Muchos cristianos intentan manejar la Biblia como si fuera la gran enciclopedia de Dios: un índice temático de problemas humanos y soluciones divinas.
Si vas a la Escritura buscando temas específicos, podrías no encontrarlos explícitamente referenciados entre Génesis y Apocalipsis. Por ejemplo, la crisis de mediana edad, la adolescencia, las redes sociales, la pandemia mundial y muchos otros.
Frustrados y desanimados, muchos de nosotros buscamos en otras fuentes y decidimos usar la ayuda de la Biblia solo cuando habla con claridad sobre un tema en cuestión.
Alternativamente, podríamos caer en otro sutil error. Debido a que creemos que «toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar […]» (2Ti 3:16), arriesgamos torcer, tergiversar y forzar la Escritura para hacer que diga algo que no dice.
Ambos errores pasan por alto la genialidad de lo que se trata la Biblia. La Biblia es una narración, la increíble historia de la redención con notas teológicas divinas que abarca toda la vida humana. Es integral en alcance pero no exhaustiva en contenido.
Por tanto, aun cuando la Biblia podría no abordar directamente cada experiencia que enfrentes este año, puede hacer una exégesis (o interpretar) los asuntos más profundos de tu existencia. Estas son cuatro razones del porqué:
1. La Biblia nos presenta un mundo real
No alcanzas a leer mucho antes de encontrarte con la escandalosa honestidad de la Biblia. No minimiza ni endulza vivir en un mundo caído (ver Ro 8:20-22). Sin embargo, muchos cristianos están confundidos, desanimados, sorprendidos y sin preparación porque no comprenden el entorno en el cual viven, trabajan, juegan y adoran.
2. La Biblia nos presenta a personas reales
Los personajes de la Escritura no son figuras de cera en un museo de nobleza humana, tampoco son caricaturas con sonrisas empalagosas y voces melódicas. Una rica exhibición de la variedad completa de las emociones humanas tiñe casi cada página de la Escritura.
Al estudiar la Biblia, somos conducidos por los pasillos de los corazones humanos para examinar sus pensamientos, inspeccionar sus deseos y comprender sus decisiones. En el proceso, somos expuestos y confrontados. No hay mejor método de autoconocimiento y autoexposición que el espejo de la Escritura (Stg 1:22-23).
3. La Biblia nos llama a la adoración de un Dios real
El Dios de la Escritura no es el héroe de un mito. Él no es la proyección de mentes débiles que necesitan algo más que ellos mismos de lo que depender. Al contrario, Él, el Creador, el Sustentador y el Gobernante de todo lo que existe, es el único ser en el universo digno de adoración.
La revelación de Dios en la Escritura es el único lugar donde encontrar esperanza real para absolutamente cada área de la vida. Él es el único que, al mismo tiempo, está por sobre todo lo que enfrentamos (Ef 4:6) y está íntimamente familiarizado con todo eso (Sal 139:3; Heb 4:15). Corremos hacia Él porque Él es el Señor sobre todo y tiene el poder de ayudar.
4. La Biblia nos da la bienvenida a la redención real
El mundo está lleno de falsos sistemas de redención. El gobierno, la educación, la filosofía, la sociología y la psicología, todas prometen redención, pero ninguno puede cumplir. Si pudieran lidiar con los resultados aplastantes y devastadores del pecado, Jesús nunca habría venido.
La Biblia me invita a la esperanza que solo se encuentra en un Redentor. Si no hay ayuda ni esperanza para lo que hay dentro de mí (Sal 51:10), no hay manera de que alguna vez lidie adecuadamente con lo que está fuera de mí.
Estas cuatro perspectivas bíblicas (el mundo real, las personas reales, el Dios real y la redención real) nos dan sabiduría esencial para cualquier cosa que enfrentemos en la vida humana.
Solo cuando veamos al mundo como uno roto, a nosotros como pecadores, a Dios en toda su gloria y a la obra completa del Redentor, ¡podremos tener una perspectiva balanceada y funcionalmente loable sobre todo!
Dios los bendiga.
Preguntas para reflexionar
- Identifica una lucha personal actual en tu vida que la Escritura no aborde explícitamente. ¿Cuáles son algunos de los desafíos culturales o tecnológicos que enfrentamos que no existían en los tiempos bíblicos?
- ¿Cómo has experimentado recientemente el quebranto del mundo real al que la Biblia se refiere? ¿Esto te tomó por sorpresa o no estabas preparado para lo que enfrentaste?
- Nombra algunas personas reales de la Biblia que experimentaron luchas similares a las tuyas. ¿Cómo respondieron? ¿Cómo era su relación con el Señor y cómo puedes aprender de su historia?
- ¿Qué consuelo podemos encontrar en el hecho de que Dios «conoce […] bien todos mis caminos» (Sal 139:3)? Sé específico. Haz una lista de cómo tu Salvador fue tentado como tú y con qué debilidad Él puede compadecerse (Heb 4:15).
- ¿De qué maneras manifestaste ayer tu necesidad por la obra continua de santificación? ¿Qué cosas necesitas confesar y de cuáles necesitas arrepentirte del pecado? ¿Cómo las promesas de Dios te dan esperanza para hoy en tu batalla contra la tentación?