Dr. Ed Stetzer es el director ejecutivo del Centro para el Evangelismo Billy Graham y es un distinguido catedrático designado en el Centro Billy Graham para la iglesia, la misión y el evangelismo en Whaton College, ubicado en Wheaton, Illinois. Es autor y coautor de varios libros, entre los que se encuentra Subversive Kingdom: Living as Agents of Gospel Transformation [Reino subversivo: viviendo como agentes de transformación por el Evangelio].
Las bendiciones de los nuevos medios
Aunque estamos rodeados de formas populares y emergentes de medios sociales tales como Facebook, Twitter y los blogs, muchos pastores y líderes de iglesias han sido reticentes a adoptarlos. Estos nuevos tipos de medios se han convertido en un aspecto muy presente de nuestra cultura, y aunque generalmente se señalan los abusos y malos usos, quiero decir que, cuando son usados de las mejores maneras, son de bendición y ayuda para nuestras iglesias, pastores, y plantadores.
A mi parecer, los medios sociales ayudan a las iglesias y a los líderes cristianos en al menos cuatro formas:Los medios sociales alimentan la comunidad
No, Twitter no es una comunidad bíblica, y tampoco creo que exista lo que llaman «iglesia virtual». Los medios sociales en sí mismos no crean suficiente comunidad como para que vivamos de la forma en que Dios quiere, pero pueden ser parte de ella.
Quienes intentan encontrar una comunidad exclusivamente online se perderán la plenitud y autenticidad de las relaciones que Dios quiere que tengamos cara a cara. Congregarnos (He 10:25) requiere pies y rostros —no sólo electrones y avatares—. Por lo tanto, cuando un cristiano sólo quiere ser parte de una iglesia local viendo transmisiones de servicios de adoración y conversando en tableros de mensajes, está provocando un cortocircuito en la comunidad de los creyentes y su propio crecimiento espiritual. Sin embargo, no creo que la comunidad virtual y la real sean enemigas. Las veo más como amigas, siendo la primera una ayuda para la segunda. Desafortunadamente, para demasiados pastores más inclinados a la teología, la aversión que le tienen a los abusos de los medios sociales ha impedido que capten la oportunidad que proveen. Aunque los medios sociales no pueden sustituir las relaciones interpersonales de la vida real, pueden ayudar a construir una verdadera comunidad conectando y permitiendo a la gente compartir tanto las cosas grandes como las cosas pequeñas de la vida. Servicios web como Facebook permiten a personas que sólo se ven el domingo en la iglesia —o a mitad de semana en grupos más pequeños— seguir compartiendo aspectos de la vida que, de otro modo, no podrían. Esto permite que nuestros amigos observen esos aspectos de la vida que compartimos y respondan con aliento o exhortación.Los medios sociales alimentan la comunicación
Es posible que la era del boletín (o la guía de adoración) no haya pasado completamente al olvido, pero en estos días son pocos los que lo leen con atención para estar al corriente de los últimos eventos y noticias de la iglesia. Muchos prefieren, más bien, comunicarse a través de correos masivos, Twitter, y envío de textos. Estas formas de comunicación no son dejadas en las bancas ni olvidadas en las Biblias. Aparecen en nuestras bandejas de entrada o en nuestros teléfonos, y pueden ser fácilmente transmitidas.
Los medios sociales alimentan la inspiración
Yo entiendo que la mayoría de nosotros no quiera perder tiempo leyendo comentarios de Twitter o Facebook que sólo comparten aspectos mundanos de la vida. Sin embargo, muchos están eligiendo compartir citas de autores clásicos y modernos, o pensamientos que han recogido de la Escritura. Hace poco, cierto líder recopiló resúmenes del evangelio a través de Twitter. Muchas de esas respuestas de 140 caracteres fueron muy buenas. Por lo tanto, este medio puede servir como una forma de familiarizar a los participantes con teólogos, pastores, escritores, músicos, libros, conferencias, eventos, etc. Aunque servicios como Twitter no dan realmente lugar a conversaciones profundas, pueden al menos traer inspiración y algunas grandes influencias a nuestras vidas.