volver

041. Salmo 101: verdadera adoración

El Evangelio, un salmo a la vez

TRANSCRIPCIÓN

Esto es lo más convincente de este salmo: es bastante posible adorar a Dios el domingo, pero entre domingos tener una vida formada por la adoración a algo más.

Existe algo que es muy muy importante comprender sobre la naturaleza de los seres humanos, la manera en que funcionan, por qué hacen las cosas que hacen, la naturaleza de la vida humana, las cosas que forman nuestras opciones, decisiones, acciones, relaciones. Y por lo tanto, esto es, es importante comprender que la función más básica y esencial de un ser humano es la adoración. Todos, incluso las personas más irreligiosas, adoran. Como seres humanos, la adoración es primero nuestra identidad antes que sea siquiera nuestra actividad.

Fuimos diseñados, constituidos, creados por Dios, para ser adoradores. En realidad, puedes argumentar que lo único que divide a los seres humanos es a qué, o a quién, adoramos: adoración en el sentido de que siempre hay algo que reclama nuestro corazón, que nos motiva y que nos dirige. Siempre estamos viviendo para algo. Como el gran teólogo, Bob Dylan, dijo una vez: «You gotta serve somebody [tienes que servir a alguien]». Muy muy cierto.

Para el cristiano, la vida está moldeada por la adoración a Dios. Así que es importante preguntar: «¿cómo se ve la adoración a Dios?». Y es por eso que el Salmo 101 está en la Biblia; trata de la verdadera adoración a Dios. Permíteme leer:

La misericordia y la justicia cantaré;
A ti, oh Señor, cantaré alabanzas.

Prestaré atención al camino de integridad.
¿Cuándo vendrás, Señor, a mí?
En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa.

No pondré cosa indigna delante de mis ojos;
Aborrezco la obra de los que se desvían;
No se aferrará a mí.

El corazón perverso se alejará de mí;
No conoceré maldad.

Lo que el Salmo 101 hace es darnos dos aspectos significativos de la adoración a Dios. Primero, hay una adoración vertical, capturada por estas palabras: «la misericordia y la justicia cantaré; a ti, oh Señor, cantaré alabanzas». Eso es lo que normalmente pensamos de la adoración. Es la sintonización formal y consciente de nuestros corazones hacia Dios en asombro, adoración y alabanza. Y es algo que debemos hacer, no sólo una vez a la semana cuando nos reunimos para adorar, sino que es algo que debemos hacer todos los días: adoración vertical, intencional y consciente a Dios.

No obstante, la adoración no es sólo eso, y de esta manera este salmo es muy útil. Existe una segunda forma vital de adoración: no sólo adoración vertical, sino que adoración horizontal. ¿Qué quiero decir con eso? Aquí es donde, como un acto de adoración, rendimos todo en nuestras vidas, y todo lo que hacemos y decimos, a nuestro Señor. Aquí buscamos vivir de una manera que le agrada.

Fíjate en estas palabras: «Prestaré atención al camino de integridad. ¿Cuándo vendrás, Señor, a mí? En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa. No pondré cosa indigna delante de mis ojos».

Por lo tanto, tienes este cambio consciente en tu corazón para alabar y adorar a Dios, y este compromiso de adorarlo en tu vida, con todo lo que haces y dices, y en todas tus relaciones.

Ahora bien, esto es lo más convincente de este salmo: es bastante posible adorar a Dios el domingo, pero entre domingos tener una vida formada por la adoración a algo más. Y para esto, necesitamos clamar por la gracia de Jesús.

Que nuestra adoración no sólo sea esa adoración formal y vertical, sino que reorganice, reforme, restaure todo en nuestras vidas para que todo lo que hagamos, todo lo que digamos, todo lo que decidamos y toda acción sea un himno de adoración a nuestro Señor.

Y para eso, necesitamos la gracia rescatadora y transformadora de Jesús.


Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo

  1. Haz una pausa y echa un vistazo honesto a tu vida: tu agenda diaria; alrededor de qué está estructurado tu calendario; en qué gastas tu tiempo y dinero, con quien decides pasar tu tiempo regularmente, etc. Después de este examen estrecho, ¿a quién o a qué dirías tú que adoras? ¿Qué revelan los detalles de tu vida sobre tus hábitos de adoración? ¿Dirías que esta «auditoría de la vida» ha revelado áreas que necesitas cambiar, modificar o incluso alterar radicalmente? ¿Cómo puedes ser más intencional en apuntar tu adoración a Dios en lugar de a otras cosas en tu vida?
  2. ¿Cómo se ve tu adoración personal? ¿Cómo dirías que es la adoración a Dios de tu familia? ¿De qué manera está estructurada la adoración dominical de tu iglesia para magnificar quién es Dios y cómo tu corazón puede responder personalmente a eso cada semana? ¿Qué cambios personales puedes hacer a fin de adorar con más frecuencia y sinceridad a Dios?
  3. ¿Qué variables horizontales en tu vida brindan oportunidades para que tú adores al Señor? ¿Qué partes de tu vida estás rindiendo proactivamente a Él? ¿Cómo estás buscando vivir y agradarlo con tu agenda diaria? ¿En qué áreas de tu vida te estás quedando corto de forma habitual cuando se trata de adorar a Dios? ¿Qué cambios intencionales puedes corregir ahora que comenzará el proceso de adoración a Dios como un acto intencional de rendición?
  4. Toma un momento ahora y admite que hay áreas en tu vida donde no das el ancho y necesitas volver a Dios. Admite que necesitas que Él te ayude para cambiar. Dios es adorado cuando admites tu necesidad de Él para ayudarte, así que comienza tu acto de adoración al ir a Él y al pedirle que obre poderosamente en tu vida. Luego agradécele por todo lo que ha hecho por ti y dale gracias por todo lo que hará en tu vida.

Preguntas para conversar con niños

Para niños pequeños:

  • ¿Qué crees que significa adorar a algo o alguien? ¿Por qué crees que Dios nos pide adorarlo sólo a Él? ¿Por qué es importante adorar a Dios? ¿Por qué es tan peligroso adorar a cualquiera o a cualquier cosa que no sea Dios?
  • ¿De qué manera las cosas que hacemos aquí son un acto de adoración? ¿Cómo podemos ser más intencionados en la adoración a Dios por medio de las cosas que decimos y hacemos hoy?

Para niños más grandes:

  • ¿En qué dirías tú que piensas más a menudo? ¿De qué hablas con más frecuencia? ¿Qué cosas te obsesionan? ¿Cómo todo eso podrían ser actos de «adoración»?
  • Cuando piensas en la palabra «adoración», ¿qué se te viene a la mente? ¿Por qué crees que la adoración ya es parte de tu vida y rutina diaria, y cómo podemos direccionar intencionalmente esa adoración a Dios en lugar de a otras personas y a otras cosas? ¿Podemos rendirnos cuentas mutuamente para dirigir nuestra adoración a Dios en lugar de a otros lugares?
Publicado originalmente en Paul Tripp Ministries.
Photo of Paul David Tripp
Paul David Tripp
Photo of Paul David Tripp

Paul David Tripp

El Dr. Paul David Tripp es pastor, conferencista internacional y autor de libros éxito de ventas y ganadores de premios. Es el director de Paul Tripp Ministries. Con más de 30 libros y series en video, la pasión que mueve a Paul es conectar el poder transformador de Jesucristo a la vida cotidiana.  
Otras entradas de Paul David Tripp
Querido pastor, valora el carácter por sobre el desempeño
 
047. Salmo 121: ¿necesitas ayuda?
 
046. Salmo 119: celebremos la Palabra de Dios
 
045. Salmo 112: la bendición de temer al Señor