La conversación de una amiga amable
Una mujer llena de gracia es conocida no solo por su carácter, sino también por sus palabras. El rey Salomón sabiamente observó: «El ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo del hombre» (Pr 27:9). Así como el aceite y el perfume pueden rejuvenecer un cuerpo y un corazón preocupado, la conversación de una amiga llena de gracia trae consuelo, sanidad y fortaleza. Ella ha aprendido por experiencia personal y con mucha práctica que «la conversación más placentera […] promueve la prosperidad del alma»[1]. Las palabras de una amiga llena de gracia son serenas, sabias, y esperanzadoras, y todos los que la escuchen hablar son mejores por ello.
1. Una amiga llena de gracia habla con dominio propio
¿Alguna vez has escuchado a un niño golpeando un piano, inventando su propia música? Es tierno por un par de minutos y después se vuelve molesto. No obstante, dale lecciones de piano a ese niño y al cabo de unos años disfrutarás escucharlo tocar. La instrucción cuidadosa y la autodisciplina le proporcionarán un hábil control del instrumento para que, cuando efectivamente toque el piano, otros realmente puedan disfrutarlo.
Dominio propio significa «restricción ejercida sobre los propios impulsos, emociones y deseos»[2]. Así como un experto pianista ha aprendido la técnica apropiada para expresarse maravillosamente en el piano, una amiga llena de gracia ha aprendido a dominarse a sí misma para que ella pueda expresarse cuidadosamente con palabras que bendicen a otros. Sin embargo, la mujer que carece de moderación en su discurso es perjudicial para todos. Proverbios 25:28 advierte que «como ciudad invadida y sin murallas, es el hombre que no domina su espíritu». A menos que el dominio propio custodie la boca, las palabras necias y pecaminosas brotarán fácilmente.
¿Cómo puedes tener dominio propio sobre tus palabras? Primero, revisa tu corazón, porque tus palabras tienen su origen dentro tuyo (Lc 6:45). Hablar con dominio propio comienza cuando sometes el control de tu corazón al Señor. Confiesa y apártate de los pensamientos, las motivaciones y las actitudes impías del corazón, y tus palabras comenzarán a reflejar los cambios de tu interior que te hacen semejante a Cristo.
Segundo, piensa antes de hablar. Es tentador decir lo que piensas e incluso felicitarte a ti misma por ser directa, pero esa actitud lleva a la ruina. En lugar de eso, cuida atentamente tus palabras (Pr 13:3). Pregúntate: «¿lo que estoy a punto de decir es verdadero, amable y necesario?»[3]. Para que tus palabras sean verdaderas estas deben ser libres de falsedad y exageración. Para que tus palabras sean amables estas deben ser consideradas y gentiles. Para que tus palabras sean necesarias estas deben ser oportunas en el momento adecuado para lograr lo que es bueno y correcto.
Tercero, habla con dominio propio usando palabras que promuevan la unidad y nunca la división. Esfuérzate «por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (Ef 4:3). Busca y ofrece perdón, habla bien de otros y aprende a resolver conflictos de manera bíblica[4]. Protégete del chisme guardando los secretos de otros para ti misma, sin esparcir rumores y rehusándote a recibir información perjudicial. Protege la reputación de los demás, porque una amiga llena de gracia no es chismosa, sino digna de confianza en sus palabras (Pr 11:13).
2. Una amiga llena de gracia habla con sabiduría
Las palabras sabias se caracterizan por un «profundo entendimiento, un agudo discernimiento y […] buen juicio»[5]. Ellas comunican la aplicación del conocimiento a situaciones de la vida real. Es como mi amiga (habla Cheryl), Sheila, quien recientemente nos dio clases de costura a mi hija y a mí. Podríamos haber intentado aprender por nuestra propia cuenta, pero Sheila es una costurera hábil que estuvo dispuesta a ayudarnos para evitar errores de principiantes y para dominar los conceptos básicos. De manera similar, las palabras sabias de una amiga llena de gracia nos enseñan cómo vivir hábilmente para la gloria de Dios. Ella nos muestra cómo poner en práctica la Palabra de Dios. Ella «abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua» (Pr 31:26).
Para ser una mujer sabia, primero hay que temer al Señor (Pr 1:7). El temor del Señor es:
[…] esa mezcla indefinible de reverencia y placer, gozo y asombro que llena nuestros corazones cuando nos damos cuenta de quién es Dios y de lo que ha hecho por nosotros. Es un amor por Dios que es tan grande que deberíamos estar avergonzados de hacer cualquier cosa que le desagrade o lo hiera, y nos hace felices cuando hacemos lo que le agrada[6].
Para entender quién es Dios y lo que ha hecho por ti, mira su creación y asómbrate de su poder y de majestad. Contempla su gracia en el Evangelio y maravíllate de su justicia y de su misericordia. Si reverencias y amas al Señor primeramente, el gozo de tu vida será evitar lo que a Él le desagrade y buscar lo que le honra.
Luego, estudia la Escritura: «Porque el Señor da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia» (Pr 2:6). Como Esdras, encamina tu corazón a aprender la Palabra de Dios para que puedas obedecerla en tu propia vida y luego compartirla con otros (Esd 7:10). A través de un estudio bíblico diligente y consistente, moldea tus pensamientos y palabras a la fuente de verdadera sabiduría.
Además, ora por sabiduría: «Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley» (Sal 119:18). Pídele al Señor que te ayude a entender y aplicar la Escritura en tu vida. La oración por sabiduría es una oración que el Señor se deleita en contestar (1R 3:10-12). Puedes orar con confianza sabiendo que Dios te concederá sabiduría a medida que estudias su Palabra y pidas con fe.
3. Una amiga llena de gracia habla con esperanza
Las palabras de una amiga llena de gracia fomentan la esperanza porque están llenas de esperanza. Sus palabras están caracterizadas por una confianza en los atributos y promesas de Dios. Ella tiene una alta consideración de Dios e inspira a otros a confiar en Él con recordatorios de su fidelidad. Su esperanza en el Señor es contagiosa y lleva gozo a los que la rodean (Pr 10:28). Para el creyente, la palabra esperanza no es una expresión de duda o incertidumbre. En lugar de eso, comunica una fe segura en Dios. Un pastor explicó que la esperanza «no es simplemente un “deseo” (deseo que tal y tal cosa suceda); más bien, es lo que se aferra a las promesas certeras del futuro que Dios ha hecho»[7]. La esperanza es una expectativa que confía en su bondad y fidelidad. ¿Tus palabras inspiran esperanza en Dios?
¿Animas a otros con la fidelidad pasada de Dios y con sus promesas futuras? Hablas con una gozosa certeza de su amor perdurable. Todos necesitamos recordatorios de que el Señor será nuestra ayuda en cada circunstancia y que Él siempre será fiel. Tal como Aarón levantó los brazos cansados de su hermano, Moisés, a lo largo de la batalla (Éx 17:11-13), fortalece y sostiene la fe de otros con la Escritura y tus expresiones personales de esperanza en Dios.
A veces puedes ofrecer esperanza con un simple comentario y a veces puede que tengas la oportunidad de compartir un versículo para animar la fe de otra persona en Dios. Para ser genuina, comparte versículos con un ser querido que te hayan ayudado personalmente en el pasado. Por ejemplo, Mateo 11:28 ha sido un consuelo para mí (habla Caroline) a través de muchas pruebas. A menudo comparto con otras personas que están llevando cargas pesadas para animar su fe en Jesús: «Vengan a mí, todos los que están cansados y cargados, y yo los haré descansar».
Tenemos un pensamiento más para compartir contigo acerca de animar la esperanza de otros: procede con cuidado. Ten en cuenta que tus palabras podrían parecer insensibles o hirientes para un amigo que está sufriendo. Usa el discernimiento cuando ofrezcas esperanza: ¿estás siendo sensible al momento y con el contenido que estás diciendo? ¿Estás permitiendo que tu ser querido exprese sus preocupaciones y que procese la verdadera bíblica que ya conoce? Ten cuidado con bombardearlo usando clichés cristianos en lugar de tomar el tiempo de tener una conversación significativa sobre sus pruebas y la fidelidad de Dios. A veces es mejor permanecer callada y a veces es mejor simplemente esparcir esperanza en lo que dices. Cuando tengas dudas, gentilmente pregúntale a tu amiga si puedes compartir con ella la esperanza que Dios te ha dado.
Este artículo es una adaptación de When Words Matter Most: Speaking Truth with Grace to Those You Love [Cuando más importan las palabras: hablando la verdad con gracia a aquellos que amas] por Cheryl Marshall y Caroline Newheiser.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.
[1] Matthew Henry, Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible: Complete and Unabridged in One Volume [Comentario de Matthew Henry de toda la Biblia: completa e íntegra en un solo volumen] (Peabody, MA: Hendrickson, 1994), 1016.
[2] Diccionario Merriam-Webster, s.v. «self-control», visitado el 29 septiembre de 2019, www.merriam-webster.com/dictionary/self-control.
[3] Esta pregunta es la temática de un poema en el libro Miscellaneous Poems [Poemas diversos] de Mary Ann Pietzker (London: Griffith & Farran, 1872), 55.
[4] Para más información sobre resolución bíblica de coflictos, recomendamos a Ken Sande, The Peacemaker [Pacificadores] (Grand Rapids, MI: Baker, 2004).
[5] Merriam-Webster, s.v. «wise» [«sabiduría»] consultado el 29 de septiembre de 2019, www.merriam-webster.com/dictionary/wise.
[6] Sinclair Ferguson, Grow in Grace [Crecer en gracia] (Edinburgh, UK: Banner of Truth, 1989), 29.
[7] R. C. Sproul, The Purpose of God: Ephesians [El propósito de Dios: Efesios] (Fearn, Ross-shire, Reino Unido: Christian Focus, 1994), 40.