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Colin Noble es autor de Working for God [Trabajando para Dios]. Vive cerca Bushland, Sydney, Australia con su esposa y sus dos hijas. Sirve como capellán en una comunidad de 1700 personas. Publica en el blog Noble Thoughts.

Mejor que ocupado

Mejor que ocupado
El grito de nuestra época dice «ocupado».
¿Cómo estás? «Ocupado».
¿Cómo vas en el trabajo? «Ocupado».
¿Cómo están los niños? «Tienen vidas tan ocupadas. Me siento como un taxista».
¿Pudiste ir al centro comercial hoy? «No, estaba demasiado ocupado».
¿Puedes ayudarme? «Estoy ocupado en este momento».
El ritmo acelerado de la vida que empuja a Dios hacia los márgenes puede transformarse fácilmente en agotamiento. Muchos de nosotros estamos pidiendo a gritos formas de lidiar con el ajetreo antes de que llegue.
Sin embargo, las expectativas de estar al día con todo se intensifican continuamente, cortesía de Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram, Netflix y todo lo demás. Todos somos susceptibles a las expectativas de estar siempre disponibles, de estar conscientes de todo lo que está pasando y de ser capaces de lograr cualquier cosa. Como es de esperar, esta demanda de omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia nos presiona, cualquiera sea nuestro nivel de destreza con las redes sociales.
Agreguemos algunos ingredientes más: el sueño inadecuado, los malos hábitos alimenticios, la adicción a la cafeína, la urgencia de proyectar nuestra identidad preferida, un estilo de vida sedentario; y así tenemos la receta perfecta para nuestra continua ansiedad e inquietud.
Sin embargo, cada uno de nosotros es, si se quiere, el maestro de cocina en nuestra propia cocina. Podemos escoger volver a considerar los ingredientes que agregamos a la mezcla de la vida que nos hace sentir hinchados y estresados en lugar de alimentados y nutridos. El ajetreo y el bullicio 24/7 proviene de nosotros mismos, al menos en cierta medida. Así como existen personas que hacen dietas de desintoxicación, haríamos bien con prestarle atención a la desintoxicación digital y con reconsiderar cuánto tratamos agregar a nuestra vida.
Los inútiles intentos de sustentarnos a nosotros mismos por nuestros propios esfuerzos no son nuevos. Nuestra era digital simplemente ofrece nuevas manifestaciones de la vieja tentación de usurpar el rol de Dios. Sin embargo, contra esta viaja tentación, Dios ofrece una vieja respuesta: ¿qué le pasaría a nuestro mundo, encendido 24/7, si las personas que van a Jesús para reposar (Mt 11:28) regularmente tomaran un día para descansar de la distracción, del trabajo y del ajetreo? ¿Qué tendría que ofrecerle este hábito semanal al mundo en el que nos encontramos (un mundo que continúa sin descanso para buscar paz en medio del ajetreo)?