Marty Sweeney comenzó Matthias Media USA en el 2006. Él sigue supervisando Matthias Media Ministries (una organización sin fines de lucro) que ahora se ha extendido a América del Norte y otros lugares. También sirve como pastor de ministerios para adultos en Old North Church. Estudió finanzas en la universidad y teología en el seminario. En la actualidad, él y su esposa, Abigail, viven al noroeste de Ohio con sus cuatro hijos y su poodle mediano, Theo.


¿Qué más puedo hacer con mi montón de libros?
- ¿Vale la pena quedarme con el libro para volver a leerlo?[1]
- Si es así, ¿con quién podría leerlo? ¿Por qué?
- ¿Cómo puedo hacer que alguien lea este libro conmigo? ¿Qué diría para persuadir a esa persona? ¿Cómo funcionaría (ej. reuniéndonos dos veces al mes para tomar un café)?
- Mientras leo este libro con alguien más, ¿cómo debería hablar sobre los puntos clave? ¿Qué necesita escuchar realmente esa persona?
- Una vez que mi amigo haya leído el libro, ¿qué podría hacer para animarlo o animarla a leerlo con otra persona?
- No tengo que estar de acuerdo con cada punto que se expone en el libro. De hecho, los desacuerdos sobre algunos puntos secundarios a menudo forman la base para grandes discusiones con otras personas.
- El libro no necesita adecuarse a nadie. Acabo de terminar un libro sobre santificación que encontré tremendamente útil, pero sí sé que para algunas personas, ciertamente no sería tan beneficioso.
- Estoy intentando leer regularmente un libro evangelístico. Esto me ayuda a considerar detenidamente en formas para enganchar con no cristianos. Además, en este momento, me golpea pensar con detención con quién podría leer un libro evangelístico.
Cuando piensas en tu montón de libros leídos, te animo a pensar hacia afuera. En otras palabras, no consideres solo qué libros consumir. Considera tus lecturas de libros cristianos fieles como un tiempo en el que estás pensando y leyendo en el lugar de alguien más. Es muy probable que esa persona no tenga a nadie más pensando en él o en ella de esa manera.
Espero que veas el poder de este cambio de mentalidad en cuanto a tu montón de libros leídos. Sirve como una buena forma de usar tus recursos (sin duda respecto al dinero y al tiempo que inviertes en el libro). Sin embargo, más importante aún, en términos de tu preciado tiempo como un discípulo que hace discípulos. Lee como un discípulo (aprendiz) y como un hacedor de discípulos al mismo tiempo. ¿Quién no necesita ese tipo de eficiencia en la vida?