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John Le es ingeniero civil graduado de la Universidad de New South Wales. Actualmente, asiste a la Iglesia presbiteriana Gracepoint en Lidcombe. Le encanta el pollo frito y pasa gran parte de su tiempo leyendo. Ama escribir sobre cristianismo y cultura, puedes revisar más de sus escritos en allelouscg.com.

Cómo escuchar bien los sermones en línea

Cómo escuchar bien los sermones en línea
La mayoría de los cristianos consideran que el sermón del domingo es lo central de sus dietas espirituales. Es una comida nutritiva que la familia de creyentes comparte a medida que abren juntos sus Biblias en el pasaje semanal y la reciben por medio de la predicación de la Palabra de Dios. Es una tremenda bendición recibir juntos la predicación para el sustento de nuestras almas.
Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia, ha sido difícil para mí masticar esta comida semanal. A medida que las regulaciones de distanciamiento social se fueron implementando, las estructuras para rendirnos cuentas fueron interrumpidas. ¿Quién está ahí para darme un golpecito si me duermo o quién me preguntará qué encontré animante del sermón? Dado que el servicio de la iglesia cambió para ser digital, los miembros pueden decidir cuándo conectarse o desconectarse de la transmisión en vivo según su propia conveniencia, a menudo afectados por la fatiga debido a la pantalla de otros días.
¿Esto describe tu experiencia con la iglesia en línea? El consumismo, el síndrome visual del ordenador y las distracciones conflictivas en casa provocan que escuchar los sermones en línea sea un esfuerzo desafiante. ¿Qué debemos hacer para ser mejores oidores de la Palabra de Dios predicada y ser nutridos espiritualmente a pesar de estar de manera digital?
1. Prepárense para la comida
Si el alimento espiritual es importante para nosotros (y sin dudas debe serlo), debemos prepararnos para el banquete semanal. A fin de que tengamos un apetito abierto para la predicación de la Palabra, con antelación podemos:- tener una buena noche de descanso;
- ponernos al día con el sermón de la semana anterior;
- comer para que así el hambre no nos distraiga;
- leer el pasaje de la Biblia con anticipación;
- orar, agradeciendo a Dios por la preparación fiel de nuestros pastores y pedirle a Dios que nos dé atención y un corazón sensible.
2. Respeten la comida
Independientemente de si estamos escuchando el sermón en línea o de manera física en el edificio de una iglesia, debemos recordar que a lo largo del sermón, Dios nos está hablando. Necesitamos respetar la comida que Dios nos ha provisto y reconocer que sus siervos (nuestros pastores) han trabajado enérgicamente para prepararla. A continuación, les comparto algunas maneras en que podemos darle nuestra completa atención a la predicación de la Palabra:- Si usan múltiples pantallas, escondan o cierren todas las ventanas.
- Guarden los otros dispositivos.
- Eviten la distracción sensorial por estar picoteando algo.
- Resistan combinar la iglesia con las tareas de la casa. Quizás sean buenos haciendo multitareas, pero escuchar bien requiere completa concentración.
- Mantengan sus Biblias abiertas y encuentren en el texto lo que su pastor está hablando.
- Tomen notas y escriban las preguntas que tengan sobre el pasaje y el sermón, para que así más adelante puedan procesar sus pensamientos y sus reflexiones.
3. Busquen reunirse con otros para la comida
Aunque las plataformas digitales han traído un sentido de continuidad a nuestra semana, comer nuestras comidas espirituales en soledad no es ideal. Histórica y teológicamente, la recepción de la predicación de la Palabra de Dios se ha hecho y siempre debe hacerse dentro de una reunión expresada por creyentes juntos. Por tanto, si es posible, reúnanse para tener comunión durante la comida, usando medios creativos si es necesario.- Organícense para juntarse físicamente en sus casas para escuchar el sermón juntos.
- Si están confinados en sus hogares, reúnanse con quienes viven.
- Si las reuniones físicas son imposibles, organicen un grupo de creyentes en línea (por Zoom, Facebook, Google Meet, etc.).
4. Sean agradecidos por la comida
Una de las principales razones por las que debemos persistir en reunirnos con otros hermanos y hermanas cristianos es que no solo escuchamos el sermón juntos, sino que respondemos juntos. En muchas ocasiones, fui llevado a una reflexión y gratitud más profunda (por quién es Dios y por lo que ha hecho) solo cuando un hermano me preguntó cómo encontré el sermón. No obstante, ya sea que se conecten al sermón solos o con un grupo de creyentes, todos debemos esforzarnos para cultivar una actitud de gratitud por la comida que recibimos cada domingo.- Agradezcan a sus pastores por el esfuerzo puesto en el sermón. ¡Les da gozo extra para cuando escriban el próximo sermón!
- Pregúntense (y a otros a su alrededor) por qué cosas pueden dar gracias a Dios en respuesta al sermón. Esto no debe ser una actividad difícil; siempre hay algo por lo cual estar agradecido.
- Incluso si la comida fue mal preparada (según nuestra percepción), rescaten lo que puedan y reconozcan las buenas partes. Desafíense a preguntarse «¿qué fue bueno del sermón?».
Reproducido de GoThereFor, publicado por Matthias Media. Propiedad literaria. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.

Haz que tus dones espirituales cuenten para la gloria de Dios

Haz que tus dones espirituales cuenten para la gloria de Dios
Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén (1 Pedro 4:10-11).Hacer resoluciones en el Año Nuevo siempre ha sido una tradición festiva en Occidente, pero tristemente también ha sido costumbre ver que estas resoluciones se rompen tan rápido como se proponen. La motivación para lograr estas metas a menudo decae incluso dentro de la primera semana y muy pronto regresamos a nuestros viejos hábitos. Sospecho que muchos de nosotros somos bastante pesimistas cuando se trata de establecer objetivos personales para el año. Sin embargo, si cualquiera pudiera tener una razón para hacer resoluciones, esos somos nosotros, porque Dios les ha dado a los cristianos su Espíritu para producir una transformación espiritual auténtica en nuestras vidas. «Pero —podrías preguntarte— ¿qué tipo de resoluciones debo establecer?». ¿Cuándo fue la última vez que tomaste la resolución de servir a otros con los dones que Dios te ha dado? El apóstol Pedro animó a sus lectores a resolver vivir el resto de sus años, no para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios (1P 4:2). No obstante, aparecieron desafíos únicos para estos cristianos nacidos de nuevo: el mundo rápidamente juró estar contra ellos (1P 4:4). Pedro explica esto como una expresión visible del fin de los tiempos y también para que ellos puedan determinar estar sobrios para sus oraciones y continuar amándose unos a otros con un servicio y hospitalidad sinceros (1P 4:7-9). Otras de sus resoluciones fueron promover el uso apropiado de los dones que tenían, lo que nos lleva a nuestro pasaje. Podemos aprender cinco cosas aquí sobre la naturaleza de nuestros dones.