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029. Salmo 66: cuenta tus bendiciones

El Evangelio, un salmo a la vez

Transcripción

A medida que el salmista recuenta su vida, él lo hace a través de los lentes de la presencia, del poder, de la gracia y de la ayuda de Dios.

Me encanta el Salmo 66 porque aborda algo en lo que creo que la mayoría de nosotros no somos muy buenos. Titularía el Salmo 66: «Cuenta tus bendiciones». Mientras presento el Salmo 66, quiero volver a un tema que discutimos cuando vimos el Salmo 42, y es esto: que tú y yo nos hablamos a nosotros mismos todo el tiempo. Nos hablamos a nosotros mismos incluso cuando no somos conscientes de ello. Cuando estás haciendo todas esas tareas sin pensar que haces todos los días (que puedes hacer sin pensar nada más), aún estás pensando, estás teniendo una conversación interna.

Y tu conversación interna es profundamente importante. Tu conversación interna es profundamente teológica y, porque lo es, da forma a tu sentido de identidad, da forma a tu significado y propósito, da forma a tu sentido interno de bienestar y da forma a la manera en que vives tu vida.

Ahora, nos acercamos más al Salmo 66. Tristemente, para muchos de nosotros, nuestra conversación interna está más marcada por quejas y lamentos. Siempre podemos encontrar cosas por las cuales quejarnos. Y entonces, nos repetimos a nosotros mismos cuán malas son las cosas, cuán mejores pueden ser las cosas, y eso tiene un enorme efecto en nosotros espiritualmente, tiene un enorme efecto en nuestro gozo, tiene un enorme efecto en nuestra desconfianza de Dios y su bondad.

Por eso, el Salmo 66 nos aconseja a ser mejores en contar nuestras bendiciones de lo que somos enumerando nuestras quejas.

Aclamen con júbilo a Dios, habitantes de toda la tierra;
Canten la gloria de su nombre;
Hagan gloriosa su alabanza.
Digan a Dios: «¡Cuán portentosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder, tus enemigos fingirán que te obedecen.
Toda la tierra te adorará,
Y cantará alabanzas a ti,
Cantará alabanzas a tu nombre».

Vengan y vean las obras de Dios,
Admirable en sus hechos a favor de los hijos de los hombres.
Convirtió el mar en tierra seca;
Cruzaron el río a pie;
Regocijémonos allí en Él.
Él domina con su poder para siempre;
Sus ojos velan sobre las naciones;
No se enaltezcan los rebeldes.

Bendigan, oh pueblos, a nuestro Dios,
Y hagan oír la voz de su alabanza.
Él es quien nos guarda con vida,
Y no permite que nuestros pies resbalen.
Porque Tú nos has probado, oh Dios;
Nos has refinado como se refina la plata.
Nos metiste en la red;
Carga pesada pusiste sobre nuestros lomos.
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Pero Tú nos sacaste a un lugar de abundancia.

Entraré en tu casa con holocaustos;
A ti cumpliré mis votos,
Los que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca cuando yo estaba en angustia.
Te ofreceré holocaustos de animales engordados,
Con el humo de la ofrenda de carneros;
Haré una ofrenda de toros y machos cabríos.

Vengan y oigan, todos los que temen a Dios,
Y contaré lo que Él ha hecho por mi alma.

Amo esto: «quiero hablarte (este es el salmo) de todas las cosas buenas que Dios ha hecho por mí».

Decide contar tus bendiciones; busca la presencia de Dios, la gracia de Dios, la bendición de Dios, la ayuda de Dios, la provisión de Dios, la protección de Dios en tu vida. Eso es exactamente lo que hace este salmo. A medida que el salmista recuenta su vida, él lo hace a través de los lentes de la presencia, del poder, de la gracia y de la ayuda de Dios.

Agradece incluso por su disciplina. La Biblia dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina». Esas dificultades en sus manos son herramientas de gracia. Conversa con otros sobre la manera en que Dios te ha bendecido. Maravíllate de que Él escucha tus oraciones. Maravíllate de que Él nunca te rechaza. Hoy, qué tal si hacemos el compromiso de ser mucho mejores contando nuestras bendiciones de lo que somos enumerando nuestras quejas.

Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo

  1. ¿Por qué crees que es mucho más fácil quejarte de tu vida en lugar de contar tus bendiciones? Si tuvieras que hacer un inventario sobre tu vida de pensamientos y categorizar las conversaciones interiores que tienes contigo mismo, ¿cuántas etiquetarías como un diálogo contigo mismo positivo y dador de vida? ¿Cuánto de lo que dices honra a Dios o acusa a Dios?
  2. ¿Cómo puedes redirigir intencionalmente tu diálogo interior de quejarte hacia contar tus bendiciones, buscando la presencia, la gracia, la ayuda, la provisión y la protección de Dios? ¿Por qué es tan importante enfocarse en el carácter de Dios a medida que piensas en su control sobre tu vida?
  3. Es en esos momentos cuando no te sientes bendecido, que contar tus bendiciones es tan importante. Toma un poco de tiempo ahora mismo para hacer una lista de las bendiciones que Dios te ha dado. Piensa intencionalmente en las personas, circunstancias y experiencias con las que has sido bendecido y luego agradece a Dios por cómo te ha otorgado esas cosas buenas. Considera incluso su disciplina en tu vida como una bendición (¡porque lo es!) y agradécele por sus herramientas de gracia en tu vida. Ahora toma un tiempo y comparte tu lista con tu cónyuge, hijo, familia o amigo cercano, y alégrense juntos por las maneras en que Dios los ha bendecido.

Preguntas para conversar con niños

Para niños pequeños:

  • ¿Podrías decir que estás feliz por tu vida o estás más molesto por las cosas que no salen de la manera que quieres que vayan? ¿Por qué crees que es importante para ti y para mí enfocarnos más en aquello por lo que estamos agradecidos en lugar de en las cosas por las cuales quejarse?
  • ¿Cómo te sientes cuando te quejas sobre las cosas? ¿Cómo te sientes cuando estás agradecido sobre las cosas? ¿Cómo crees que otras personas a tu alrededor se sienten cuando te quejas o cuando eres agradecido?
  • Hagamos una lista de todas las cosas por las que estás agradecido en tu vida y luego compártelas mutuamente. Luego, oremos y agradezcamos por todas las maneras en las que nos ha bendecido.

Para niños más grandes:

  • ¿Es más fácil quejarse verbalmente sobre tu vida o estar contentos por ella? En la privacidad de tu propia mente, ¿dirías que tiendes más a la queja o a ser agradecido sobre la manera en que va tu vida?
  • ¿Cómo te sientes normalmente cuando tienes un espíritu quejumbroso? ¿Cómo te sientes normalmente cuando tienes un corazón agradecido? ¿Cómo crees que se sienten tus amigos y otras personas a tu alrededor cuando quedas atrapado en un espíritu quejumbroso? ¿Un espíritu agradecido?
  • ¿Qué podemos hacer juntos, tú y yo, para enfocarnos más en las cosas por las que estamos agradecidos en la vida? ¿Tal vez podrías compartir una lista con puntos por lo que estás agradecido? Ora ahora mismo y agradécele a Dios por cualquier cosa y por todo lo que puedes pensar en tu vida.
Publicado originalmente en Paul Tripp Ministries.
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Paul David Tripp
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Paul David Tripp

El Dr. Paul David Tripp es pastor, conferencista internacional y autor de libros éxito de ventas y ganadores de premios. Es el director de Paul Tripp Ministries. Con más de 30 libros y series en video, la pasión que mueve a Paul es conectar el poder transformador de Jesucristo a la vida cotidiana.  
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