crucial. Por ejemplo, una dependencia emocional a un chico se debe tratar de manera diferente que una dependencia emocional hacia una chica. Y aunque puede haber dependencia emocional entre cónyuges, ninguna forma de separación es buena en un matrimonio.
1. Sé honesta
Sé honesta contigo misma. Aunque es doloroso mirar nuestro pecado a los ojos, si lo ignoramos, nunca podremos hacer que desaparezca. Si nos rehusamos a enfrentar la realidad de nuestro pecado, solo agrandaremos las consecuencias y prolongaremos el dolor.
Sé honesta con Dios. Conversa con Él abiertamente sobre tu amiga y cómo te sientes respecto a ella. Confiésale abiertamente tu deseo de correr a ella antes que a Él. Concuerda con Dios en que encontrar tu valor, tu propósito, tu pertenencia y tu seguridad en cualquier otra cosa que no sea Él es idolatría. Admite que lo has abandonado a Él, la Fuente de aguas vivas, para ir tras cisternas rotas y agrietadas que no pueden contener el agua (Jer 2:12-13). Pídele a Dios que te salve de la fortaleza de la idolatría
Sé honesta con otra persona que no sea la amiga de quien dependes. Busca a una mujer cristiana madura, confiable y estable con quien conversar. Cuéntale que eres demasiado dependiente de tu amiga y que le has dado más peso en tu vida que a Dios. Pídele oración, rendir cuentas y consejo. Aunque podría ser tentador, no es sabio compartirlo primero con la amiga que idolatras. Si bien debes, con el tiempo, hablar abiertamente sobre estas cosas con tu amiga, hacerlo de inmediato resulta a menudo contraproducente y provoca un apego más profundo. Por supuesto, la importancia de cómo y cuándo hablar con esta amiga dependerá de cuán profundo y duradero haya sido el apego.
2. Crea espacio
Toma cierta distancia de tu amiga de diferentes maneras: física, emocional y espiritualmente. Esto podría implicar pasar más tiempo en grupos; decir no a esos momentos uno a uno; abstenerse de conversaciones íntimas emocionales y espirituales como confesar pecados, orar juntas, etc. Si viven juntas, invita a otras personas a pasar el rato o sal de la casa para hacer tareas, trámites, etc. Este paso podría sacar naturalmente una sana conversación de por qué necesitas espacio y te dará la oportunidad para confesar cualquier pecado de tu parte y el deseo de crecer en salud espiritual y en tu amistad.
3. Prepárate para el duelo
Dejar ir este tipo de relación es doloroso. Cuando lo apuestas todo a una carta, puede ser aterrador alejarte de ella. Debido a que es posible que hayas tratado a esta amiga como tu alma gemela, esto podría sentirse como una ruptura. Permítete estar de duelo por un tiempo; habla con una mujer cristiana confiable y madura sobre esto, y también habla con Dios; lee los Salmos; escribe cómo te sientes en tu diario. Debes saber que esta etapa de duelo pasará.
5. Cultiva otras amistades
Esto podría ser difícil y aterrador al principio. Es posible que estés acostumbrada a la falsa seguridad que dice: «el amigo que siempre te acepta nunca te va a decepcionar». Pero recuerda, la única persona que nunca te va a decepcionar es Dios mismo. Cultivar otras amistades también nos ayudará a mantener nuestra esperanza en Él, no en las personas. Probablemente, tendrás que tomar medidas para hacer amigas cuando no lo sientas. Pero camina en fe y confía en Dios con todo tu corazón, no en una persona.
6. Anda a un consejero bíblico
Aunque la mayoría de las personas asumen que la consejería es solo para las situaciones traumáticas, es algo muy positivo que todos pueden hacer de vez en cuando. Si tienes los medios, considera buscar un consejero bíblico al que puedas ver un par de veces mientras haces el viaje para dejar de depender de una amiga a fin de volver a depender de Dios. Tener un lugar seguro para discutir estas cosas con un profesional capacitado que ama a Jesús es invaluable.
7. ¡Conoce a Dios!
Finalmente —no porque no sea importante, sino porque este paso siempre debe estar presente en tu mente—, cultiva tu intimidad con Dios. Si no lo estás buscando a Él diariamente como tu fuente de seguridad, de satisfacción y de aprobación, siempre la vas a buscar en otro lado. Él es el único verdadero, fiel y confiable. Para comenzar, te dejo el enlace hacia un devocional de 3 días que escribí sobre cómo cultivar la intimidad con Dios [disponible solo en inglés]. (Para más estudios bíblicos y devocionales, haz clic aquí [disponibles solo en inglés]).
Para quienes han llegado a tener un contacto sexual con una amiga
Si ya has recorrido este camino lo suficiente como para permitir que tu amistad haya llegado a ser sexual, por favor, escúchame: no estás sola. Hay más personas que han estado donde tú estás ¡y ahora son libres! ¡Ningún pecado está lejos de la obra redentora de Dios!
¿Soy lesbiana?
Esta es la primera pregunta que muchas hacen. Dado que has tenido encuentros sexuales con alguien de tu mismo sexo y, en algún grado, se sintió natural y deseable, es normal hacer esta pregunta. Vivimos en un mundo que te diría: «sí, probablemente eres lesbiana o, al menos, bisexual. La manera en que prefieras experimentar tu sexualidad determina quién eres».
No obstante, déjame ser muy clara: la respuesta es no. No eres lesbiana. Si bien lesbiana, gay, homosexual, bisexual podrían escogerse como descripciones de identidad, en última instancia, todas son descripciones de un estilo de vida.
Dios no crea mujeres lesbianas y mujeres heterosexuales; Él crea mujeres. Dios no crea hombres gay y hombres hetero; él crea hombres. «[…] Varón y hembra los creó» (Gn 1:27).
Es muy importante que nosotras entendamos esto. ¿Recuerdas nuestro estudio de Romanos 1? Al adorar a una persona, invitas deseos distorsionados a tu vida y podrías entregarte a deseos sexuales apasionados por personas del mismo género que se sienten naturales y normales. Esto no quiere decir que tu identidad sea homosexual; al contrario, significa que estás experimentando las consecuencias de adorar al objeto equivocado.
Todos somos capaces de distorsionar la sexualidad. (Solo un recordatorio: el pecado sexual con alguien del sexo opuesto también es una forma distorsionada de sexualidad). Nadie está por encima de esto. «Porque si alguien se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo» (Gal 6:3). La pregunta no es cómo nos deshacemos de los deseos inapropiados (todos experimentaremos deseos incorrectos hoy en un sinnúmero de maneras), sino qué hacemos en respuesta a esos deseos. ¿Nos entregaremos a ellos o nos aferraremos a Dios y correremos a Él como nuestra única esperanza y fortaleza? Esta es la esencia del arrepentimiento (que debe ser el acto y la postura diarios del cristiano): ¡alejarnos de los deseos equivocados y aferrarnos a Dios nuestro Salvador y Satisfacción!
La separación es crucial
Si tu amistad ha llegado tan lejos como para pecar sexualmente, la importancia de un tiempo de separación total de esta amiga no puede subestimarse. Debido a la naturaleza violenta del pecado sexual, somos llamadas a huir, a alejarnos lo más rápido posible (2Ti 2:22; 1Ts 4:3). Aunque esta es una medida difícil de tomar, es vital. Involucra a otra mujer piadosa o matrimonio piadoso al que puedas rendir cuentas y ¡que pueda fortalecerte en este tiempo al apuntarte a Jesús, tu gran Salvador, Redentor y Verdadero Amigo! Se sentirá como un desierto, pero es ahí donde a menudo Dios nos encuentra para quitarnos todos nuestros viejos amores, desposarnos y enseñarnos a depender en Él (piensa en Gomer en Oseas 2 o en los israelitas en Números y Deuteronomio). Acepta este tiempo en el desierto y de soledad, y permite que te lleve a los brazos de tu Primer Amor.
La consejería es vital
Puesto que hay algunas repercusiones únicas en relación al contacto sexual en una amistad entre personas del mismo sexo, un buen consejero bíblico puede entregarte el apoyo, las herramientas, la claridad que necesitas para avanzar hacia la libertad, una visión saludable de tu sexualidad y la confianza en tu plenitud y libertad en Cristo.
En la parte 6, veremos las tendencias culturales de romantizar las amistades y el peligro asociado a ello.