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RESEÑA: POR AMOR A DIOS (VOL. II)
RESEÑA: POR AMOR A DIOS (VOL. II)
Recién publicado, podemos «subirnos» al segundo volumen de Carson el día que veamos la oportunidad y estar un año entero probando, viviendo, orando la Palabra de Dios intensamente.
¿Por qué meditar diariamente en la Palabra? ¿A qué nivel debe estar nuestra reflexión bíblica en el plano devocional? ¿Por qué leer la Biblia sistemáticamente durante nuestro tiempo a solas con el Señor? Además de dejarnos una de las mejores y más sugerentes propuestas de meditación bíblica, Donald Carson respondió magistralmente a preguntas como estas en el primer volumen. Ahora con el segundo, su insistencia pone de manifiesto precisamente la pasión por la Palabra que comparte con alguien tan alejado en el tiempo como gemelo en la búsqueda de la verdad revelada, R. Murray MacCheyne (1813-1843), cuyo plan de lectura de la Biblia en un año sirve de columna vertebral de esta obra. Después de 365 días habremos pasado por Salmos y el Nuevo Testamento dos veces y una por el Antiguo. Pero si queremos tomarnos algo más de tiempo, también nos podremos acoger al modo bianual. Como Carson entendió que debía haber sitio para todos, propuso este segundo volumen, en el que completa sus reflexiones y provoca al lector a buscar el argumento, la trama, cada conexión y matiz entre los textos. Como asegura el autor: «El constante aporte sensorial que llega por todas partes, es suavemente adictivo: nos acostumbramos al entretenimiento y la diversión y resulta difícil encontrar el espacio y el silencio necesarios para una lectura seria y concienzuda de las Escrituras. El analfabetismo bíblico, en aumento en la cultura occidental, es un problema aun más serio: la Biblia es un libro cada vez más complejo, hasta para muchos cristianos. Esta misma razón constituye la urgencia por leerla y releerla para que, al menos, los cristianos confesos conserven el patrimonio y la perspectiva de una mente moldeada e instruida por la santa Escritura». Un título pertinente como pocos en estos tiempos de sequedad en la exposición bíblica, incluso desde muchos púlpitos.