Casi siempre llevo conmigo una libreta o un cuaderno para poder anotar pensamientos a medida que se me van ocurriendo durante el día. Algunos de ellos terminan siendo artículos y otros, material de devocional. La mayoría de las veces, vuelvo a leerlas semanas o meses después y no tengo ni la más mínima idea de lo que quieren decir o de lo que estaba pensando cuando las anoté. Hace poco vi un comentario en un cuaderno que sí tuvo sentido para mí. Había escrito sobre la diferencia entre mi amigo Jason y yo cuando nos sentamos con una guitarra en nuestro regazo y una partitura frente a nosotros. Yo puedo leer la música, rasguear las cuerdas y no hacer más que terribles y desagradables sonidos que poco parecen música. Jason, por otro lado, puede sentarse y hacer música a voluntad, incluso sin partitura frente a él. La diferencia entre Jason y yo no es una habilidad musical innata o la calidad de nuestras guitarras. La diferencia está en la práctica disciplinada. Jason ha dedicado miles de horas a afinar sus habilidades, por lo que parece necesitar poco esfuerzo para tocar música. La libertad de tocar con sus habilidades viene solo a expensas de un esfuerzo disciplinado y dedicado.
Don Whitney usa esta misma metáfora para mostrar la importancia de ser disciplinado en la búsqueda de la piedad, ya que hay libertad en la disciplina. La libertad de crecer en piedad, para «expresar los atributos del carácter de Cristo a través de nuestra propia personalidad. Este tipo de libertad es la “recompensa” o el resultado de la bendición de Dios sobre nuestro compromiso con las Disciplinas Espirituales» (pág. 20).
Por lo tanto, este libro es una revisión de las disciplinas espirituales: dadas por Dios, diseñadas para ayudarnos a crecer en piedad y que nos permiten ser conformados más y más a la imagen de Cristo. Las disciplinas de las que Whitney escribe son:
- La asimilación de la Biblia
- La oración
- La adoración
- La evangelización
- El servicio
- La mayordomía
- El ayuno
- El silencio y el retiro
- Escribir un diario
- Aprender
El prólogo del libro es un examen de la razón para disciplinarnos a nosotros mismos en las disciplinas espirituales y Whitney enseña aquí que debemos hacer todo para la gloria de Dios. Debido a que Dios nos pide cada una de estas disciplinas, existe el peligro de descuidar cualquiera de ellas. Por lo tanto, se examina cada una de estas disciplinas a la luz de darle la gloria a Dios por medio de ellas. El libro cierra animando a perseverar en ellas, incluso en los tiempos inevitables de sequía espiritual.
Se extrae y se examina cada una de las disciplinas a la luz de la Escritura. El autor muestra la base bíblica para cada disciplina, explica que estas disciplinas ayudarán al crecimiento en piedad del cristiano y entrega sugerencias para comenzar a ponerlas en práctica. Cada capítulo cierra con una sección titulada «Más aplicación» en donde se desafía al lector a poner en práctica estas disciplinas en su vida.
Uno de mis aspectos favoritos de los escritos de Whitney, en este libro y otros, es que se apoya mucho en los puritanos y en otros grandes cristianos del pasado. Esto es especialmente importante en una discusión sobre disciplinas espirituales, ya que estas son prácticas que se consideraban mucho más en el pasado que en la actualidad. Cuando examinamos estas prácticas, hay mucho que aprender de estos grandes creyentes.
Mientras que la inmensa mayoría de las fuentes citadas en este libro provienen de autores puritanos y reformados, hay varias referencias a Richard Foster. Le pregunté a Whitney sobre esto y él me respondió lo siguiente: «… puesto que no es un libro académico, no quería que el énfasis fuera crítico (en un sentido académico), sino más bien quería exponer de maneras prácticas lo que yo pensé que la enseñanza bíblica dice respecto a estos temas y busqué buenas citas de apoyo. Ocasionalmente, citar a Foster sirvió para esos propósitos. Sin embargo, cuando lo cité, mi intención jamás fue aprobarlo como lo hice con la mayoría de los otros escritores. Por ejemplo, nunca dije algo como, “Como dijo el GRAN Richard Foster,”… esto fue antes de que Foster comenzara con Renovarè y antes de que se metiera en otros asuntos». También me remitió a un par de artículos que él había escrito que muestran sus pensamientos sobre el misticismo cristiano. No haré una tormenta en un vaso de agua, la respuesta de Whitney me dejó completamente tranquilo y de ninguna manera creo que sus alusiones a la obra de Foster le quitan valor al poderoso mensaje de Disciplinas espirituales para la vida diaria. Simplemente, no quisiera que personas vieran las referencias a Foster en la bibliografía y no consideraran leer un libro maravilloso.
Encuentro que este libro es poderoso y, sobre todo, convincente. Debido a que es tan bíblico (continuamente vuelve a la Palabra de Dios) permitió que el Espíritu actuara y me convenciera en áreas de mi vida en donde me he relajado. Mientras me alegro de que Dios me haya permitido convertirme en una persona disciplinada en algunas áreas de la vida, ahora sé que existen muchas otras en donde debo hacer cambios, para no estancar mi crecimiento espiritual. Recomiendo este libro tremendamente para estudio personal o grupal (por favor, fíjense que existe una guía de estudio relacionada que se puede comprar por separado).