Para una persona no existe una pregunta más importante que esta: “¿Conozco a Dios?” Quienes sí lo conocen tienen el privilegio de ser adoptados en su familia y estar seguros de una eternidad en su presencia. Sin embargo, aquellos que no lo conocen no tienen este privilegio ni comparten esta esperanza. En Estados Unidos, la gran mayoría de las personas dice ser cristiana y conocer a Dios, pero muchas de sus vidas simplemente no lo reflejan. Podrán tener alguna concepción de Dios, pero no lo conocen como realmente es. Por esta razón, muchos perecerán y se irán a la tumba con un especie de falsa seguridad, creyendo que conocen a Dios cuando en realidad no es así. A todos nos hace bien preguntarnos si conocemos a Dios no sólo una vez sino a lo largo de nuestra vida.
Dios quiere que lo conozcamos, y no sólo eso, quiere que sepamos que lo conocemos. Quiere que lleguemos a sentirnos seguros en esta importantísima relación. Esta certeza, que nos permite estar seguros de que somos salvos y de que Dios nos ama y nos preservará, es el tema central del libro ¿Conozco a Dios? escrito por Tullian Tchividjian. Aunque no sea un nombre conocido, el nombre completo nos entrega un importante contexto: William Graham Tullian Tchividjian es el nieto de Ruth y Billy Graham. En su juventud, él se rebeló y se alejó de la fe, pero en 1993 se volvió a Dios radicalmente entrando al ministerio pastoral tras graduarse en el Seminario Teológico Reformado de Orlando, Florida. En el año 2003, plantó la Iglesia Presbiteriana New City en Florida, donde sirve como pastor.
Tchividjian escribió este libro para demostrar que podemos estar seguros de nuestra salvación y enseñarle al lector cómo podemos acceder a este tipo de certeza. “La Biblia deja bien claro que si uno no sabe a qué grupo pertenece [entre los que conocen a Dios y los que no], no necesita seguir confundido. Si tienes una relación con Dios, Él quiere que lo sepas. De igual modo, si no la tienes, Él también quiere que lo sepas”.
El libro, entonces, es un intento de responder en forma creíble a cualquiera que, en una búsqueda espiritual sincera, pueda estar haciéndose la pregunta más importante de la vida. Es cierto, vivimos en una época en que la duda es considerada el máximo de los absolutos. Podemos creer lo que queramos, pero siempre debemos conservar una duda “saludable”, admitiendo que podríamos estar (y tal vez estemos) equivocados. La seguridad de Dios se opone abiertamente a esta duda.
El formato del libro es el siguiente: en primer lugar, Tchividjian examina lo que realmente significa tener una relación con Dios y cómo podemos tener una relación genuina con Él. Identifica seis formas en las que las personas se engañan a sí mismas pensando que conocen a Dios cuando en realidad no es así. A continuación, Tchividjian busca ayudar al lector a examinarse llevando a cabo una especie de riguroso inventario personal. El propósito de dicho examen es determinar si el lector realmente está mostrando las características de alguien que cree. Por último, sugiere tres disciplinas espirituales prácticas para mantener la relación con Dios y hacer que ésta crezca.
El libro es de carácter pastoral y está salpicado de historias y anécdotas tanto del propio Tchividjian como de su ministerio. En las notas finales, Tchividjian muestra quién lo guió en la comprensión de esta teología tan importante: Packer, Sproul, Stott, Piper, Ryle, y otros; todos fueron parte. El libro termina con una Guía de Estudio para uso personal o grupal. Tchividjian es un escritor capaz que hace una buena conexión personal con el lector. El libro es apropiado para cualquier tipo de público.
¿Conozco a Dios? es una respuesta útil y bíblica a esta importantísima pregunta. El libro servirá a cualquier persona que tenga preguntas o dudas al respecto, pues contiene respuestas basadas en el carácter de Dios y construidas en base al testimonio de la Escritura. Lo recomiendo con gusto.