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Stephen Altrogge es esposo, papá y escritor. Su más reciente libro se titula, Untamable God: Encountering the One Who Is Bigger, Better, and More Dangerous Than You Could Possibly Imagine [Dios indomable: encontrando a aquel que es mejor, más grande y más peligroso de lo que jamás pudiste imaginar]. También escribe regularmente para The Blazing Center.

Los amigos están en la oscuridad

Los amigos están en la oscuridad
Si hubiera una «cura» definitiva para la depresión clínica, vaciaría mi cuenta bancaria para ponerla en mis manos. Sin embargo, después de más de veinte años de lucha personal con el dúo demoníaco de la depresión y la ansiedad, sé que tal cura no existe.
Esta realidad transforma en un desafío el cuidado y el servicio a aquellos que, como yo, a menudo se encuentran a sí mismos tropezando a ciegas en valles de oscuridad. Si uno de tus amigos está luchando con la depresión, tú quieres arreglarlo por ellos. Quieres quitarle el dolor y disipar las sombras de penumbra. Quieres tomar sus manos y llevarlos de vuelta a la tierra de los vivientes. Sin embargo, puedo decir por experiencia que las cosas simplemente no funcionan así. No puedes decirle a una persona que se quite la depresión al igual que no puedes decirle a alguien que se quite la migraña.
Esto levanta una pregunta particularmente importante y desafiante: ¿cómo puedes cuidar eficazmente de tus hermanos creyentes que están sufriendo depresión? A continuación, quisiera compartirte tres lecciones que yo he encontrado especialmente útiles.