Este artículo forma parte de la serie Carta abierta publicada inicialmente en Crossway.
Querida lectora:
Probablemente, has escuchado a personas decir que el aborto es un asunto íntimamente personal, que cada persona tiene diferentes razones y que cada una es válida. Quizás alguien incluso te ha dicho eso recientemente, después de ver las tenues líneas reveladoras de la prueba de embarazo.
O quizás nadie te dijo eso porque no le has contado a nadie sobre lo que viste, porque te parece demasiado personal, demasiado privado.
Pero, si por «personal» queremos decir que algo te pertenece a ti y a nadie más, tu decisión sobre si terminar o no con este embarazo mediante un aborto no es tan personal como dicen. No es personal en el sentido de que seas la única que sabe al respecto o que nadie más se vea afectado por lo que decides. Las razones de ello son científicas, sociales y espirituales.
La ciencia del aborto
Algunas personas dicen que la cuestión sobre cuando comienza la vida —y con ello el aborto— son personales, que varían dependiendo de a quién le preguntes; no obstante, esto es en realidad científico. La mayoría de nosotras no somos nerds en biología, pero es fácil buscar la base del desarrollo humano con sólo hacer una búsqueda en Google. WebMd dirá que «al momento de la fertilización, la constitución genética está completa, incluso si es que es niño o niña1». Sólo porque se vea como una masa indefinida de células sin forma aparente no significa que no sea humano. Y sólo porque llamemos al bebé «cigoto» o «embrión» en las primeras etapas del desarrollo no significa que no sea humano.
En un delgado libro azul llamado Love Unleashes Life [El amor desata la vida], la autora Stephanie Gray (ahora Connors) explica que «nosotros los humanos tenemos palabras para referirnos a diferentes rangos de edades en nuestra especie», como «recién nacido», «niño pequeño», «adolescente» o «adulto». Palabras como «feto» o «cigoto» son similares: «nos dice cuán viejo es alguien, pero no qué es alguien». Un cigoto de dos padres humanos podría no tener cerebro, pero la capacidad de hacer lo que otros humanos hacen es sólo una cuestión de tiempo. Por otro lado, aunque le des a una ameba todo el tiempo del mundo, señaló Gray, nunca desarrollará un cerebro.
Dada la ciencia, tu decisión sobre si seguir embarazada o no ya no es algo que sólo te afecta a ti. Podrías no ver ni sentir a ese pequeño humano creciendo dentro de ti en cada segundo, pero tu decisión de abortar a ese humano o no determinará si es que él o ella tendrá la oportunidad de sonreír, comer un pastel de cumpleaños, andar en bicicleta, ir a la universidad, enamorarse, tener hijos, envejecer. Ese humano tiene ADN, huellas dactilares y un futuro que nadie más tiene o jamás tendrá. Eso nos lleva a la segunda razón de por qué tu decisión no es personal: es entre tú y ese otro ser humano. No es solitario, sino social.
El aspecto social del aborto
Quizás esta comprensión provoque la conmoción que experimentan hombres y mujeres al ver una ecografía de un bebé no nacido: a veces el destello de los primeros latidos, la cabeza, los brazos o las piernas. «He visto a papás desmayarse… desplomarse en el suelo», dijo la Dra. Sandy Christiansen, una ginecóloga obstetra en Maryland que ha realizado cientos de ecografías. Ella ha visto a otras personas en lágrimas o boquiabiertas en asombro cuando ven las imágenes de sus bebés.
Aun sin haber visto al pequeño humano, sólo escuchar decir a la activista en la vereda que su bebé tenía brazos y piernas fue suficiente para que Donna Ezell de 19 años se detuviera en seco de camino a su cita para realizarse un aborto en los 80. Ella igual se hizo el aborto, pero hoy puede ver a otras mujeres conocer a los humanos dentro de ellas por primera vez através de la pantalla del ultrasonido. «A menudo vemos sus ojos llenos de lágrimas», dijo. «Escuchas muchas risitas y muchas exclamaciones de que simplemente “no lo puedo creer”». En ese momento, una mujer se da cuenta de que su embarazo la involucra a ella y a otro humano.
No obstante, este aspecto social no te involucra solamente a ti y a otro humano; sino a todo un grupo de personas. Ese pequeño humano dentro de ti realmente está viviendo y creciendo —no es sólo otro óvulo que viajó por tu trompa de falopio— debido a un tercer humano, el padre. Quizás ni siquiera conoces al padre o tal vez lo conoces lo suficiente para saber que no te gusta, pero este nuevo humano comparte genes tanto contigo como con ese hombre y con sus antepasados a lo largo de generaciones. Este humano tiene un árbol genealógico propio y la posibilidad de agregar más miembros. Si es niña, a las 11 o 12 semanas de embarazo comenzará a desarrollar ovarios. Alrededor de la semana 20, tendrá cerca de 7 000 000 de sus primeros óvulos.
Sin embargo, quizás ya sabes todo esto. Tal vez conoces la ciencia, has visto las imágenes de la ecografía e incluso tienes una relación en desarrollo con este nuevo humano que es parte de un árbol genealógico. Probablemente, puedas identificarte con «Jess», una jovencita que publicó su historia de aborto el 2019 en la página web Shout Your Abortion [Grita tu aborto]. Ella ya era mamá de una pequeña niña y estaba dentro de una relación abusiva. Días después de su segundo aborto, ella escribió que hacerse un aborto es la «decisión correcta para mí, para mi hija y para ese hijo». Denominó «injusto traer otro niño a esta situación».
Para ella, el aborto fue lo mejor que pudo hacer por sus dos bebés concebidos en malos momentos: «no quiero que mis bebés piensen que no eran deseados ni amados por un minuto, porque lo fueron, más que cualquier cosa, lo cual es la razón por la que tomé estas decisiones».
Wanda Kohn, ahora directora de un centro de embarazo en Florida, a menudo escucha de las mujeres todas las razones por las que sería mejor hacerse un aborto que dejar que un pequeño humano crezca. En 2017, Tammy Hayward le dijo a Kohn que tenía 41 años, el embarazo la hacía vomitar constantemente, estaba con problemas financieros y el padre era un drogadicto.
Kohn vio en Hayward la misma desesperación que la llevó a ella a realizarse un aborto años atrás cuando tenía 17 años: una incapacidad de ver más allá de la crisis presente y de buscar la voluntad de Dios. Al escoger tener un aborto, estaba siendo sabia a sus propios ojos, pensando que sabía qué era lo mejor para ella que el Dios que la creó (al igual que Hayward, ella pensó que todas estas razones que enumeró justificaban su deseo por realizarse un aborto). Es por eso que, para Kohn, el aborto es «un síntoma de un problema en el corazón»: el corazón no ama ni obedece a su Creador.
El componente espiritual del aborto
Esto nos lleva a la razón espiritual de por qué el aborto no es sólo un asunto personal. No eres un accidente y tampoco lo es ese bebé dentro de ti. Un Creador te formó a ti y formó a tu bebé con la misma intencionalidad que tiene tu abuela cuando teje un par de mitones. Asimismo nos dejó instrucciones sobre cómo trabajar los unos con los otros. Jesús resumió la totalidad de la ley bíblica con dos mandamientos: ama a Dios y ama a tu prójimo. Las personas que aman a Dios obedecen sus mandamientos, incluida la prohibición a asesinar. Uno de tus prójimos, en este momento, es el pequeño ser humano creciendo dentro de ti. Amar a tu prójimo significa respetarlo como un ser que fue creado como nosotros, dejándole al Creador decidir cuándo tomar y cuándo dar vida.
El aborto implica anteponer otro amor a estos dos amores y equivale a jugar a ser Dios. Tal vez es un amor a la opinión de otros, un amor al dinero o un amor a la comodidad. Implica pretender saber que la muerte es mejor para un pequeño humano que está creciendo aun cuando sólo Dios conoce cada íntimo detalle de esa pequeña vida y también los detalles íntimos del mundo entero. El aborto podría parecer personal, pero es un acto por el cual todos los involucrados serán responsables ante el Creador de la vida.
Kohn le enseñó a Hayward ese día en el 2017 cómo la Palabra de Dios debe dirigir sus decisiones. Hayward finalmente se quedó con su bebita y comenzó a asistir a la iglesia y al estudio bíblico. «Estaba buscando dirección», dijo Hayward. «Ella me dio lo suficiente para ayudarme, pero también no me dio algo para hacerlo fácil. Ella hizo que tuviera que tomar decisiones y hacer cambios».
El amor a Dios y el amor al prójimo no significa una vida fácil. Requiere la muerte al yo, de alguna manera, a cualquier cosa a la que pudiéramos querer aferrarnos como algo personal. Ese es el caso especial de amar a tu prójimo no nacido. Estar embarazada y dar a luz a pequeños humanos es inconveniente e incómodo.
Sin embargo, tenemos un ejemplo de la vida real en Jesús, Dios mismo, en cuerpo humano, se enfrentó a una inconveniencia y a una incomodidad más severa cuando murió para tomar el castigo por el pecado que los humanos merecían a fin de que pudiera darle la bienvenida a muchos a su familia. Lo mejor que puedes hacer en tu vida (más allá de decidir que tu pequeño humano crezca) es confesar tu propia necesidad de Jesús, aceptar su sacrificio por ti y convertirte en una parte de esa familia donde la obediencia a Él es una cualidad distintiva de sus hijos.
Con amor,
Leah
P.D.: muchas personas allá afuera están entusiasmadas con ayudar a aliviar las molestias y el malestar de un embarazo no deseado. Encontrar un centro de embarazo cerca de ti que puede proveer material gratis, asistencia médica y una comunidad de ayudadores tanto, durante, como después de tu embarazo, revisa optionline.org. Si ya has comenzado el proceso químico de aborto, pero cambiaste de opinión, podrías detener los efectos de la primera pastilla. Para obtener ayuda, visita reverseabortionpill.com. O, si ya tuviste un aborto, debes saber aun hay perdón y gracia para ti en Jesucristo. Para encontrar consejo y ayuda, haz clic en «After Abortion Support» [Apoyo para después del aborto] en optionline.org2.
Leah Savas es coautora de The Story of Abortion in America: A Street-Level History, 1652–2022 [La historia del aborto en Estados Unidos: una historia de la vida cotidiana del 1652 al 2022].
Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.
- WebMd, «Conception: From Egg to Embryo Slideshow» [Concepción: presentación de diapositivas de óvulo a embrión], 19 de febrero de 2020, https://www.webmd.com/baby/ss/slideshow-conception.
- N. del E.: si no vives en Estados Unidos, te animamos a buscar ayuda en una o en tu iglesia local. Acércate al pastor o líderes que estén a disposición y pide ayuda.