En la hora más oscura de la historia, la hora más oscura de la vida de Jesús, él se dedicó a buscar el gozo de sus discípulos y a equiparlos para lo que vendría más adelante.
En Juan 13:1, Juan dice, «antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin». ¿Cómo ama Jesús a sus discípulos hasta el final? Él les lava los pies, simbolizando la limpieza espiritual que van a recibir por medio de su muerte, los instruye (Jn 13:31-16:33) y ora por ellos y por aquellos que creerán por medio de sus ministerios (Jn 17:1-26).
Un gozo que sostiene al alma
En su enseñanza, Jesús declara cinco veces porque él está instruyendo a sus discípulos:
Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto (Jn 15:11).
;Estas cosas les he dicho para que no tengan tropiezo (Jn 16:1).
Pero les he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora, se acuerden de que ya les había hablado de ellas. Y no les dije estas cosas al principio, porque yo estaba con ustedes (Jn 16:4).
Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, yo he vencido al mundo (Jn 16:33).
Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos (Jn 17:13).
Cuando Jesús está en su máximo momento de necesidad, él busca desinteresadamente el gozo y la paz completas de sus discípulos (un gozo y una paz que evitará que tropiecen cuando venga el sufrimiento).
Jesús está a punto de enfrentar su momento más oscuro; sin embargo, él admite que sus discípulos también van a sufrir. Jesús sabe que cuando él les sea quitado en su muerte, el miedo se apoderaría de ellos, lo que podría robarles el gozo y la paz. Jesús los reafirma diciéndoles, «no los dejaré huérfanos; vendré a ustedes. Un poco más de tiempo y el mundo no me verá más, pero ustedes me verán» (Jn 14:18-19). Jesús no solo promete volver a ellos después de que muera y resucite, sino que también les promete que no los dejará solos cuando ascienda a su trono. Él les enviará el Espíritu Santo.
Cuando Jesús está con ellos, su palabra da gozo y paz a sus discípulos, entregándoles seguridad a sus almas; sin embargo, él tiene más cosas que enseñarles, pero ahora no las pueden soportar (Jn 16:12). Él tiene mucho más que decir para sustentarlos cuando el mundo los rechace y los persiga por creer en él. Jesús dice:
Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar. Pero cuando él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber a ustedes. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que Él toma de lo mío y se lo hará saber a ustedes (Jn 16:12-15).
Él los guiará
¿De qué manera el Espíritu guía a los discípulos hacia toda verdad? Jesús podría haber querido decir que el Espíritu Santo los ayudaría a entender mejor la verdad que había sido revelada en el Antiguo Testamento o podría haber querido decir que el Espíritu les traería una nueva revelación.
Aun cuando es innegablemente cierto que el Espíritu guió a los discípulos hacia una correcta comprensión de la verdad revelada (1Co 2:11-16), lo que Jesús dice en Juan 16 tiene que ver con que el Espíritu inspirará nueva revelación. Sabemos esto porque Jesús dice que hay más que él quiere enseñarles. Él no será quien les enseñe esas cosas; el Espíritu Santo lo hará. Esto significa que después de la ascensión de Jesús, él continúa enseñándoles a sus discípulos por medio del Espíritu.
La nueva revelación que se menciona en esos versículos se refiere al Nuevo Testamento, no a una «revelación» externa a la Biblia. Lo que Jesús prometió, él ya lo cumplió. El Espíritu de Cristo guió a los discípulos hacia toda verdad al inspirarlos a escribir el Nuevo Testamento.
Entrégate al Libro
¿Qué significa esto para los creyentes en la actualidad? Bien, Jesús te ama de la misma manera que amó a los discípulos. Puesto que él te ama, él quiere que tengas gozo y paz completos en él. Es por eso que él envió al Espíritu Santo para inspirar las palabras que ahora tienes en tu Biblia.
Para experimentar el consuelo que los once discípulos recibieron al estar en la presencia de Jesús, y el gozo y paz que recibieron de las palabras de Jesús, solo necesitas leer la Biblia. En el Nuevo Testamento, el Espíritu de Cristo nos entrega las palabras de Jesús. El gozo y la paz que guardaban el alma y que Jesús le dio a sus discípulos a través de sus palabras en Juan 13-17 ahora se extienden a todo el Nuevo Testamento. Nuestro gozo será completo, nuestra paz será segura y nuestra fe será sostenida por medio de las palabras de Cristo en la Biblia.
Para tu gozo completo y para la paz que sostiene la fe, sumérgete en las enseñanzas de Cristo en su Palabra inspirada.
Las instrucciones y las promesas de Jesús sustentaron a los apóstoles a través de cada prueba, y sus palabras son poderosas para sustentarte a través de cada dolor y sufrimiento. Por el Espíritu, Jesús te da gozo y promesas llenas de paz como esta: «y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Ro 8:28). Las palabras de Jesús son poderosas para darte seguridad cuando pecas y cuando Satanás te acusa. A través del Espíritu, Jesús dice, «al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en él» (Ro 8:28). Cuando dudas de las promesas que Dios te ha hecho, Jesús dice por medio del Espíritu, «pues tantas como sean las promesas de Dios, en él [Cristo] todas son sí…» (2Co 1:20). Él también te pregunta tiernamente «él que no negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con él todas las cosas?» (Ro 8:32).
Por su gran amor, Jesús nos dio la Biblia. Entrégate al Libro; memorízalo; medita en él; ámalo; compártelo; muere por él si es que debes hacerlo. Así es como permanecemos en el amor de Jesús. Así es como encontramos el gozo y la paz que sostienen el alma.