Sé un digno ejemplo de las más jóvenes
El otro día estaba escuchando una conversación entre mi hermana menor y mi hermano menor. Mientras escuchaba (inocentemente) esta conversación, oí a mi hermana repetir algo que yo había dicho algunas horas antes.
No tenía idea de que ella estaba en el cuarto cuando lo dije, pero al parecer estaba y ahora acababa de repetir mis palabras. ¡Con el mismo tono de voz y todo!Esto me dejó pensando.
Simplemente muestra con qué facilidad los más jóvenes captan cosas positivas y negativas que para los adultos son pequeñas e insignificantes.
Empecé a recordar lo que, siendo más niña, había aprendido de mis mayores. Honestamente, aprendí mucho. Cosas buenas y cosas malas. En Mateo 18:6, Jesús dijo que «…al que haga pecar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar».Jesús hablaba en serio cuando se trataba del daño sufrido por sus pequeños.
Él habla en serio cuando sufres daño y eres apartado tanto de él como de su Palabra. Debemos ser ejemplo de los niños/adolescentes/pares que nos rodean. Debemos tomar el ejemplo de Cristo y su novia con extrema seriedad.
¿Qué crees que se está enseñando a nuestra generación actual? Piensa en las escuelas, en los medios, o en la cultura. ¿Qué alimento estás recibiendo a diario? Pues bien, los niños pequeños que te rodean son mucho más susceptibles a las influencias del mundo porque son menores y más vulnerables. Lo último que necesitan es admirar a otra persona de mentalidad mundana.Deberíamos asumir nuestra responsabilidad como ejemplos de la generación más joven con entusiasmo e intención.
Eres una luz que brilla en la oscuridad; una ciudad sobre un monte. Eres alguien que construye una generación; alguien que influencia la cultura. No dejes que nuestra cultura y nuestra sociedad te influencien o definan. Desafía a aquellos de tus pares que quieren hacerte fracasar y convertirte en parte de ellos. Haz frente a la multitud. Elige ser la influencia.
En vez de aceptar las prácticas del siglo XXI como la «norma» y aceptar las maneras en que el mundo actúa, tú puedes influir sobre la muchedumbre.
Tú puedes.
Puedes empezar en tu hogar, en tu iglesia, con tus amigos, y llegar incluso más lejos. La niñita de 13 años que asiste a tu iglesia tendrá 18 dentro de poco. ¿Cómo será ella entonces? ¿Qué influencia habrás tenido en su vida? Cuando tenemos en cuenta la vida y el futuro de los más jóvenes, esto nos ayuda a reevaluar nuestras acciones y conductas actuales considerando la influencia que tenemos en sus vidas.¿Cómo contribuirás a influir sobre los más jóvenes?
¿Harás morir tu yo como Jesús lo hizo? ¿Tomarás en serio tu puesto de modelo que refleja a Cristo y te esforzarás por dirigir la mirada de otros a Él? ¿O ignorarás el llamado y seguirás la corriente de tus pares?
Romanos 12:1-2 dice: «Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto». Cuando nos negamos a adaptarnos al mundo, nos adaptamos a la imagen de Cristo, y en consecuencia, nos convertimos en un ejemplo viviente para los demás.A continuación encontrarás 3 formas de combatir las costumbres del mundo y convertirte en un ejemplo para quienes te rodean, especialmente aquellos que son más jóvenes.
1. Vive bajo tu nueva identidad.
Cuando recibiste a Cristo en tu corazón, se te dio una nueva identidad. Fuiste cubierta por la sangre de Jesús y comprada con su amor por ti. Eres muy apreciada y amada. Cuando asumes que tu identidad es esta, te sientes segura de tu llamado y ya no necesitas la aceptación ni la aprobación de la gente para sentirte bien en cuanto a ti misma.
Estando segura de tu identidad, podrás decidir dejar de adaptarte al mundo. Al hacerlo, tu vida será un ejemplo que brille delante de todos los que te vean.2. Sé una estudiante de la Palabra.
Conviértete en estudiante de la Biblia. Trata de leer al menos uno o más capítulos de tu Biblia cada día. Subraya los versos que te parezcan sobresalientes y escríbelos. Profundiza en la Palabra y escucha la voz de Dios. Hazlo cada día.
Que el diablo no te sorprenda con la guardia baja. Es importante que tengas tu espada a la mano, y conocer la Palabra de Dios es la mejor forma de permanecer andando en el Espíritu diariamente. Esto no sólo mantendrá tus ojos abiertos para reconocer las tentaciones diabólicas del mundo sino que te inspirará a alentar y a bendecir a otros como el Señor.3. Pon atención a los demás.
Cuando estés en un lugar público como la iglesia, la escuela, o el trabajo, procura mantener tus ojos y tu corazón abiertos. Trata de ver cómo están los demás. Muéstrate disponible para ellos siendo amable, sociable y conversadora. Si ves a alguien que podría necesitar una palabra de aliento, acércate y sé de bendición.
No dediques toda tu atención a ti misma y a tus amistades. Mantente presente para los demás tal como lo hizo Jesús. Además, no olvides hacer lo mismo en casa con tu familia. Ellos son los más importantes cuando se trata de dar el ejemplo.Gracias por tomarte el tiempo de leer esto.
Espero que tomes algo de tiempo para evaluar seriamente la clase de modelo que eres hoy para las chicas más jóvenes que te rodean.
- Piensa en tus acciones. ¿Alientan a las chicas más jóvenes a buscar la piedad en sus acciones, su lenguaje, su forma de vestirse y sus actividades?
- ¿Podrías sentirte orgullosa si una chica más joven copiara algunas de las cosas que haces?
- ¿Qué cosas puedes hacer para animar a las chicas más jóvenes a encarnar la definición que DIOS da de una chica?