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Patrick Traylor es anciano en Capitol Hill Baptist Church en Washington, D. C., donde trabaja como abogado.

¿Cuánto se le debe pagar a un pastor?

¿Cuánto se le debe pagar a un pastor?
Época de presupuesto. La frase infunde temor en los corazones de muchos pastores. Se viene a la mente la imagen de ejecutivos canosos, miembros de comité de finanzas con antiguas motivaciones personales e interminables reuniones de negocios en las que se debaten los méritos relativos de las bombillas incandescentes frente a las fluorescentes compactas.
No debería ser así.
Este artículo ofrece una breve perspectiva acerca de las decisiones de remuneración pastoral basadas en mis tres años de servicio como diácono de presupuesto en Capitol Hill Baptist Church de Washington DC. Primero, comentaré cómo las iglesias sanas tienden a generar decisiones sanas sobre remuneración pastoral. Segundo, voy a mencionar dos principios bíblicos que son importantes para determinar cuánto deberían pagar las iglesias a sus pastores. Mi oración es que estas perspectivas sean de ayuda para las iglesias locales a medida que llevan a cabo un proceso de revisión anual de remuneraciones.
Las iglesias sanas están mejor preparadas para tomar decisiones sabias
En general, se necesita una iglesia local sana para producir una decisión de remuneración pastoral que glorifique a Dios, que sea alentadora y amable. En particular, la comprensión bíblica de la membresía y el liderazgo de la iglesia local es esencial para tomar decisiones de remuneración saludables. Las recomendaciones y decisiones sabias de remuneración son hechas por:- congregaciones que reconocen que respetar y honrar a sus pastores redunda para su propio beneficio, y que una sana enseñanza es vivificante y preciosa (p. ej., Heb 13:17; 2Ti 3:16-4:5).
- una pluralidad de ancianos (remunerados y no remunerados) que reconoce que darán cuenta de cómo pastorean un rebaño comprado con la propia sangre de Cristo (cf. Hch 14:23; 16:4; 20:17 y 21:18; Tit 1:5; Stg 5:14).
- diáconos que entienden y comunican las necesidades de la congregación y que actúan como amortiguadores cada vez que surjan amenazas a la unidad (cf. Hch 6:1-7; 1Ti 3:8-13).
Dos principios que debemos tener en cuenta a la hora de pagar a los pastores
La Escritura instruye a la iglesia a animar a sus pastores a través de una remuneración justa. La Escritura también advierte a la iglesia sobre el pastor que sirve principalmente por dinero. Muchas iglesias estadounidenses remuneran mal a sus pastores. Muchas familias han tenido que pasar a través de años de dificultades financieras, no porque el Señor quiera que sus ministros sufran dolor financiero, sino porque las iglesias no saben cómo ser generosas. Los responsables de la remuneración pastoral deben entender que la perspectiva que dice que hay «mantener pobre al pastor para mantenerlo humilde» simplemente no es bíblica y daña a la iglesia. Al mismo tiempo, un pastor puede sucumbir a la codicia tan rápido como cualquier otra persona. No es difícil abrir el periódico y encontrar ejemplos de pastores codiciosos e iglesias sin escrúpulos. La Escritura habla de la carnalidad y de la impiedad de ambos excesos, y guía a la iglesia por un camino intermedio que alienta a los pastores sin tentarlos a la avaricia.Ánimo
En 1 Timoteo 5, Pablo instruye a la iglesia sobre el cuidado de un determinado grupo de cristianos. En los versículos 17-18, afirma: «Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza». Y luego cita Deuteronomio 25:4: «No pondrás bozal al buey mientras trilla», y aparentemente el dicho de Jesús registrado en Lucas 10:7: «[...] el obrero es digno de su salario». Además, Gálatas 6 instruye: «Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le enseña» (Ga 6:6). No proporcionar un salario justo a nuestros pastores socava su capacidad de cuidar a sus familias (cf. 1Ti 5:8), y el Señor escuchará su clamor (Stg 5:4). Una congregación es imprudente cuando cree que un pastor debe estar dispuesto a trabajar, y su familia a vivir, con un salario de pobreza por el Reino de Dios. Por el contrario, una iglesia local debe animar a sus pastores no sólo sometiéndose a su liderazgo bíblico (Heb 13:17), sino dándoles una remuneración apropiada por el cuidado que tienen de las almas de la iglesia. Consideren lo siguiente:- Vivienda: en asuntos de vivienda, animen a sus pastores que viven en la casa pastoral ofreciéndoles una compensación adicional relacionada con la jubilación para compensar la falta de patrimonio en una casa. Si la iglesia no tiene casa pastoral, se debe pagar adecuadamente a un pastor para que viva en el vecindario de la iglesia. Esto permite el ministerio de la hospitalidad de su familia, un ministerio que se requiere para todos los ancianos (1Ti 3:2).
- Educación: en materia de educación, animen a los pastores que son padres de niños en edad escolar proporcionando asignaciones educativas adicionales si las escuelas públicas, particularmente en las zonas urbanas, no son adecuadas para el desarrollo moral e intelectual de sus hijos.
- Aumentos: en asuntos de productividad, recompensen a los pastores que han trabajado bien en la viña del Señor asegurándose de proporcionar aumentos por el costo de vida e incluso aumentos relacionados por el desempeño. El ministerio del trabajo publica estadísticas detalladas sobre el costo de vida; estos deben ser consultados anualmente para asegurar que los salarios pastorales no se vean erosionados por la inflación.
- Proporcionalidad: asegúrense de que los diferentes salarios del personal pastoral estén razonablemente relacionados con la experiencia y las responsabilidades laborales. Los pastores con experiencia similar y responsabilidades laborales deben ser remunerados de manera similar.
- Discipulado: proporcionen a los pastores un presupuesto para libros y comidas. Los libros son grandes herramientas para el evangelismo y el discipulado. Y, en los entornos urbanos modernos, gran parte del discipulado y evangelismo ocurre durante las comidas. La hora del almuerzo puede ser el momento más productivo del día para su pastor, ya que discipula a las personas en la congregación y construye relaciones con los no cristianos.
- Crecimiento profesional: provean un presupuesto de crecimiento profesional para que los pastores lo utilicen tanto para conferencias como para construir sus propias bibliotecas. Los pastores que reciben compañerismo ocasional con otros pastores y que continúan creciendo en el conocimiento de la Biblia son pastores felices y efectivos. Equípalos para que ellos los equipen a ustedes.